El miércoles, la Federación de Obreros y Empleados de Barraca Erro denunció el fallecimiento de un trabajador ocurrido el 30 de diciembre en la planta de acopio de granos de la empresa, ubicada en Continuación Río Negro casi ruta 21 de la ciudad de Dolores, departamento de Soriano. El comunicado de la FOEBE expresa que José Luis Gallo, de 58 años de edad, con más de 20 años en Barraca Erro, trabajaba “en condiciones inhumanas, al rayo del sol, al mediodía, en una jornada para la que el Sistema Nacional de Emergencias había emitido una alerta naranja, por altas temperaturas”. En esa situación, realizaba tareas de “embolsado de cereal y aplicación simultánea de insecticida en pastillas, que debido a la altísima temperatura” se gasifica “casi de inmediato”, a lo que “se suma el típico polvillo que se eleva al mover el grano”.

El 30 de diciembre, cerca de las 8.30, “por un pico de presión debido al calor”, Gallo debió retirarse de la empresa y dirigirse a un sanatorio. Trabajó toda la mañana. Sobre las 13.30, se dirigió al baño, donde poco después fue encontrado sin vida por sus compañeros.

Edis Moreira, vicepresidente de la FOEBE, expresó a la diaria que el sindicato realizó inmediatamante la denuncia ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, y que el 3 de enero la Inspección General del Trabajo y Seguridad Social (IGTSS) visitó el lugar de trabajo de Gallo. Según el acta levantada por la 
IGTSS, a la que la diaria accedió, los trabajadores realizaban “embolsado y colocación de pastillas plaguicidas utilizando tractores y tolva” y no utilizaban “adecuadamente los equipos de protección personal”. Añade: “[Los empleados] manifiestan desconocer los efectos y la correcta forma de aplicar los plaguicidas [y sus] fichas de seguridad”. La IGTSS decidió clausurar esa área de trabajo e intimó a la empresa a presentar, en un plazo de cinco días, los procedimientos para aplicar plaguicidas, la evaluación de riesgos, los planes de prevención y vigilancia de salud, y el protocolo de actuación frente a emergencias.

Moreira contó que el médico que certificó el fallecimiento de Gallo lo calificó de “muerte dudosa”, y que el caso está ahora en la órbita judicial. Para el dirigente del sindicato, fue “un accidente laboral”, que “se podría haber impedido si se hubiera cumplido con la normativa”. Además, “[Gallo] estaba trabajando un día en que había alerta y recomendaciones de no exponerse al sol desde el mediodía hasta las cuatro de la tarde. ¿Acaso esas recomendaciones son sólo para la gente que va a la playa?”, se preguntó. Los trabajadores demandan que en días como ésos las tareas se realicen de mañana, se suspendan al mediodía y continúen después de las 17.00. Agregó que la empresa se excusa con que “no existe una ley que obligue a hacer eso”. Según el acta de la IGTSS, que contiene el testimonio de los trabajadores que estaban con Gallo, éste no utilizaba guantes ni mascarilla de protección, pero tampoco se le exigía que lo hiciera. Uno de los operarios dijo que recibieron cursos de “colocación de mascarillas”, a cargo de la empresa que las fabrica, pero no de manejo de “los venenos”.

La FOEBE denunció también el “despido arbitrario” de ocho trabajadores, tres de los cuales pertenecían a la dirección del sindicato. Según Moreira, la decisión de Barraca Erro es una consecuencia del planteo de la FOEBE de recategorizar a los trabajadores que figuran “en dos planillas”, para que “puedan cobrar según el laudo más favorable”, ya que algunos empleados figuran en los rubros cerealero y comercial, pero cobran según el primero, que es el más bajo. “A raíz de estos reclamos, la empresa decidió cerrar la sección en la que se desempeñan justamente estos trabajadores”, dijo.

Para el lunes, a las 10.00, la Dirección Nacional de Trabajo citó a los delegados sindicales y empresariales a una reunión tripartita de negociación.