Gabriel Soto es el nuevo presidente de la Mesa Directiva de la Agrupación de Funcionarios de UTE (AUTE). Tiene 35 años y es el mayor de los integrantes de la lista 1259, una nueva corriente del sindicato cuyo triunfo significó el desplazamiento de quienes dirigían la organización desde 1985. La plataforma con la que ganaron propone transformar a AUTE en un protagonista del debate sobre la generación, transmisión, distribución y comercialización de electricidad, modificar la Ley de Marco Regulatorio del sector, revertir las tercerizaciones, rebajar las tarifas e impulsar la regularización del suministro en zonas de consumo informal. De estos temas y del triunfo de su lista, dialogó con la diaria.
-¿Cómo fue el proceso de surgimiento de la Agrupación?
-Somos un grupo de militantes que nos fuimos encontrando en las propias instancias de discusión del sindicato y que fuimos construyendo acuerdos entre nosotros, algo que se termina de catalizar luego de cerrada una etapa fundamental, como es la reestructura de UTE. Nos consolidamos como agrupación entre octubre y noviembre del año pasado y nos presentamos a las elecciones de la Mesa Directiva en diciembre. Las elecciones en AUTE tienen dos etapas: primero, la elección del Congreso Nacional de Delegados, en el que cada 80 trabajadores se elige un delegado titular; luego se conforman las listas para la Mesa Directiva y conseguimos juntar 21 delegados y nos presentamos. La Mesa Directiva es el órgano ejecutivo permanente que dirige al Congreso Nacional de Delegados.
-Los integrantes de la lista 1259 tienen poca antigüedad como funcionarios del ente.
-En UTE no ingresó nadie durante 15 años, como en todo el Estado. Gracias a la lucha de los sindicatos, y en particular de AUTE, se consiguieron muchos ingresos de personal en áreas que estaban al borde de ser tercerizadas. Yo entré hace seis años y soy de la primera camada de trabajadores que ingresaron mediante un llamado abierto. En ese período entraron a UTE alrededor de 1.800 funcionarios nuevos. Falta toda una generación de trabajadores, porque los últimos fueron becarios que ingresaron en los 90.
-¿Cuáles son los motivos por los que los afiliados a AUTE decidieron cambiar la orientación de la dirección sindical?
-Primero, porque transitamos una etapa muy difícil con la reestructura de la empresa, que llevó muchos años, y en gran medida las expectativas de los trabajadores no fueron colmadas. La mayoría de las propuestas de AUTE para esa reestructura no se pudieron materializar. Si bien terminamos aprobando el proyecto, esto sucede en medio de una gran disconformidad y con asambleas históricas por la baja participación. Los objetivos de revalorizar los puestos de trabajo, de discutir la estructura de UTE, los derechos laborales y otra cantidad de cosas que podíamos llevar adelante en esa etapa histórica no fueron alcanzados. Por otro lado, existía un modelo de sindicato que se agotó, porque había generado una práctica de alejamiento del conjunto de los trabajadores. AUTE es el sindicato de empresa más grande del país, con un poderío económico brutal, nueve locales en todo Uruguay, un conjunto de cosas que permiten que pueda ser un sindicato con mucha organización y fuerza. Pero no se había desarrollado un proceso de democracia interna en forma permanente y los trabajadores se habían alejado de las prácticas del sindicato.
Cambio de contador
La lista 1259 de la agrupación 12 de Agosto del 59 obtuvo 1.252 votos, mientras que la lista 2014, afín a la corriente sindical Articulación, consiguió 855, la lista 134, conformada por independientes, obtuvo 495 y la lista 2006, integrada mayoritariamente por militantes del Movimiento de Participación Popular y el Partido Comunista, recogió 454 sufragios. Este resultado determinó que a la lista 1259 le correspondieron siete cargos en la Mesa Directiva, mientras que los otros ocho se repartieron entre las demás. UTE tiene alrededor de 6.500 funcionarios, de los cuales unos 5.300 están afiliados a AUTE.
-¿Tienen afinidad con algún sector político?
-Yo no pertenezco a ninguna organización y entre los integrantes de la lista no hay vinculación con ningún partido. En la gran mayoría hay una simpatía por la izquierda tradicional, pero no hay militancia partidaria.
