La denominaron “asamblea batllista” y se convocó como un “mano a mano” con el precandidato presidencial de Batllistas de Ley, José Amorín Batlle, y el senador Tabaré Viera. Fue anoche en el Club Residentes de Flores y lo organizó la lista 305 (Renovación y Cambio) del dirigente Conrado Rodríguez.

Educación y valores fueron las palabras que más se repitieron. También se habló de la importancia de la clase media y del legado histórico del batllismo. Obviamente hubo reproches al gobierno frenteamplista y críticas al presidente José Mujica por sus dichos sobre la consolidación de un esquema bipartidista a partir del acuerdo entre blancos y colorados en Montevideo.

Rodríguez, por ejemplo, apeló al legado histórico de la “ideología” batllista y elogió el trabajo de Kimal Amir, un ex dirigente del Movimiento de Liberación Nacional que aportó al último Congreso Ideológico del Partido Colorado (PC) como representante de Batllistas de Ley. Además, responsabilizó al gobierno por sus “ataques” a la clase media mediante impuestos, la “fractura social” que eso provoca, el antirrepublicanismo y los “ataques” al Poder Judicial. Respecto de la tesis del bipartidismo planteó: “Lo dice una persona que proviene del Herrerismo, ni siquiera reconoce sus propias raíces. Nosotros sabemos quiénes somos y lo que significa el batllismo como forjador de un país modelo”.

Consultado por la diaria, Viera dijo que el acuerdo por Montevideo “no es más que eso, juntarse para sumar votos a partir de un entendimiento programático. No está planteado para más allá ni mucho menos”. Dijo creer en un “Estado activo y no prescindente” y marcó algunos matices, sin nombrarlo, con el sector de Pedro Bordaberry. “Nuestro énfasis es la educación, que es la principal política de desarrollo. La violencia y la inseguridad no se solucionan solamente con mayores penas y con represión. Escapamos de ese esquema de hacer política centrados en la inseguridad y en cómo combatirla, pensamos que eso acota también las posibilidades de crecimiento del PC”, explicó. También marcó distancias ante una pregunta sobre la última reunión del líder de Vamos Uruguay (VU) con la Asociación Rural del Uruguay (ARU): “Nosotros podemos, seguramente, sentarnos a conversar con los sectores ruralistas más tradicionales, como la ARU, pero también nos preocupa mucho qué pasa con el sector granjero o la vitivinicultura, con los trabajadores agropecuarios que precisan también políticas que los atiendan”.

Amorín Batlle comenzó su discurso con una autocrítica y atribuyó la caída electoral del PC en 2004 a que “dejamos de hacer reuniones de este tipo, nos alejamos de la gente, eso fue un error grave”. Pese a eso, vaticinó una recuperación electoral colorada porque “vamos a tener dos sectores principales, como fue históricamente”. “Antes éramos la 15 y el Foro Batllista, hoy somos VU y Batllistas de Ley. Dos sectores fuertes que en algunos temas piensen distinto, que no tengan temor a discrepar pero con altura. Eso le hace mucho bien al partido, es la única forma de crecer. La única forma de crecer es que venga gente de afuera, no de comer adentro […]. No es sensato destrozar al otro sector del partido”. El precandidato reiteró la idea de que el asunto de agenda política que “todo el mundo siente como más importante es la seguridad”, pero en Batllistas de Ley consideran “que el tema más profundo y central es la educación”. También planteó que en Montevideo, en mayo de 2015, habrá “dos partidos políticos que se ponen de acuerdo para sumar sus votos”. “Vamos a tener candidatos colorados y vamos a levantar las banderas coloradas, y los blancos van a hacer lo mismo”, dijo a la diaria. En cuanto a cómo marcarán perfil en la interna colorada, comentó que Batllistas de Ley se concentrará en sus propuestas programáticas y no en las de VU: “Yo no voy a hablar de la plataforma de ellos”. Sí se refirió a la reciente incorporación del dirigente de Maldonado Francisco Sanabria, que abandonó su grupo para pasar al de Bordaberry. “La decisión de Sanabria es de él, [pero] no le hace bien a esa imagen de nuevo PC que le quería dar VU, porque están incorporando gente que era lo que ellos denominaban viejo partido. En el pasado se dijeron las peores cosas [entre Sanabria y dirigentes de VU]. A mí me gusta hacer política con cierta coherencia”.