El dirigente de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB) Richard Read se despachó ayer con un discurso crítico sobre la realidad de la izquierda, en un acto de trabajadores organizado por el Frente Liber Seregni (FLS) en el Centro de Viajantes y Vendedores de Plaza.

Read, que fue el último orador de la jornada, defendió la gestión del Frente Amplio (FA) y destacó que se trata de un gobierno con un “sentimiento social diferente a lo conocido en décadas anteriores”. Según dijo, desde la columna sindical se generan “dudas de hasta dónde llegar con el aplauso y la admiración, porque tenemos ese miedo de no quedar muy cerca, pegado o vinculado al rótulo de oficialistas, entonces se peca y se pasa para el otro lado”. “Es más fácil el chiflido y el todo está mal”, agregó.

El dirigente dijo que hay un “deterioro” de algunas costumbres, ya que “de a poco se va perdiendo la convivencia, la tolerancia, en el propio Frente Amplio y en el movimiento sindical”. Según sostuvo, “hoy pensar distinto te pone casi en la zona del traidor”: “Se están perdiendo cuestiones que son fundamentales y hacen a la historia de la unidad del movimiento sindical”. Luego, pidió “hacer un esfuerzo por volver a integrar a esos elementos fundamentales que hacen a la unidad, que no es la convivencia, ni ahí”.

De repudios

Ayer el Ejecutivo Ampliado de Banderas de Liber, uno de los grupos que integran el FLS, expresó su “rotundo repudio a las desmedidas gremiales” de los sindicatos de la enseñanza, que desafiliaron a Óscar Gómez, Luis Garibaldi, Héctor Florit, Irupé Buzzetti y Mirta Frondoy. Según este grupo astorista, se trata de educadores “que han comprometido su vida entera” a la defensa de la enseñanza y que han continuado practicando ese rol “también en los lugares de gobierno en los que han participado”, y por eso “no merecen de forma alguna tamaña salvajada”.

“No pretendemos inmiscuirnos en la vida de sindicato alguno y mantenemos esta actitud más allá de no compartir la metodología exacerbada que vienen llevando adelante algunos de ellos”, señalan desde Banderas de Liber.

Tras estas palabras, aterrizó en la Rendición de Cuentas. Destacó que los trabajadores tienen derecho a pelear por salarios y mejores condiciones, y el gobierno a cuidar por el interés general. Allí, enfatizó que ser de izquierda es, entre otras cosas, “exigir que lo que va de impuestos vuelva a la sociedad” y comentó que la redistribución de la riqueza “no solamente es con salario”, sino que también implica gestión y “cómo administra el gobierno los dineros”. “Se sigue con un aparato pesado del Estado, lento, perezoso y muchas veces con mandos medios que a veces ponen palos en la rueda”, graficó.

Para ejemplificar la situación, dijo que su sindicato todavía “no dio un mango” de la donación de 14 millones de pesos que planea hacer para el Plan Juntos: “Cada día que pasa estamos más convencidos de que la obra la vamos a hacer nosotros y se la vamos a entregar al gobierno como obra terminada. De los 14 millones van a quedar seis o siete, el resto es burocracia”. Además, destacó que al país “le urge una reforma del Estado” si es que se quiere “un país de avanzada”. “Hay cambios que hay que hacer y esos cambios de algún lado te van a doler, a todos nos van a doler un poco”, estimó.

Read pidió “cuidar la realidad que hay”, ya que “podemos tener 80 opiniones de qué cosa mejor se pudo hacer en este quinquenio, pero prefiero ver de qué manera mejoramos con un gobierno del FA y no discutir en 2015 qué podríamos haber hecho con un gobierno de otro partido”. No obstante, advirtió que “no se puede manejar el gobierno como si fuera una cantina”, pidió “preservar las instituciones y cuidarlas”, algo que “viene desde arriba”. “Si un dirigente sindical, con todo su derecho, advierte por la situación de Brasil, no es un desestabilizador, es un representante sindical electo por los compañeros”, cuestionó, en referencia a dichos del ministro de Trabajo, Eduardo Brenta, sobre el secretario general de la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado, Joselo López. Finalizó diciendo que no compartió las desafiliaciones ocurridas en Ademu, “por su forma de pensar”.

Salú, salú

Antes había hecho uso de la palabra el dirigente de la Federación Uruguaya de la Salud, Jorge Bermúdez (Partido Comunista del Uruguay), que si bien destacó el progreso en la reforma de la salud, dijo que en el segundo gobierno del FA “no se ha avanzado con la misma precisión”. “Esta reforma está en un momento clave y en algunos puntos en un momento crítico”, advirtió. Según dijo, actualmente “hay problemas y lo que no hay que hacer es ocultarlos”.

Entre ellos, distinguió la necesidad de que puede haber usuarios que no tengan dinero para pagar los tickets y las órdenes en el sector privado. En ese sentido, abogó para unificar los precios de estos tickets en todas las mutualistas y que esas instituciones estén de acuerdo con que la población acceda a ellos. También advirtió por los “tiempos de espera” y la “permanente lucha por acceder a una consulta, en la medida que las instituciones tienen problemas en el sector privado para atender a la población, producto de que tienen una estructura que se ha visto desbordada. En muchos casos no se prepararon para afrontar la reforma”.

Además, sostuvo que hay problemas en la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) que “no son sólo de gestión, sino de complementar servicios en el sector público y en el privado”. Destacó “fuertes resistencias en algunos sectores de la medicina”, como las “corporaciones empresariales”, y advirtió que “la distribución de ingresos del sector es tan o más desigual” que hace diez años. Por último, hizo referencia a los problemas políticos internos de ASSE y dijo que “cuando pretendemos dirimir pequeñas pugnas y en el medio está un proceso de cambio como éste, esas pequeñas pugnas no sirven”. “Hubo enfrentamientos en sectores frenteamplistas que no ayudaron”, resumió.

El oficial

En la actividad también habló el vicepresidente Danilo Astori, principal referente del FLS. Tras recordar varios logros económicos y laborales del gobierno, el jerarca habló de la necesidad de “asegurar” y “cuidar la inversión” que “produce el crecimiento sostenidamente”, defendiendo “las condiciones que han permitido a la inversión seguir creciendo, como sigue creciendo el país”. Aseguró que “las fuentes de trabajo están en juego en el país” y tienen “directa relación con el crecimiento y la inversión” que “no es sólo la que viene de afuera, como dicen por ahí. También es la que hacer el sector público y el privado”. Según dijo, en el último año la inversión en el país creció 12%. “Nada de aventuras ni de atajos, porque a veces llevan a retrocesos, a la pérdida de puestos de trabajo o a la inflación, que es lo mismo que meterles la mano en el bolsillo a los trabajadores”, advirtió.

Astori también enfatizó en la necesidad de una “reforma del Estado”, para la cual, según dijo, será necesario que los trabajadores “asuman el papel de servidores públicos” y tengan su debida “mística”. El vicepresidente dijo además que la “calidad del trabajo” debe ser un “componente fundamental” y aseguró que a esos efectos la “productividad no puede ser más una palabra a temerle”, aunque “hay que discutir cómo medirla”.