-Hay dirigentes del MPP que piensan que debe superarse el “progresismo” y dar pasos concretos hacia el socialismo. ¿El progresismo está agotado?

-Estamos subiendo una escalera que apunta al socialismo, pero necesariamente hay que pasar por todos los escalones. Hay unos carteles que se ponen en las rutas: “Voy despacio porque estoy apurado”. Nosotros estamos apurados, pero no nos podemos saltear etapas. Ésta es una etapa progresista, y está bien que se desarrolle y que se cumpla. Yo no me atrevería a decir que se agotó. Hay muchas cosas para hacer antes de pasar a la otra etapa. Por ejemplo, una reforma constitucional. Si queremos plantear las bases de una sociedad de otro modo, precisamos tener una reforma constitucional como el pan, y llegar a un socialismo sobre el cual también tenemos que discutir, porque los modelos de socialismo real han fracasado en muchas partes del mundo. Hay países que se dicen socialistas o comunistas, como el caso de China, pero yo no sé si estamos hablando de lo mismo.

-¿Y Cuba, un modelo sobre el que no se habla mucho en la izquierda uruguaya?

-Cuba está sufriendo un cambio tan grande que quisiera esperar a ver qué resultado da. Ellos celebraron un congreso, han discutido mucho. He seguido por internet polémicas en torno a la definición de socialismo. Y aparecen en Cuba tres corrientes: algunas que se mantienen pensando en un socialismo estatista mejorado, menos burocratizado, más ágil. Otros piensan que hay que ir a un socialismo de mercado, como puede ser el de China, y otros piensan en un socialismo autogestionario. En lo personal, me inclino por la tercera. Creo que hay que mirar el progresismo en la perspectiva de la historia. Mientras la izquierda se presentó a elecciones en soledad en este país, estuvo presente en el Parlamento pero fue testimonial. Cuando la izquierda uruguaya comprendió que unida podía pesar -y finalmente la historia le dio la razón-, abrió un abanico variopinto, y esa diversidad obviamente no va a dar determinadas definiciones, pero sí va a iniciar el camino que nos conduzca a una profundización de la democracia. Yo tengo que ir al ritmo de mi pueblo; si me separo mucho, no me va a seguir.

-El próximo programa del FA será entonces progresista.

-El próximo programa del FA tiene que profundizar cambios; si a eso se le llama “progresismo”, para mí es secundario. ¿A qué gobierno se le había ocurrido congeniar con el movimiento obrero para sacar una línea de cooperativas sindicales? Eso era impensable. Se podría decir que no es totalmente revolucionario, pero es el escalón de hoy.

-El periodista y ex integrante del Movimiento de Liberación Nacional Samuel Blixen interpretó en una columna publicada en Brecha, basada en los documentos para el Congreso del MPP, que la derecha triunfó sobre la izquierda en el sector y que lo institucional prima sobre lo social.

-Es una infeliz interpretación de algo que nosotros dijimos y que después se interpretó mal. Nosotros hace mucho tiempo formulamos la teoría de la pinza: que tenemos que trabajar en lo institucional y en lo social. Lo único que decimos en este momento es que estamos más sólidos en lo institucional que en lo social. Y es verdad, pero eso pasa porque estamos gobernando. ¿Cuánto incidíamos en la realidad nacional cuando no gobernábamos? Ahora hemos hecho muchas más cosas para la gente porque tenemos la plataforma del gobierno. En lo social, el aporte más fuerte que hemos hecho es el proceso de las empresas autogestionadas. Una herramienta casi revolucionaria como es el Fondes [Fondo de Desarrollo] ha sido la vida para mucha gente, y de eso estamos orgullosos, pero deberíamos tener diez veces más de esas cosas. La otra pata, que es institucional-social, y que ha sido muy fuerte y muy novedosa, es la nueva concepción de colonia colectiva del Instituto Nacional de Colonización. En su momento desarrollamos un brazo muy importante, que fue el Fondo Raúl Sendic [del MPP, que financia proyectos productivos]. Ahora, por suerte, como la gente tiene más trabajo, la demanda que tenemos es casi nula. En este congreso vamos a tener que discutir qué otros contenidos le podemos destinar para que siga jugando, porque es parte del frente social.

