“El Frente Amplio [FA] dejó de ser el aliado en la lucha contra la dictadura para ser el intruso político, el que rompe el oligopolio bipartidista tradicional [...]. Bien sabemos que todo sistema multipartidista es inestable y tiende a la recomposición de un bipartidismo. En el largo plazo, pues, el FA amenaza la vida misma de uno de los dos partidos tradicionales. El FA es una amenaza para la plácida coexistencia pacífica de dos partidos que disputan incansablemente sobre todo lo accesorio pero que están de acuerdo en lo esencial”. Se trata de un fragmento de la lectura política que hacía el general y primer candidato presidencial del FA, Liber Seregni, en 1985, pocas semanas después de asumido el gobierno de Julio María Sanguinetti y durante un acto en el Cilindro Municipal. Antes de Seregni ya había razonado en ese sentido el periodista Carlos Quijano, quien decía desde las páginas de Marcha que en Uruguay existen realmente sólo dos partidos: el del cambio y el del statu quo. Poco después de las elecciones de 1999 -en las que Jorge Batlle venció a Tabaré Vázquez en segunda vuelta- el entonces senador emepepista Eleuterio Fernández Huidobro escribía que ese “partido del statu quo” seguiría presentándose “camuflado en dos” solamente hasta que la izquierda mejorara su desempeño electoral y accediera al gobierno.

Ayer, antes de partir a Nueva York a la asamblea de las Naciones Unidas, el presidente José Mujica hizo un análisis político similar al de Seregni, Quijano y Fernández Huidobro, al referirse al acuerdo entre blancos y colorados de crear un lema común para las elecciones departamentales de 2015 en Montevideo.

El principal mandatario dijo a Radio Montecarlo que si bien ambos partidos han tenido una historia de diferencias en el transcurso de “muchísimas décadas”, es “natural que en los últimos 20 o 30 años, en la medida que fue apareciendo en el horizonte el dilema que les planteaba el FA, los partidos han ido desdibujando parte de sus perfiles y tienden a una comunión de carácter conservador más o menos genérica, que tiene sus matices y no quiere decir que son lo mismo”. “Quiero decir que cada vez confluyen más. Creo que esto es un paso en ese sentido. Se empieza por alguna intendencia, mañana se seguirá por otros caminos. Las tradiciones también cambian”, aseguró.

Los dichos de Mujica no tardaron en generar la reacción de blancos y colorados. El secretario general del Partido Colorado (PC), Max Sapolinsky (Vamos Uruguay, VU), dijo a Montevideo Portal que Mujica “no debería involucrarse en la vida de los partidos políticos”. “Es una apreciación ajena a la realidad. El PC está muy vivo, creciendo, y dará dura batalla en las elecciones de 2014”.

En tanto, quien ofició como negociador colorado ante el Partido Nacional (PN), el senador Ope Pasquet, también de VU, sostuvo que Mujica “debería dejar de intentar hacer profecías”. “Ya ha macaneado bastante como para seguir por ese camino. Bastante tiene con administrar el presente como para intentar prever el futuro”.

El legislador colorado le sacó peso al acuerdo y señaló que se trata simplemente de una “alianza electoral para Montevideo”. “Proyectarla más allá de los fines proclamados no tiene fundamento”. También recordó que el PC hubiera preferido un “balotaje a nivel departamental, acompañado de representación proporcional en las Juntas Departamentales, pero el PN no aceptó, por lo que el instrumento acordado fue éste”.

En tanto, el senador nacionalista Jorge Saravia (Concertación Republicana Nacional) dijo: “Lo departamental está separado de lo nacional y sus problemas no tienen ideología, como la basura, el alumbrado, la obra pública”.

En cambio, el ex senador del Espacio 609 aseguró que a nivel nacional el PN presentará una propuesta que “es alternativa al FA, pero también al PC. El PN tiene una tradición republicana y federal y el PC otra liberal y unitaria”. Además, Saravia aprovechó para señalar que el FA “tiene una división interna muy profunda, incluso en lo filosófico y en lo programático”. “La confrontación ideológica por el modelo económico está planteada en la izquierda, que más allá o más acá se va a partir”, aseguró.

Ayer, en una entrevista con El País, el intendente de Colonia, el nacionalista Walter Zimmer (Alianza Nacional), manifestó reparos respecto del acuerdo alcanzado en Montevideo. El jerarca no sólo cuestionó que “se pierde un perfil histórico” sino que también advirtió que si los partidos tradicionales sufren una derrota juntos “sería una paliza histórica”. Además, se opuso a que el pacto se implemente a nivel nacional, ya que eso haría sucumbir “toda la expresión de centroizquierda que tienen ambos partidos, sobre todo en el PN”, y como alternativa para los casos departamentales, propuso que haya “acuerdos de cúpula” de los partidos: “Si hay riesgo de que gane el FA en un departamento, que la cúpula decida a quién votar”.