“Ni los que defienden la reducción de las Fuerzas Armadas y de su presupuesto padecen de ignorancia supina, ni los que opinan diferente asumen la defensa de los asesinos y torturadores”, escribió el lunes en una columna el ex ministro de Trabajo y Seguridad Social Eduardo Brenta (Vertiente Artiguista, Frente Amplio [FA]). De esta manera llamó a “centrar en profundidad” el debate respecto de los presupuestos para educación y defensa planteado por el grupo frenteamplista Ir y la precandidata de la coalición de izquierda Constanza Moreira. El ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, trató de “ignorantes” a quienes defienden una reducción del presupuesto destinado a defensa, y el diputado Luis Puig (Partido por la Victoria del Pueblo, que apoya la candidatura de Moreira) acusó a Fernández Huidobro de “defender a militares asesinos y torturadores”.

En su columna, Brenta sostiene que el camino para incrementar los recursos destinados a la educación no es “reasignar partidas presupuestales” sino “encontrar los caminos para otorgar sostenibilidad al crecimiento de la economía a través de transformaciones profundas en nuestra matriz productiva”.

Afirma que disminuyó el presupuesto destinado a defensa, en particular en los cargos en las Fuerzas Armadas (FFAA), que se redujeron durante los gobiernos del FA en 2.269 puestos, y que hubo una política de aumento a los salarios sumergidos, y llama a analizar el presupuesto en el marco de una evaluación general de la política de defensa. Ésta, evalúa Brenta, debe basarse en una “concepción artiguista” y estar centrada en “la defensa de nuestros recursos naturales estratégicos, en alianza con el resto de los países latinoamericanos”.

En el mismo sentido, el director general de secretaría del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), Pablo Álvarez -dirigente de la CAP-L, sector al que pertenece Fernández Huidobro- llamó a discutir el presupuesto de las FFAA en el marco de la política militar de defensa, y separar ese debate de la discusión en torno a los recursos para la educación. “El presupuesto de la educación hay que asegurarlo sin ponerlo necesariamente en relación con el presupuesto de defensa”, consideró.

Álvarez evaluó que para garantizar el 6% del PIB para la educación podría apuntarse a gravar más a los sectores de mayores ingresos. “Hay sectores que admiten mayor presión tributaria, y tenemos un modelo tributario que permite seguir incrementando los porcentajes”, señaló, en referencia por ejemplo al Impuesto a la Renta de las Personas Físicas, tanto el destinado al capital como al trabajo. “Podemos seguir redistribuyendo a partir de lo tributario”, remarcó.

El jerarca consideró que evaluar ambos presupuestos juntos, el de defensa y el de educación, puede llevar al FA a quedar “entrampado” en “una situación interna del presupuesto”. Se mostró de acuerdo en que, “en una sociedad ideal”, es preferible “invertir en escuelas que en metralletas”, pero consideró que se deben discutir los temas en forma separada.