“Ha muerto Líber Arce”, decía una tela enorme que habían colgado en el centro de la fachada del edificio de la Universidad de la República (Udelar). A la cabeza de la marcha se desplegaron los liceales del Instituto Alfredo Vásquez Acevedo (IAVA).

Mártires

El lunes 12 de agosto de 1968 se realizó una manifestación desde la Facultad de Odontología hasta las puertas de la Facultad de Veterinaria frente a la calle General Prim (hoy renombrada Líber Arce), que fue reprimida por la Policía. Un oficial disparó a la manifestación e hirió al estudiante de Odontología Líber Arce, de 28 años. El 14 de agosto, el joven militante de la FEUU y miembro de la Unión de la Juventud Comunista (UJC) falleció en el hospital donde estaba internado.

Al conocerse la noticia, sobre las 16.00 se paralizaron las actividades en fábricas y centros de estudio de Montevideo para reunirse en asambleas. El velatorio de Líber Arce fue realizado en la sede de la Udelar, y por él pasaron miles de personas. Una multitudinaria procesión acompañó el féretro hasta el Cementerio Central, donde se le dio sepultura. Pero si bien Líber Arce fue el primer mártir estudiantil, ese mismo año, el 20 de setiembre, la Policía disparó contra una manifestación e hirió mortalmente a la estudiante de la Escuela de la Construcción Susana Pintos, de 27 años, y al estudiante de la Facultad de Economía Hugo de los Santos, de 19. Ambos integraban la UJC.

Detrás de una pancarta que abarcaba casi todo el ancho de la avenida 18 de Julio y que decía: “1968-2013 / A 45 años la lucha del pueblo continúa - Líber Arce, el compañero - Liberarse, la consigna”, un grupo de estudiantes vestidos con prendas de color negro y con las caras pintadas de blanco gritaban cánticos de antaño pero aún vigentes.

Quizá por la proximidad de la Noche de la Nostalgia se coreó una canción de Los Náufragos: “Tengo los zapatos rotos / y es de tanto caminar / por un presupuesto justo / para poder estudiar”.

Los del IAVA venían de una intervención que realizaron en el liceo. También con ropas negras y las caras blancas, unos 50 jóvenes entraron al liceo como si estuvieran en una marcha y repentinamente, ante un sonido similar al de un disparo de arma de fuego, hicieron una representación escénica que culminó en dos salones repletos de estudiantes.

“Lo comenzamos a organizar hace tres semanas, ensayando tres veces por semana. Se sumaron estudiantes de otros liceos, y de nueve terminamos siendo 50. Hay gente de quinto y sexto, pero también de ciclo básico. Es un homenaje no sólo a Líber Arce, sino a todos los que murieron y lo que pasó”, explicó Manuel, del liceo Nº 30.

Detrás de la barra del IAVA venía un grupo del centro de estudiantes del liceo Nº 65, que agitaron, incansables, durante toda la marcha. Más atrás había una enorme pancarta que decía: “Ni un estudiante votando a la baja”, y un poco más atrás el Centro de Estudiantes del Instituto de Profesores Artigas adaptaba con una batucada los reclamos de los gremios de la educación a cánticos de tribuna.

Hombres de negro

Casi en el medio de la marcha, que abarcaba unas cinco cuadras, había una docena de jóvenes totalmente vestidos de negro, con las capuchas de sus canguros puestas y con pañuelos y bufandas que sólo dejaban ver sus ojos. Llevaban una pancarta que decía: “Estudiante obediente, esclavitud precoz”, y mientras uno golpeaba un bombo permanentemente, los demás agitaban unas banderas completamente negras, sin símbolos, y vociferaban contra los políticos, el PIT-CNT y la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU). Si bien uno de ellos dijo que el grupo se llamaba Acción Directa, no quisieron hablar con la diaria.

La marcha partió de la explanada de la Udelar, recorrió 18 de Julio hasta la calle Río Negro, dobló por ésta, hizo una parada al pasar por la esquina del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), bajó por avenida del Libertador y culminó en la plaza 1o de Mayo con un espectáculo cultural. Durante el trayecto los manifestantes lanzaron petardos y cañas voladoras, algo que se ha vuelto tradicional en las movilizaciones de trabajadores y estudiantes. En uno de los balcones de un edificio de 18 de Julio y Paraguay apareció una mujer agitando una bandera uruguaya, que fue ovacionada por los estudiantes. Había muchos manifestantes repartiendo volantes y entregando periódicos. Seguramente porque la marcha era muy larga, uno de los que distribuían un periódico político había colocado los fardos de papel en un carrito de supermercado, que empujó durante toda la movilización.

“Alerta que camina el antiimperialismo por América Latina”, gritaban los más atrasados en la marcha. La gente de la FEUU se hizo presente con banderas y pancartas de sus centros de estudiantes. “6% para la Educación, un país sin conocimiento no despega”, rezaban más carteles. Los de formación en educación habían pintado una tela que decía: “Monopolio público y estatal de la formación docente”.

Al pasar por el costado del MEF, que estaba protegido por un vallado y un destacamento de la Guardia Metropolitana, una docena de manifestantes intentó mover el cerco de metal y arrojó algunas piedras a los uniformados, que estaban protegidos por escudos. Unos policías dispararon balas de goma hacia el grupo que tiraba piedras, y algunos periodistas fueron afectados por esta reacción policial. La fotógrafa de Caras y Caretas Lucía Melgarejo recibió un balazo de goma en el muslo, debió ser asistida y permanece con una contusión.

Melgarejo dijo a la diaria que estaba sacando fotos y cuando enfocaba a uno de los granaderos que tiraba a la manifestación, éste le apuntó a ella y le efectuó un disparo. También recibieron balazos de goma un camarógrafo de Canal 12 y otro fotógrafo, además de algunos manifestantes. Pero para la gran mayoría de los miles de participantes de la marcha, este incidente pasó desapercibido. Mientras los diez que tiraban piedras se enfrentaban con los diez uniformados, el resto continuó la manifestación con toda normalidad, cantando cada vez más fuerte, como para sortear el intenso frío.