Otro punto de vista

Según el politólogo Daniel Chasquetti, “salvo con las organizaciones estables e institucionalizadas, como sindicatos o cámaras empresariales, todas estas organizaciones que surgen de forma espontánea o como reacción a ciertos fenómenos normalmente suelen tener un fin político”. Chasquetti opinó que “el principal problema del país que se percibe en las encuestas es la seguridad, y parece bastante obvio que la oposición tome el tema como un talón de Aquiles del gobierno, y que cuanto más se vuelva central o domine la agenda, mejor”. No obstante, dijo que habría que ver si los partidos tradicionales tienen “directrices” al respecto o efectivamente se trata de manifestaciones “espontáneas”.

En la madrugada del sábado 12 de mayo de 2012, Gastón Hernández falleció ejecutado por un menor de edad mientras culminaba su jornada en La Pasiva de 8 de Octubre y Albo. Es discutible decir si fue el homicidio más violento del año, pero las cámaras de seguridad del local lo filmaron y el episodio se transmitió en los canales de televisión. Eso permitió que la secuencia fuera vista repetidas veces en todo el país y, como era de esperarse, la reacción no tardó en llegar.

Dos días después se convocó a una manifestación llamada “Uruguayos indignados con la violencia” frente a la Torre Ejecutiva, que en los papeles carecía de consignas políticas y a la que concurrieron legisladores de todos los partidos, incluido el Frente Amplio.

La presencia de figuras del oficialismo no evitó que la multitud cantara al grito de “Bonomi [Eduardo, ministro del Interior], inepto, vos sos culpable de esto”. Luego, varios voceros del gobierno se lamentaron porque la convocatoria se había “politizado”.

Quien tomó la voz en aquella marcha fue una mujer envuelta en una bandera uruguaya llamada Romana Ferrer, cuya militancia en Vamos Uruguay, sector liderado por Pedro Bordaberry, no tardó en descubrirse. Ferrer fue recibida aquella tarde junto con otro militante colorado, Ruben Jorge Castro, por el director general de Presidencia, Diego Pastorín, a quien le entregaron una proclama.

Entre otras cosas, ese documento decía: “No somos todos iguales. El honesto debe ser defendido y el deshonesto perseguido. El trabajador alentado y el parásito desalentado”. Luego, reclamaban que el gobierno asumiera “su responsabilidad” en el tema de la inseguridad pública.

El 27 de diciembre de 2012 tuvo lugar otra manifestación, esta vez motivada por el asesinato de un pistero de 24 años de la estación ANCAP de la rambla del Buceo, que se llamaba Bruno Apa. La marcha se realizó nuevamente frente a la Torre Ejecutiva, aunque su convocatoria fue notoriamente menor a la de mayo. En los papeles, la manifestación, denominada “Marcha por la vida y la seguridad” se había hecho a nombre de la Unión de Vendedores de Nafta y de “instituciones empresariales y sociales”, o al menos eso era lo que reflejaban los volantes repartidos en la marcha.

No obstante, uno de los que tomaron el megáfono en esa oportunidad fue Ruben Jorge Castro, que declaró ese día a El Observador que había concurrido a “título personal”. En su discurso, el colorado no sólo mencionó la seguridad, sino que llegó a referirse a la “vergüenza nacional” de Pluna, a la propuesta sobre la marihuana impulsada por el presidente José Mujica y al Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales. Al igual que en la anterior convocatoria, los manifestantes corearon consignas contra Bonomi.

La gorda y los niños

Bonomi volvió a ser abucheado en una controvertida marcha el 17 de mayo de este año, en pleno barrio Carrasco. “En un asado o en varias reuniones de gente del barrio, siempre se terminaba hablando de lo mismo: lo que le había pasado a Fulano o a Mengano. Nos cansamos de hablar y resolvimos juntarnos y empezar a organizar una movida”, explicó a la diaria en aquel entonces uno de sus organizadores, Gonzalo Fau, hijo del ex ministro de Defensa Yamandú Fau y edil suplente por el Partido Colorado en el período 2000-2005.

En su discurso Fau habló de un “enfrentamiento civil” entre “personas de bien” y “los otros”. Tampoco disimuló en absoluto su enojo con la gestión del gobierno, al punto de que al final de su oratoria, tras hacer durísimas críticas a la política en seguridad del Ministerio del Interior, recordó que el año que viene habrá elecciones nacionales y “habrá que tener 
memoria”.

Pero las declaraciones más resonantes aquella noche fueron las del sobreviviente de la tragedia de Los Andes Roberto Canessa. “¿Y ese auto por qué está estacionado ahí? ¿Quién es esa señora gorda que va con dos niños marcando casas que luego serán robadas?”, fue la controvertida frase que esbozó en aquel momento, describiendo una situación imaginaria en la que los vecinos debían estar atentos a las situaciones que se generaran en el barrio.

Canessa, militante del sector nacionalista encabezado por el senador Sergio Abreu, Dignidad Nacional, hizo un discurso menos agresivo con el gobierno que el de Fau, pero tampoco faltaron las críticas. En la primera fila de aquel acto se pudo observar a un Abreu bastante satisfecho con el discurso de Canessa, comentando sus dichos con el público. En aquella instancia también participaron otros legisladores: el diputado colorado Juan Manuel Garino, su par nacionalista Verónica Alonso y, de este mismo partido, la ex senadora Julia Pou. También se pudo ver en esa ocasión a la conocida camioneta de publicidad del Partido Uruguayo (PU).

En la manifestación de este viernes (ver la diaria de ayer) volvió a estar presente Ruben Jorge Castro (quien tomó la palabra durante la marcha usando un megáfono) y el orador principal fue Miguel González, electo convencional del Partido Colorado por Propuesta Batllista (cargo al que renunció), quien también dijo ser representante de Anonymous en Uruguay.

Además, participaron los legisladores nacionalistas Jorge Saravia y Martín Elgue y el ex diputado de ese partido Alem García. También aprovechó la oportunidad el PU, para promoverse, como siempre, usando su camioneta partidaria. Si bien los organizadores sostienen que la marcha había sido planificada un mes antes, lo cierto es que la convocatoria se llevó a cabo tres días después de la balacera en Pocitos, en la que murieron un policía y un delincuente.