Inspirado en la medida dispuesta por el Ministerio del Interior, que le realizó un control antidoping, entre otros, a dos efectivos policiales custodios del titular de esa cartera, Eduardo Bonomi (que dieron “positivo”), el diputado nacionalista José Carlos Cardoso (Unidad Nacional) anunció que pondrá sobre la mesa una medida similar, pero que apunta a las jerarquías políticas del Poder Ejecutivo, los parlamentarios, los jueces y los fiscales.

El parlamentario saludó la medida de Bonomi y propondrá un proyecto de ley que dispone un control antidoping anual y sorpresivo para este tipo de cargos, que “deben rendir cuentas”, dijo a El País. Según entendió, es necesario “seguir el ejemplo” de Bonomi.

Los controles serían públicos y aquellos funcionarios cuyos análisis tengan resultado positivo deberán ser rehabilitados. “La droga está en todos lados y los que toman decisiones, crean normas y las aplican debemos controlarnos para determinar qué vínculos tenemos con las drogas. Porque además, quien consume a alguien le compra, y el ciudadano debe tener garantías”, expresó Cardoso al matutino. “No es injerencia en la vida privada, porque nosotros ya tenemos algunos controles. Informamos nuestro patrimonio y eso no violenta nuestra intimidad. Hay cargos y cargos. Un juez, un fiscal o un diputado deben rendir cuentas”, opinó.

La medida generó variadas repercusiones entre los legisladores. El diputado oficialista Sebastián Sabini (Movimiento de Participación Popular), uno de los principales impulsores del proyecto de regulación del cannabis, dijo que la idea de Cardoso es “poco seria”: “Confunde lo que es la tarea de un policía con la de los legisladores; una cosa es un organismo que tiene que combatir el narcotráfico y otra es la tarea de los legisladores”. Según dijo, a los efectos constitucionales, los legisladores están lícitamente avalados a consumir lo que deseen. Sabini ha confesado en varias oportunidades ser consumidor ocasional de marihuana. “No van a necesitar hacerme un test para eso”, ironizó.

Su compañero de bancada Carlos Gamou (Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad) dijo que la medida le parece “bárbara”, pero que habría que extenderla a “todos los funcionarios públicos” e incluso a los periodistas. Agregó que debería incluir drogas legales como el alcohol y los psicofármacos que se expenden con receta especial para medicamentos controlados. De todas formas, aseguró que el proyecto tendría un “costo” económico y alertó que atenta contra la “privacidad de las personas”.

El diputado nacionalista Pablo Iturralde (Alianza Nacional) dijo que él no hubiera puesto el tema en la agenda, pero opinó que es una buena iniciativa. “Yo me ofrezco para hacerme un antidoping, lo votaría sin ningún problema”, sostuvo, para luego agregar que “estaría bueno” un test de espirometría para cuando alguno dice “mucha estupidez”.

Por el contrario, Aníbal Gloodtdofsky (Vamos Uruguay) dijo que el proyecto “invade la privacidad de la gente, con el justificativo del control de desempeño”. “No tenemos por qué sumar una invasión al torrente sanguíneo, a la intimidad, a los pulmones de la gente. Todos tenemos que responder, pero por nuestros actos”, afirmó. Según dijo, establecer estas “limitaciones” que no están concebidas en la Constitución ni en la ley “va a conducir a una caza de brujas que pretende justificar determinadas ineficiencias”. En cambio, el líder de su sector, el senador Pedro Bordaberry, apoyó la idea en la red social Twitter: “Todo mi apoyo; hay que ser el primero en dar el ejemplo”, le dijo a Cardoso por esa vía.