-¿Qué otros componentes podría tener el Fondo Raúl Sendic?

-Creo que nosotros tendríamos que sumarnos al esfuerzo que se está haciendo en torno a la vivienda de los quintiles más sumergidos, el Plan Juntos. Se podría implementar algún sistema de barraca, de voluntariado. Otro tema que me obsesiona es el de la capacitación. No sé si nosotros [el MPP] no podemos darle una mano a Uruguay en ese plano, llegar a lugares a los que el Inefop [Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional] no está llegando. Puede tener dos formas. Tú podés montar un camión con cierto equipamiento que puedas estacionar dos meses en Pirarajá, donde yo pueda implementar determinados cursos, buscar alguna forma de reconocimiento, y donde de repente, por razones presupuestales, ni la educación formal ni el Inefop están llegando. Poner el granito, siempre es el granito, no vamos a solucionar el tema de fondo, pero vaya si es importante.

-¿Qué cosas cambiaron para peor en el MPP en ese proceso de institucionalización?

-Para peor no cambió nada, sabíamos perfectamente que participar en la institucionalidad supone un riesgo de burocratización. Y pasa. Pero es un riesgo que hay que correr. Hemos aprendido, nos hemos dado porrazos, y también tenemos algún defecto burocrático, porque es muy difícil planificar al mango.

-El Congreso del MPP va a discutir también el rol del Espacio 609.

-El Espacio 609 es un invento que, pienso yo, se va a ratificar. En política la riqueza también está en la diversidad. [El histórico dirigente del MLN Raúl] Sendic decía que cuanto más grande es un frente, más chico es su programa. “Cinco o seis puntos”, decía él. Pero esos cinco o seis son los cruciales. El Espacio 609 va sobre esa filosofía. Yo creo que el FA no ha llegado a su techo. Aspiro a tener en mis filas a mucho más cantidad de uruguayos, creo que hay muchísima gente honesta que está en la fila equivocada. El Espacio 609 es una puerta abierta a ciudadanos absolutamente honestos que pueden coincidir con nosotros en un programa, en un escalón de ese proceso, que tienen que tener un lugar. Nosotros llegamos a juntar una plantilla interesante de compañeros y no nos arrepentimos de eso. Fue un buen negocio. Es verdad, tuvimos el contrapelo de [Jorge] Saravia. Bueno, uno en la vida puede equivocarse, pero fue una sola equivocación. Y además esa equivocación nos dejó gente valiosa, de Saravia, que se quedó con nosotros.

-¿Sería necesario una especie de programa o líneas de acción del Espacio 609?

-La vida dice que le debemos dar un poco más de organicidad. Han funcionado bien las bancadas parlamentarias del Espacio 609, pero tenemos que salir del congreso con cinco o diez ideas fuerza, lo central, y las tenemos que compartir con el Espacio 609.

-En las últimas elecciones hubo una alianza electoral entre el Partido Comunista del Uruguay [PCU] y el MPP en torno a la idea de “profundizar los cambios”. ¿De qué sectores diría que está más cerca hoy el MPP?

-Obviamente, los que somos de izquierda definida nos vamos a entender mejor con los que son de izquierda definida, por eso a mí no me llama la atención que podamos ser socios del PCU, más allá de que nosotros no somos un partido. En el FA hay sectores que tenemos metas más largas que el propio FA, pero en este tramo nos precisamos todos para caminar. Así que nosotros nos podemos aliar con cualquier sector, es cuestión de conversar. Además, eso [los acuerdos electorales] se puede expresar en cada departamento de una manera distinta.

-¿Las autoridades del MPP deberían elegirse a padrón abierto?

