Maraboto tiene 33 años y se fue de Uruguay en 2000, para radicarse en Italia. En un extenso comunicado publicado ayer expresa que nunca conoció “en persona” a su padre biológico. Recién a los 17 años, cuando murió su abuelo materno, preguntó por su nombre y dos años antes de casarse, “en la eventualidad de un día ser padre”, quiso entender su origen. En diálogo con la diaria desde Verona, explicó que comenzó por preguntarle a su madre, y luego de investigar “a través de internet” en medios de prensa, libros y archivos, consiguió la dirección de correo electrónico de su padre e intercambió “varios mensajes”. “Para mí fue muy fuerte. Lo ves como un tipo manipulador, un individuo que tiene miedo, que está incómodo de tener un hijo que sepa”, añadió.

En el comunicado expresa que su padre se llama Ariel Horacio Ricci Cabeza, ex estudiante del Instituto Alfredo Vásquez Acevedo, ex dirigente de la UJC, ex “tira”, integrante de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII) durante la dictadura, de profesión publicista, “chanta” del budismo y “requerido por la Justicia uruguaya”. Explica que Ricci nació en 1952 y que en 1971 llegó a ser miembro del Ejecutivo de la Coordinadora de Estudiantes de Secundaria, por lo que “fue detenido por varios meses”. Luego del golpe de Estado de junio de 1973 pasó a la clandestinidad, la DNII solicitó su captura y fue detenido y procesado en 1975. Maraboto escribe que “durante ese mismo año, en uno de los centros de detenciones”, Ricci, “con una pistola en mano”, amenazó a José Enrique Baroni, uno de los cuatro militantes comunistas fugados del Cilindro. En 1975 también viajó varias veces a Buenos Aires para reunirse “con un buen número de jóvenes comunistas, sin que ellos supieran que era un traidor”.

Luego agrega datos sobre acciones en las que Ricci, acompañado por policías, participa en “visitas inesperadas” a radios, parroquias y teatros, y menciona la detención de un militante de la UJC a quien Ricci “delata desde arriba de una camioneta de la Policía de Inteligencia”. También explica que en 1977 Ricci participó en el secuestro de Óscar Tassino, quien fue brutalmente torturado en el centro clandestino La Tablada hasta su muerte y “habría sido enterrado en el Batallón Nº 14 de Toledo”. Luego cita a Álvaro Alfonso, quien en el libro Secretos del PCU revela que Ricci trabajó para la Inteligencia naval durante un año, luego pasó al Servicio de Información e Inteligencia e incluso “un día decidió escapar y pedir asilo político en la Embajada” de Estados Unidos, pero fue devuelto a las “pocas horas” y recibió “30 días de arresto de rigor”.

De represor a budista

Maraboto escribe sobre lo que le contó su madre acerca de Ricci, un joven que “usaba melena larga”, barba, frecuentaba “ambientes muy hippies” y “siempre andaba con una cámara de fotos profesional”, porque decía que “le gustaba la fotografía”. Cuando la madre le contó a una amiga sobre su relación con Ricci, ésta le dijo: “Estás saliendo con un tira”. Según el relato de Ricci, a la madre de Maraboto se le vino “el mundo abajo” y por esos días confirmó que estaba “esperando un hijo”.

Maraboto recopiló información que revela que Ricci operó en junio de 1983 en la detención de Javier Leibner y su esposa. Ese año Ricci habría salido de Uruguay hacia Brasil y en 1985 se llevó a ese país a sus padres. Allí, en 1995, se convirtió al budismo. Desde hace unos meses vive en Armação dos Búzios, en el estado de Río de Janeiro, confirmó Maraboto, quien dijo que Ricci fue denunciado en el Parlamento en julio de 1985 por el senador del Frente Amplio José Germán Araújo.

Después de un tiempo de intercambiar correos con Ricci, “las conversaciones se fueron deteriorando”, contó Maraboto, porque fueron “surgiendo cosas de las que a él no le convenía hablar”. “Quisiera no tener su sangre, tal vez alguno se pregunte por qué divulgo esto, para mí sería más fácil vivir ignorando la verdad, pero no soy un cobarde, elegí usar un arma más fuerte que mil revólveres: la palabra”, agrega en el comunicado.

Maraboto expresó a la diaria que está dispuesto a dar testimonio ante la Justicia de todo lo que ha investigado y de los nuevos testimonios que desde ayer está recibiendo por correo electrónico a partir de que hizo público el caso.