Al final del almuerzo, la diaria conversó con Rafael Folonier, asesor de la presidenta Cristina Fernández en política exterior y ex jefe de gabinete del gobierno de Néstor Kirchner.

-Se mencionó en el almuerzo la necesidad de que América del Sur no se divida entre el Atlántico y el Pacífico. ¿Cuál es su visión?

-Yo no le temo ni a la Alianza del Pacífico ni a Dios. Creo que son proyectos distintos, para empezar. La primera es una alianza comercial, y la Unasur es una alianza política. La Unasur es el instrumento estratégico de la integración suramericana. Es un instrumento político donde están los jefes de Estado como organismo de poder máximo, que son los que debaten y deciden. No hay burócratas allí, no hay funcionarios. Son los que han sido elegidos en sus países. Es una organización donde se debate y se acuerda, y ésa es la diferencia con otro tipo de organización, donde se debate y no se acuerda nada. La organización del Pacífico es una organización comercial, como puede ser el Mercosur u otras. Ojalá haya muchas. A mí no me preocupa. Porque los lugares donde uno no está son ocupados por otros. No hay que buscar una confrontación con el bloque del Pacífico, hay que dejar que hagan lo suyo. Hay algunos países amigos que participan en eso, pero también participan de la Unasur.

-En Uruguay hay una discusión interna respecto a la posibilidad de ser miembros plenos de la Alianza del Pacífico, ya que actualmente el país tiene el carácter de observador. ¿Una eventual membresía plena sería compatible con la pertenencia al Mercosur?

-Yo no tengo claro si una cosa es prohibitiva de la otra. A mí personalmente me parece bien que haya ojos amigos dentro de este tipo de instrumentos, y los ojos de los uruguayos para mí son ojos amigos. Creo que no hay que fusilar a nadie porque piense distinto. Esa época pasó. Esta vez el proceso de integración es en paz, es de otra manera.

-Uno de los temores que expresaron algunos dirigentes políticos con la creación de la Alianza del Pacífico es la posibilidad de que Estados Unidos pase a tener mayor injerencia en la región.

-La mayoría de los países que integran esa organización ya tenían tratados firmados con Estados Unidos, así que no hay ninguna novedad. Yo pienso que tiene más de mostrarse que de realidad eso. Lo que está expresado en esta Alianza del Pacífico ya estaba antes. No veo un nuevo motivo de preocupación. Yo creo que hay que estar cerca, hay que mirarlo, y hay que fortalecer lo propio. Nosotros desde Unasur tuvimos éxito en evitar el golpe contra (el presidente de Ecuador Rafael) Correa, contra (el presidente boliviano) Evo (Morales), solucionamos el problema de una guerra casi segura entre Colombia y Venezuela. No pudimos solucionar lo de Paraguay, pero de cualquier manera se le aplicaron sanciones políticas y Paraguay va a volver después del proceso electoral.

-¿Va a concretarse el retorno?

-Sí, van a volver, porque a ellos les interesa, el presidente lo ha dicho. Hay que estar atentos. Yo creo que ha sido un acto reflejo de Estados Unidos de ponerlo sobre la mesa (se refiere a la creación de la Alianza del Pacífico) ante nuestros éxitos, ante los éxitos de la Unasur y del Mercosur, pero no lo veo como que los países que la integran sean nuestros enemigos.

-¿La Unasur está pensando en mecanismos de ciberdefensa?

-Ya fue aprobada en la Unasur la creación de un anillo de fibra óptica para una red de banda ancha suramericana para el transporte de datos. Hoy no la tenemos, nuestros teléfonos y nuestro transporte de datos va todo a través de centrales que están en Miami, en Atlanta. Mal podríamos pensar en defensa de este tipo si no tenemos los instrumentos tecnológicos. Conceptualmente es obvio que lo estamos pensando, que pensamos en la defensa de nuestros recursos. En una estrategia no defensiva, pero sí de disuasión. Somos pacíficos pero no pelotudos.

-En el almuerzo se hizo referencia al proteccionismo y a cómo afecta a los países pequeños. Argentina es un país al que se acusa bastante de prácticas proteccionistas. ¿No cree que esto va en desmedro de la integración?

-Hay que ser cuidadosos con la protección de nuestro comercio. No debemos dejar de tener cuidado en la protección de nuestros recursos, pero en la protección comercial creo que algunos países cometemos a veces errores de apreciación. En este proceso de integración vertiginoso, donde hemos hecho crecer muchísimo el comercio intrarregional suramericano, deberíamos tener parámetros distintos. Los países más grandes no podemos aplicarles las mismas reglas a países más pequeños, como Uruguay o Paraguay, que a Alemania y que a China. Me parece una barbaridad. Y me parece que hay algunas personas en estas tareas que les atrasa mucho el reloj, que están aplicando políticas de hace sesenta años, cuando el mundo era otro y Suramérica era otra.

-¿Está hablando de su gobierno en particular?

-No estoy invitado como funcionario de mi gobierno para hacer apreciaciones de este tipo. Estoy hablando de generalidades en América del Sur. Creo que los países más grandes, y entre ellos obviamente Brasil y Argentina, deben tener mucho cuidado y una forma de trato en este proceso de integración con los países más pequeños. Debemos tener formas de consideración distintas en las relaciones comerciales y de emprendimientos productivos. No podemos tratar a los países amigos de la región de la misma manera que tratamos a otros que están muy lejos. Y si lo hacemos, nos estamos equivocando.