La movilización fue originalmente una iniciativa de FUCVAM a la que se fueron sumando distintos gremios y sindicatos, mayoritariamente públicos y en su mayoría conducidos actualmente por dirigentes de la izquierda no frenteamplista.

Terminaron convocando, además de FUCVAM, la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE), la Asociación de Funcionarios de UTU, la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria, la Asociación de Trabajadores de Enseñanza Secundaria, la Asociación de Maestros del Uruguay (Ademu-Montevideo), la Unión de Trabajadores del Hospital de Clínicas, la Asociación de Docentes de Enseñanza Secundaria (ADES), la Unión de Funcionarios del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), el Centro de Estudiantes de Magisterio, el Centro de Estudiantes del Instituto de Profesores Artigas, el Sindicato Único de Automóviles con Taxímetro y Telefonistas, la Asociación de Obreros y Empleados Municipales de Montevideo y la Asociación de Funcionarios del CASMU.

Pese a tanta diversidad, se logró acordar una plataforma común y que al cierre de la marcha hablaran sólo cuatro oradores. Las reivindicaciones incluían el reclamo por el 6% del Producto Interno Bruto (PIB) para la educación, mayor presupuesto para vivienda y salud, autonomía y cogobierno en la enseñanza, salario mínimo equivalente a media canasta básica, tierras en condiciones para la construcción de viviendas, sistema único estatal de salud y rechazo a las privatizaciones en el Estado.

La marcha tomó por la avenida 18 de Julio y los manifestantes despidieron a la Torre Ejecutiva con una batería de petardos. FUCVAM le puso colorido a la movida. Además de ser la organización que arrimó más gente en el transcurso de la marcha, cada cooperativa de vivienda estaba identificada con chalecos o remeras de colores con letras estampadas: Covicuer 2010 eligió el naranja fosforescente, Coviluyfa el rojo, Covimar 2011 el amarillo patito, Covipafi el verde, Coviami el azul y así sucesivamente. Hubo muchas motos, bicicletas y hasta cochecitos de bebés, una batucada, banderas, bombas de estruendo. Y ningún incidente.

Encapuchados

La marcha dobló por la calle Paraguay para pasar por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). En la esquina con Colonia había un vallado y frente al edificio donde trabaja Fernando Lorenzo estaba apostado un vehículo policial y ocho efectivos que rápidamente corrieron a formarse detrás de la valla, a escasos metros de donde pasaba la marcha.

Un joven quiso pasar y le pidió permiso al oficial a cargo. En el instante en que se le iba a permitir pasar el vallado, el policía se dio cuenta de que en la mano del joven había un sospechoso envase de aerosol. Simplemente se lo requisó y le dio la orden de salir de la zona vallada. Más allá de algunos cánticos como “Ay que no alcanza el presupuesto de la enseñanza y sobra en pila el presupuesto de los gorilas” y de un par de bombas que explotaron en el aire, la marcha no se detuvo en el MEF. Algunos de los policías que estaban en el lugar tenían las caras tapadas con pasamontañas por debajo del casco. Uno de los manifestantes comentó: “¿Viste que ellos también están encapuchados?”.

La marcha continuó por Paraguay y tomó Avenida del Libertador. Frente al Centro Militar no había vallado. Sólo un furgón policial estacionado al frente del lugar, que seguramente estaría cargado de efectivos. La gente ni siquiera se detuvo y continuó hacia el Palacio Legislativo para escuchar la oratoria.

En un pequeño estrado montado en la calle entre el Palacio Legislativo y el edificio anexo, hicieron uso de la palabra la sindicalista Mónica Ramírez (ADES), los secretarios generales de Ademu, Raquel Bruschera, y de FUCVAM, Fernando Zerboni, y el presidente de COFE, Pablo Cabrera. Ramírez dijo que con la última Rendición de Cuentas del “gobierno progresista” la situación de la educación pública “no ha cambiado”, y criticó a la ANEP por implementar planes patrocinados por organismos financieros internacionales. Todos los programas como “Prolee, Promejora, y muchos otros pro, no se aplican en la educación privada”, lo que implica que “se están formando dos categorías de ciudadanos, manteniendo las mismas desigualdades”. Fustigó la política de exonerar de impuestos a las multinacionales de la celulosa, la minería, la soja y los terratenientes, y “las empresas privadas de la educación tampoco pagan impuestos ni aportes patronales, por lo que el Estado deja de recaudar millones de dólares con los que podría aumentar el presupuesto para la salud, la educación y la vivienda, sin aumentar otros impuestos ni generar inflación”.

Por su parte, Bruschera dijo que los promedios de inversión en educación en la región son muy superiores a los de Uruguay y exigió que se otorgue el 6% del PIB para ese fin. Criticó a la Universidad Tecnológica por considerarla una iniciativa “privatizadora” que representa “la mercantilización” del sector y que ha sido pensada para “formar técnicos que respondan a las demandas de los empresarios y del capital”. Zerboni reclamó una revisión del precio de la unidad reajustable, que siempre “aumenta más de lo que aumentan los salarios de los trabajadores”, y anunció que FUCVAM va a lanzar la propuesta de generar un “gran debate” entre todas las organizaciones sociales para crear un “plan nacional de vivienda” de largo plazo, que cubra las necesidades de los sectores que no pueden acceder a ese derecho.

Finalmente, Cabrera reclamó un compromiso con el “no a la baja de la edad de imputabilidad” y dijo que los temas sociales “no se pueden medir por separado”, por lo que vivienda, educación y salud “van de la mano”. “Vemos que el país crece y crece y nunca se derrama para la mano de la clase trabajadora. Las diez empresas más importantes tienen subsidios que superan dos veces el presupuesto del Ministerio de Desarrollo Social”, agregó, y reclamó que esos subsidios se “vuelquen” a salud, educación y vivienda. “Que pague más el que tiene más, que pague menos el que tiene menos y el que no tiene nada que no pague nada, porque así se construye la sociedad”, dijo.