La figura del comisario Gesner Gómez ya generó polémica en su gestión al frente de la comisaría de Tranqueras, Rivera. Se lo conocía como impulsor de una política de mano dura, principalmente contra quienes tomaban alcohol en la calle, contra los tablados que se pasaban de hora o contra quienes fumaban marihuana, a quienes llevaba a la comisaría para preguntarles dónde la habían comprado, según relataba una nota del suplemento ¿Qué pasa?, de El País, en marzo de 2013.

El comisario pasó a ejercer funciones en la ciudad de Rivera, y según denunció el Partido Comunista del Uruguay (PCU) del departamento, lo hace con “manifiesto abuso de derecho” y mediante “una interpretación antojadiza y abusiva” de varias normas, entre ellas la Ley de Faltas (19.120) y la Ley de Seguridad Vial (18.191). Nueve integrantes del comité departamental del PCU en Rivera presentaron una denuncia ante la Dirección de Asuntos Internos del Ministerio del Interior a comienzos de enero, por diversas actuaciones del comisario en los últimos meses de 2013, “que tienen como víctimas principalmente a jóvenes de esta ciudad”, según consta en el escrito. El edil del PCU Enrique da Rosa afirmó a la diaria que el comisario “no respetó la Ley de Procedimiento Policial y ha actuado con extrema violencia hacia muchos jóvenes en esos meses”. Entre otros colectivos víctimas de la “actitud claramente discriminatoria”, la denuncia identifica a quienes integran la movida cannábica, grupos que promueven el candombe y grupos de diversidad sexual. “Ha dicho que está prohibido tomar alcohol en la vía pública, pero eso no aparece mencionado en ninguna ley, y él dice por todos lados que está en la Ley de Faltas”, señaló el edil.

También ha apuntado contra los skaters, señalando que la Ley de Seguridad Vial no permite el uso de ese medio de transporte “con tracción a sangre” en la calle, sin elementos de seguridad, y limita el uso de la pista de skate. “Ha resuelto que en la pista de ‘Skate’ [...] de la ciudad de Rivera, no se puede estar después de la hora 22; procediendo en ese lugar, así como en otros lugares a la incautación de ‘Skate’ a varios jóvenes que se encontraban practicando esta actividad, bajo amenaza de ser conducidos al ‘calabozo’”, menciona la denuncia.

Las incautaciones son varias: “Ha incautado una bicicleta a un joven que venía de su trabajo, por el solo hecho [de] que tenía en su poder una botella de vino, pero no encontrándose el mismo alcoholizado, ni tampoco conducía por supuesto un vehículo automotor, ni se le practicó ninguna espirometría o prueba pertinente. Como también procedió sin motivo alguno a retirarle el carnet municipal a una joven que trabajaba en forma autorizada como cuidacoches”, se agrega en el documento.

Da Rosa aseguró que la denuncia se hizo en Asuntos Internos “para parar la mano, para frenar el ascenso de la violencia en los procedimientos policiales, que no pase de claro a oscuro”, y según entiende el legislador local, a partir de ésta y de diversas movidas organizadas por colectivos de jóvenes, la situación ha cambiado. El edil defendió el camino elegido: “Podríamos haber hablado con los asesores del ministro [del Interior, Eduardo Bonomi], pero preferimos seguir este camino, para demostrar que esta vía funciona y que cualquier vecino puede hacer una denuncia”.

Noche de paz

Los jóvenes fueron quienes más se movilizaron a raíz de las actitudes del comisario Gómez. Según una nota publicada por el semanario Brecha el viernes 24, otro de los casos de violencia policial se produjo el 25 de diciembre de 2013, cuando un grupo de jóvenes que festejaba en el centro de la ciudad, a raíz de una pequeña pelea, fue dispersado por la Policía y el comisario Gómez en persona. Hubo golpes y varios detenidos.

La denuncia del PCU también recoge este hecho y lo equipara “a las ‘razzias’ más grotescas del período de la dictadura”. Esa noche, los policías portaban armas largas, “lo que resulta absolutamente improcedente”, indica la denuncia, que agrega que esto generó “como reacción que algunos jóvenes arrojaran piedras; se señala que esto fue una respuesta -destemplada es cierto- pero causada directamente por el aberrante procedimiento seguido por los comandados por el Comisario Gesner Gómez. Que como puede verse en el material fotográfico que se acompaña, utilizó al menos tres vehículos policiales, dos motos y un número importante de efectivos, participando el de particular”.

Después de los hechos de la noche de Navidad, el grupo de diversidad sexual y género Riversidad, Movimiento Fronterizo, Movimiento Estudiantil, Unión de Skaters de la Frontera y la Unión de Juventudes Comunistas (UJC) organizaron una mateada cultural e informativa en contra de la estigmatización de los jóvenes, y en unas horas juntaron 205 firmas de personas preocupadas por esta situación. Leyeron las leyes de Faltas y de Procedimiento Policial, y en talleres discutieron qué actitud debían adoptar ante casos de violencia policial.

Luego, algunos jóvenes participaron en un encuentro de la Mesa de Convivencia Ciudadana, junto con otros vecinos, representantes del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay, la Junta Departamental de Drogas, funcionarios de la comisaría, el propio Gómez y miembros de la Policía Comunitaria. “Se planteó buscar una solución a estos episodios. Él prometió, desde su lugar, no tener ciertas actitudes con las que entendía que se había sobrepasado”, contó a la diaria Rafael Borges, uno de los jóvenes que organizaron la mateada, también integrante de la UJC. Según Borges, después de todos estos hechos, el comisario “cambió un poco el discurso”.