-Sí, yo soy partidaria de eso. El MPP cuando se creó tuvo esa impronta, a padrón abierto con adhesión simultánea. Después no recuerdo por qué cambiamos eso, pero nosotros propusimos que la elección de la presidencia del FA se hiciera a padrón abierto, y es evidente que debemos ser coherentes con esa postura que llevamos, defendimos y logramos, y que creo que incidió positivamente en el resultado de la elección.

-¿Sería conveniente para el MPP que Mujica integre la lista al Senado, en los primeros lugares o en un lugar testimonial?

-Lo único que tengo claro es que hay tres compañeros que son los más conocidos por la población uruguaya, que son el Pepe, Tabaré y Astori. Entonces, obviamente, siempre que tenés una cara conocida te sirve. Pero habría que discutirlo con Pepe. Él tiene la intención de retirarse, no de la política, sino de los cargos. Pienso personalmente que es un error que alguien que estuvo en la presidencia vuelva al Parlamento. Ese error lo cometió [Julio María] Sanguinetti y lo cometió [Luis Alberto] Lacalle. Yo me doy cuenta de que se sienten sumamente incómodos, están como apretados ahí, no les sirve a ellos ni a sus respectivos partidos. Creo que Tabaré [Vázquez] hizo muy bien en no estar. Vos te podrás servir de la imagen [en referencia a la imagen de Mujica para las listas del MPP], pero si no vas proyectando al otro... Es una de las cosas que más admiro de Lula, porque tuvo la inteligencia de proyectar a una figura [Dilma Rousseff]. Ése de algún modo fue el drama de Venezuela: parecía que a [Hugo] Chávez no lo podía voltear ni un rayo, y entonces Venezuela se tuvo que apurar en la proyección de una figura, y si bien Maduro es un militante de la primera hora del grupo de ellos, una cosa es ser militante y otra cosa es construir una figura que tenga que ver con la gente. El FA tiene un problema: no se ha planteado el tema de la renovación. A veces prima el microclima, la interna, la mirada cortita.

-En la dirigencia del FA parece haber unanimidad en que la candidatura de Tabaré Vázquez es la mejor para la coalición. Algunos militantes, en cambio, creen que plantea problemas en cuanto a la renovación y en cuanto a la profundización de los cambios.

-Yo siempre dije que la profesión que tiene una persona puede ayudar en la cosa política. Y la profesión de Tabaré lo ayuda, porque él es médico, oncólogo, y cuando tú te enfrentás con un paciente, y el paciente se va a morir pero le tenés que pedir que luche, le estás pidiendo al ser humano algo tremendo. Entonces tiene una calidad humana..., y yo lo puedo decir en primera persona. Porque además, cuando le sale La Teja de adentro -porque es un hijo de La Teja-, cuando le sale el barrio..., él tiene carpeta, dirigió El Arbolito, el club Progreso, y sabe qué es lo popular. Entonces creo que sí, que se pueden profundizar los cambios. Pero yo no creo en las unipersonales, creo que en realidad es muy importante que Tabaré tenga un equipo que lo rodee y un programa en sus manos, que son las dos herramientas fuertes que pueden servir para profundizar los cambios. ¿Cuál es la otra ventaja que tiene Tabaré, además de que la gente lo conoce? Que vos vas a pueblitos chicos y la gente sabe de quién le estás hablando. Él tiene mucho peso en la interna del FA, tiene liderazgo, más liderazgo que el que tuvo Pepe. Una de las dificultades de Pepe -nosotros lo sabíamos- es que hay sectores del FA que lo resistieron. Y eso para cualquiera que vaya a la presidencia es un obstáculo, que él, como es un hombre de diálogo, lo salvó o lo va salvando. Pero si hubiera sido un hombre con un poco menos de diálogo hubiera sido difícil. Además, ya no tenemos tiempo de proyectar a nadie. Si me traen un nombre fantástico y maravilloso, capaz que abandono a mi pollo [se ríe].

-¿Debería proponerse formalmente a Vázquez, como anunció que hará la lista 711?

-Tabaré dijo que él va a contestar por setiembre u octubre, así que entonces tendremos el despeje.