-En la plataforma que propusieron en la campaña electoral hablan de que AUTE tiene que tener otro protagonismo en la discusión sobre políticas energéticas.
-Los trabajadores de UTE hemos sido los grandes ausentes en discusiones que son estratégicas para el país. Creo que tenemos alguna cosita para decir sobre el tema. ¿Quién va a estar en contra de tener una matriz energética sustentable, que no agreda al medio ambiente, que sea económicamente viable? Pero en los últimos años estamos asistiendo a una pérdida de autonomía. La Ley de Marco Regulatorio del sector, que es muy negativa, habilita la privatización dentro del parque generador y eso se ha profundizado. Hoy todos discutimos si los molinos son buenos o son malos, si agreden al medio ambiente o no, pero no estamos discutiendo quiénes son los dueños de ese parque generador, y en eso estamos transitando hacia un modelo privado casi hegemónico.
-Ustedes plantean que la generación de energía siga en manos del Estado.
-Eso es imprescindible. Uruguay no puede pensar en un proyecto propio si no tiene el parque generador para tomar las decisiones estratégicas. Hay que pensar en el modelo de desarrollo que querés: cuántos puestos de trabajo hay atrás, qué capacidad de autonomía tenés, si existe la capacidad de incentivar el desarrollo productivo en determinadas áreas. Y eso se puede hacer si tengo la energía en manos públicas para tomar las decisiones. Rediscutir el marco regulatorio es urgente porque lo que se empezó a aplicar de él es la generación, pero todavía queda mucho para aplicar en la transmisión, distribución y comercialización, un conjunto de cosas que no entraron en carrera, pero que cuando entren pueden hacerle mucho daño al pueblo uruguayo. Es necesario revisar cómo se construye la tarifa, cuánto pagan los grandes consumidores y por qué pagamos una tarifa tan alta. UTE es una empresa pública que tiene la capacidad de incidir en las políticas estructurales del país. El plan UTE Premia es un ejemplo de cómo el ente puede incidir en la macroeconomía. Hay que rediscutir todas esas cosas. No se puede tener un marco regulatorio que abre la cancha para que el sector privado se haga de un servicio público como la generación de energía eléctrica, porque la lógica del servicio público y la lógica del lucro son antagónicas. Hay un extremo, aunque estamos lejos de eso, que es lo que está pasando en Argentina, donde el proceso de privatización terminó degradando la calidad del acceso al servicio.
-También propusieron regularizar el suministro eléctrico en barrios donde hay informalidad.
-Trabajo en el sector operación de redes, que atiende las reclamaciones. El año pasado tuvimos un par de situaciones en las que tocamos fondo. Mucha gente se quedó sin energía en lugares con instalaciones vetustas, sobrecargadas, con falta de inversión durante los últimos años. Muy pocos clientes formales y muchos usuarios. Y hubo compañeros que chocaron con la gente, porque había roturas insalvables que no podíamos resolver y la gente no entendía. Hubo situaciones de violencia. Entonces planteamos un proyecto, conseguimos la sintonía del Directorio y surgió el plan 20 Barrios, que implica una mejora de las instalaciones en zonas conflictivas de Montevideo, con problemas de distribución de energía, con cantidad de conexiones irregulares y cantidad de accidentes, porque son instalaciones totalmente inseguras para la gente y para los trabajadores de UTE. Hicimos una charla en el barrio Borro, donde el invierno pasado estuvieron 20 de las noches más frías sin luz. Se realizó una acción social deliberada con los vecinos junto con una propuesta de acercamiento a regularizarse, en una primera etapa a limitar el consumo, después a pagar una tarifa básica y continuar así un proceso de integración a la formalidad. Y dio resultado. Pero es un proyecto muy pequeño con respecto a la dimensión del problema, y por eso hay que expandirlo.
-En la plataforma expresan que UTE genera amplias ganancias más allá de los resultados de los ejercicios anuales.
-En grandes números, el año pasado fueron a Rentas Generales más de 250 millones de dólares y además quedaron como excedente unos 180 millones de dólares más. Sin embargo, sólo el 10% del presupuesto global está destinado a los salarios de los funcionarios.