La Fundación Vivian Trías realizó ayer el segundo foro sobre defensa y relaciones internacionales con el fin de aportar a la discusión acerca de la firma del acuerdo de “adquisición de suministros y prestación recíproca de servicios” entre Estados Unidos y Uruguay, remitido por el Poder Ejecutivo al Parlamento. La iniciativa fue aprobada el 18 de abril por la comisión de Asuntos Internacionales del Senado, y luego la bancada del Frente Amplio (FA) decidió darle un tratamiento menos acelerado en la comisión de Defensa de esa cámara.

Además, el Ministerio de Defensa Nacional (MDN) está negociando con Estados Unidos un acuerdo de cooperación para sustituir el que está vigente desde 1953. Esta vez el panel estuvo integrado por el profesor Julio Louis, el asesor en defensa Julián González Guyer y el director de Formación del MDN, Hernán Planchón.

Louis expresó que el programa del FA de 2008 debería ser “una guía”; afirmó que “todo país tiene que mantener una correspondencia entre la política exterior y la de defensa” y opinó que “el gobierno no equivale a la posesión del poder”. Para Louis, Estados Unidos “se ha embarcado en una repetición de la Guerra Fría”, en la que la potencia enemiga “es la República Popular China”. Esta estrategia está explicitada en los documentos más recientes del Departamento de Estado de Estados Unidos y en ella América Latina sigue siendo “su patio trasero”, explicó.

Agregó que en Estados Unidos hay “una feroz resistencia de la población a ser enviada a los frentes” y por eso la guerra del futuro “es la guerra de los drones”. “Éstos requieren pequeñas bases llamadas ‘nenúfares,, que son plantas acuáticas por las que se desplazan las ranas para cazar insectos”, agregó. También dijo que el problema militar está unido al económico y que si bien el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) “se pudo frenar”, la política de Estados Unidos sigue siendo la misma y “ahora hay tratados de inversiones e inventan la Alianza del Pacífico con cuatro gobiernos pronorteamericanos”.

Para Louis, la integración “es inevitable”, pero en términos de defensa, las opciones son “apostar” al consejo de defensa de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) o “seguir atado a las viejas instancias del panamericanismo” surgidas con el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) y la Guerra Fría. “El problema es que Uruguay está entre las dos y no se termina de definir. Hay que rechazar el acuerdo militar” con Estados Unidos y “no seguir más en las misiones de paz”, agregó el profesor de Historia.

Está maduro

El Poder Ejecutivo envió al Parlamento un proyecto de acuerdo de cooperación en Defensa entre Venezuela y Uruguay. Establece que se promoverá el intercambio en las áreas de capacitación y entrenamiento de personal, cooperación en ciencia y tecnología y apoyo logístico técnico-militar. Dispone también que las partes “renuncian a entablar acciones contra la otra parte o contra los miembros de sus Fuerzas Armadas por daños materiales causados en el ejercicio de las actividades cumplidas en el marco del presente acuerdo”. Finalmente, crea un grupo de trabajo integrado por representantes de los ministerios de Defensa de ambos países que tendrá el cometido de presentar convenios específicos de cooperación.

Guerras privadas

Por su parte, González dijo que habría que interrogarse sobre “la superficialidad con la que los senadores aprobaron en ocho minutos un convenio militar con Estados Unidos, por más que fuera logístico”, y celebró que se haya frenado. González se refirió a uno de los incisos del acuerdo que habla sobre “apoyo a operaciones en bases, a construcción de esos servicios y utilización de instalaciones y servicios portuarios”. Según dijo, mientras “haya un gobierno del FA, no existen posibilidades de que en este país se instale una base norteamericana”, pero los gobiernos “pueden cambiar y no hay nada que nos garantice que el FA vaya a ser gobierno por los siglos de los siglos”.

Apoyado en información de prensa, documentos del servicio de investigación del Congreso y declaraciones del almirante Eric Olson, jefe del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos, González explicó que la potencia “tiene dividido el mundo en distintos comandos con teatros de operaciones en diferentes territorios”. Agregó que en 2008 se creó el comando de África tomando como modelo al comando Sur, en el entendido de que “no existen situaciones de combate” a corto plazo. Pero la situación africana viene cambiando y hay que “mirar con atención qué es lo que pasa en ese comando porque puede servir de espejo”, expresó.

Añadió que la doctrina militar de Estados Unidos “privilegia a las fuerzas especiales y sus operaciones. Luego de la experiencia en Afganistán e Irak, la crisis financiera y la fatiga de las fuerzas armadas y de la población respecto de la guerra, se han descartado nuevas grandes intervenciones”. Las operaciones actuales “están enfiladas a dejar huellas leves, son acciones quirúrgicas y por eso los comandos y los drones”, añadió.

González confirmó que las bases en África se llaman “hojas de nenúfar” y formalmente “locaciones de seguridad cooperativa”. Se trata de “bases mínimas que en muchos casos son simplemente un galpón en un aeropuerto y adentro se estaciona un avión Pilatos PC-12, de fabricación suiza, sin ningún tipo de identificación militar y operados por contratistas, empresas que el Pentágono contrata; instalan equipos en los aviones y realizan misiones de observación y vigilancia para pasar información”, explicó. González dijo que a Estados Unidos “lo que le interesa actualmente es tener estas hojitas de nenúfar” y, por ejemplo, la base aérea de Durazno “hubiera sido un lugar ideal”. “Llamo la atención de los compañeros sobre lo peligroso que es dejar el cachón de un convenio para las generaciones futuras, porque instalar una de esas cosas es lo que les interesa ahora”, expresó.

Actualizarse

Por su parte, Planchón dijo que este tipo de debate es necesario porque en la izquierda “la gente no se pecha por discutir temas de defensa”, e hizo referencia al surgimiento de distintas doctrinas militares en Uruguay a partir de la Segunda Guerra Mundial, que sostenían que había que tener “un ejército popular de ancha base social o un grupo altamente tecnificado y atado” a Estados Unidos. Planchón dijo que “estas discusiones hay que darlas en el contexto histórico y hay que actualizarse permanentemente”. Agregó que la creación de la Unasur “no es sólo un cambio ideológico”, sino que es parte del proceso por el cual en el mundo se están estructurando “bloques de poder en regiones”. “Por primera vez, Sudamérica constituye un consejo de defensa para pensar conjuntamente estos temas”, expresó. “Estamos trabajando en esta dirección” junto al Ministerio de Relaciones Exteriores y “hoy Uruguay está parado en muchos tipos de compromisos a nivel internacional”. Planchón dijo que durante 50 años sólo se firmaron acuerdos con Estados Unidos, pero desde que el FA está en el gobierno, se han firmado convenios con varios países de América Latina y otros están en discusión, algo que no tuvo mayor difusión. Sobre esto dijo que “las herramientas ideológicas de la izquierda ya no nos alcanzan para ver la realidad de hoy”.