En un momento de la charla, el maestro Miguel Soler Roca pidió la palabra y planteó las siguientes preguntas ante los demás asistentes: “¿Qué nos pasa en el Uruguay? ¿Qué nos pasa en nuestra sociedad, que somos incapaces de percibir que hay un problema entre el mantenimiento de unas Fuerzas Armadas que no necesitamos y que además están plagadas de delincuentes? Porque es evidente que los muertos y desaparecidos y torturados lo fueron por alguien. ¿Qué nos pasa que toleramos esa ambivalencia, esa coexistencia irracional que no tiene nada que ver con la palabra justicia?”.

La intervención de Soler Roca, uno de los maestros que más conoció y trabajó junto al también maestro y periodista Julio Castro, se dio en el marco de una de las actividades por los 40 años del golpe de Estado que se desarrollaron entre el 24 y el 28 de junio en la Intendencia de Montevideo, organizadas por la Universidad de la República (Udelar), la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay y el PIT-CNT.

Según consignó el portal de la Udelar, Soler Roca dijo que esa “ambivalencia” debería ser analizada por la Facultad de Psicología y la Facultad de Ciencias Sociales. “¿Cuál es el perfil del pensamiento de esta sociedad que lleva a ésta y a otras contradicciones, que en otros sectores se dan también, y que nos terminan dando la sensación de que todos somos hipócritas de alguna manera?”, continuó el pedagogo, precursor junto a Castro de las misiones sociopedagógicas en el interior del país.

Soler habló de la “estima y la admiración” que siente por el equipo de investigadores de la Udelar que se dedican a la búsqueda de detenidos desaparecidos -entre los panelistas estaba el antropólogo José López Mazz-, que han dado “lecciones de humanidad en una sociedad relativamente indiferente”. “Se están investigando hechos que hay que arrancar de nuestra ignorancia y además probar científicamente, todo eso que ignoramos y que buscamos, ¿dónde están, quién los mató?. Todo eso en el país se sabe, es conocido por alguien que fue el agente de ese fenómeno, que en gran parte está entre nosotros: en gran parte cobra una jubilación o cobra un sueldo, en gran parte convive en la sociedad con impunidad y con relativa dignidad de ciudadano, que desde la ocultación de sus hechos se da el lujo de creerse con derecho de estar entre nosotros de igual a igual”, planteó el maestro.

Pura fachada

En la charla, según consigna otra nota del portal de la Udelar, hubo otras intervenciones removedoras. Ariel Castro, nieto del periodista y educador secuestrado en 1977 y cuyos restos fueron encontrados en 2011 enterrados en el predio Batallón 14 del Ejército, en Toledo, Canelones, relató lo que le sucedió cuando le pidió al comandante en jefe del Ejército, Pedro Aguerre, más información sobre los responsables del crimen de su abuelo.

¿Qué fue lo que le pidió? Conocer la lista de los oficiales que revistaban en el Batallón 14 en aquellos años, además del tipo de armamento y el calibre de las municiones.

La respuesta que le llegó por intermedio del Ministerio de Defensa Nacional (MDN) fue la siguiente: “El comandante del Ejército no les puede dar esta información porque el Servicio de Información y Defensa no depende del MDN”. “Ésta es la respuesta del comandante en jefe del Ejército, que hizo esa misa en escena diciendo que quedaba a las órdenes para dar la información. Ésta es la realidad todavía hoy del Estado uruguayo”, denunció Castro.