“Se trata más de hacer que de decir”, dice la presidenta de AFE, Carmen Melo, minutos antes de una entrevista que mantuvo ayer con la diaria. Así explicó su bajo perfil; desde que asumió a mediados de noviembre, la jerarca ha tenido muy poca exposición pública. Le tocó suceder a Jorge Setelich, quien había cuestionado los planes ferroviarios del gobierno al denunciar la falta de inversión en el sector, se enfrentó con autoridades del Ministerio de Economía y Finanzas y sostuvo que el modelo del presidente José Mujica no funcionaba.

Melo no cuestiona lo realizado por el Frente Amplio en la gestión de esta empresa. “Se plantea que se prometió algo que no se concretó y no es cierto. Encontrás un ferrocarril que si subsistió hasta el momento es gracias a los trabajadores”, explica. Militó en el sindicato del ente, la Unión Ferroviaria, a la salida de la dictadura, y fue declarada excedente en el primer gobierno de Julio María Sanguinetti. La jerarca dice que el sindicato tiene posturas “muy respetables”, pero no coincide con el rechazo del gremio a la operadora de derecho privado (Servicios Logísticos Ferroviarios, SLF) que creó el gobierno. “Si yo acepté la presidencia de AFE, tengo que estar de acuerdo con las políticas diseñadas”, explica.

Melo asegura que en este proceso “el actor principal es el presidente y nosotros somos actores de reparto; éste es su proyecto”. Según dice, Mujica piensa “con una perspectiva de 50 años hacia adelante; es una cosa que hay que reconocerle”: por primera vez alguien “se da cuenta” de las exigencias del funcionamiento del sistema ferroviario y la necesidad que tiene el país de que se invierta en él, argumenta. Eso, a diferencia de lo que ha sucedido antes, cuando existía “el compromiso de los diferentes gobiernos de no invertir en aquellas cosas que después no se pueden mostrar”. Justamente, hoy en día AFE invierte 70 millones de dólares de la segunda parte del primer préstamo no reembolsable del Fondo de Convergencia del Mercosur en el cambio de durmientes de la línea ferroviaria que une Montevideo con Rivera, la más importante del cordón ferroviario del país. Según la jerarca, la obra finalizaría en 36 meses. Estos temas, entre otros, estuvieron presentes en el diálogo que la diaria mantuvo con Melo.

-Setelich dijo que se necesitaban 820 millones de dólares para dejar la infraestructura a punto. ¿Usted comparte ese diagnóstico?

-Si nosotros pudiéramos pensar en una situación en la que en lo único que el país tuviera que invertir fuera en ferrocarril, podríamos manejarnos con ese número, pero estamos planteando que el país tiene urgencias mayores, y por eso hasta ahora no ha podido concretar más. No creo que estemos en condiciones de exigir semejante monto. No sé cuánto podría llevar la renovación de la línea hasta Río Branco, pero no estamos en esos números. Tenemos 45 millones de dólares para la puesta a punto de las locomotoras (por intermedio de SLF), se está planificando la adquisición en este proceso de locomotoras y vagones, y si ponemos las vías de mayor uso en condiciones, podemos obtener una mayor cantidad de ingresos. Si fuéramos a redefinir toda la red de AFE, quizá necesitaríamos más, pero creo que por el momento estamos en un buen camino.

-Fue el propio Setelich el que dijo que AFE estaba en su peor momento...

-Estamos en una situación compleja, pero no es el peor momento. Con una inversión de las características que tenemos, no podemos estar en el peor momento, cuando nunca se invirtió nada.

-¿Cómo fue el movimiento de cargas en 2013? ¿Fue mayor al de 2012?

-Estuvimos más o menos en el mismo punto. Nosotros tenemos más potenciales clientes de los que podemos atender. Tampoco nos queremos arriesgar a sumar más clientes sólo para decir que estamos aumentando la carga, y después no poder cumplir con ellos. Lo que intentamos con esta renovación de vías es poder aumentar la velocidad y el mayor peso por eje, y también tener la seguridad de que no vas a descarrilar, porque si hay un descarrilamiento por semana no le estás resolviendo el problema al cliente, se lo estás creando.

-¿Qué porcentaje de los clientes son otras empresas del Estado?

-No te puedo decir las cantidades, pero es una proporción importante. ANCAP, por ejemplo, con el transporte de combustibles y de cemento, es uno de los mayores clientes que tenemos.

-¿Hay un plan de reactivación del servicio de transporte de pasajeros?

-Nos gustaría poder reactivar la estación Víctor Sudriers, en Empalme Olmos. Estamos manejando diferentes ideas. Incluso estudiamos la posibilidad de plantearles a las empresas de transporte de pasajeros la posibilidad de que instalen un tren, y nosotros lo correríamos. Entendemos que no competimos con los medios de transporte, sino que, en cambio, si hubiera mayor cantidad de transporte de pasajeros por tren, facilitaría tanto a los usuarios como a las mismas empresas. Hoy en día, si tú salís de Montevideo, llegás en 36 minutos a Las Piedras, ¿cuánto te lleva un ómnibus?

-¿Qué otras propuestas estudian?

-Estamos pensando en la posibilidad de que tanto la Intendencia de Montevideo como nosotros creemos áreas de depósito en la zona norte de Montevideo, para entrar en tren a la ciudad. Si entrás al puerto con un tren y una formación de 40 vagones, te evitás esa multitud de camiones cada vez que llega un barco.

-¿Esto se puede concretar antes de que termine este período de gobierno?

-Nosotros no estamos pensando en este período de gobierno. Estamos pensando en políticas de largo plazo. Cuando el presidente se mete en esta cruzada, no lo hace para tener rédito al final del gobierno. Sabe que no va a ser él el que corte la cinta.

-Mujica anunció a La República una propuesta de inversión de una empresa privada china para el ferrocarril. ¿En qué consiste?

-Eso se está manejando a nivel de Presidencia. Sabemos que están estudiando estas opciones, pero no tenemos nada concreto. Todavía no conocemos el monto de la inversión.

-También se manejó que Uruguay les otorgaría salida al mar a Bolivia y Paraguay, a cambio de que estos países inviertan en infraestructura para el ferrocarril de Uruguay.

-Son propuestas. Planes y propuestas tenemos muchos. Eso en mi opinión es buenísimo, porque cualquiera de esas opciones, en caso de que salieran, serían importantes para AFE. Pero todavía son propuestas y no hay nada concreto.

-¿De qué depende que haya algo concreto?

-De que les interese a los países a los que se lo estamos proponiendo.