-¿Qué proyectos tiene para la Cámara de Diputados?

-Éste es el año más corto y tiene características particulares por ser período electoral. Lamentablemente, en años como éste a veces se desvirtúan las discusiones. Vamos a hacer énfasis en no confundir la campaña electoral con las prioridades del país. En la presidencia queremos tener una idea de continuidad, que tiene que ver con una mayor información y un mejor acceso por parte de la población a lo que se debate en el Parlamento. Se ha mantenido una línea de acción en todas las presidencias. Ya se instaló la televisación por internet, se va a inaugurar el voto electrónico, y este año vamos a incluir algunas mejoras, como la posibilidad de acceder a archivos de video para presenciar el debate de cada tema. En setiembre va a haber una sesión en Rocha, en el marco de los 140 años de la fundación de La Paloma. Además, a 250 años del nacimiento de José Artigas, vamos a trabajar con la educación pública en el lanzamiento de un programa que se llama Artigas y el Ceibal, que va a incluir a todos los alumnos de las escuelas públicas, liceos y centros de UTU. También con el Instituto Nacional de Colonización vamos a hacer algo en la víspera de los 200 años del Reglamento de Tierras, que se cumplen en 2015.

-¿No cree que podría sacar rédito político al llevar la cámara al departamento en el que aspira a ser reelecto diputado y candidato a intendente?

-No creo que se caiga en esa visión, que puede llegar a ser mezquina. El año pasado se hizo en San Carlos, en el marco del aniversario de esa ciudad [cuando Germán Cardoso, diputado colorado por Maldonado, era presidente de la cámara], también en su momento se sesionó en Soriano. Puede verse esto como una formalidad tonta, pero en realidad no lo es. Es importante que la gente vea a los legisladores y tenga la posibilidad de plantear cosas. Mientras siga habiendo gente a la que le preguntás cuál es la función del Parlamento y no sabe, tenemos un problema. No pensamos utilizar la presidencia como una herramienta para sacar rédito electoral.

-Al MPP se lo criticó en las departamentales anteriores por realizar campañas muy agresivas contra intendentes frenteamplistas que aspiraban a la reelección. ¿Va a seguir la misma estrategia?

-Eso fue un error. No fue una estrategia del MPP, sino que en algunos lugares los compañeros se dejaron llevar por el fragor de la campaña y se distorsionaron los objetivos. Los hechos nos demostraron que hubo departamentos en los que no hubo una visión de que la fuerza que gobernaba era el Frente Amplio [FA], y cuando estás dentro del colectivo no puedes actuar corriendo el basurero cuando no te gusta algo, sino que tienes que ajustarte a ese proceso. En los departamentos que el FA perdió pasó algo de eso. Fueron errores propios que ayudaron a que el adversario nos ganara.

-¿Está dispuesto a asumir la responsabilidad del MPP en esos casos?

-Sí. La hemos asumido en las instancias de dirección y particularmente en los lugares donde eso ocurrió. El FA es hipercrítico, pero lo que no podemos confundir es la forma de procesar las diferencias: siempre van a existir, es algo natural y lógico. Cuando hacés eso desvirtuás y destruís al FA.

-¿Está en riesgo la Intendencia de Rocha?

-De las intendencias del FA es el gobierno que tiene mayor aceptación, de entre 62% y 68%. A partir de los gobiernos del FA Rocha ha tenido una transformación importante. Muchos de sus problemas antes instalados, en los que se decía que para solucionarlos poco más que había que hacer magia, el FA ha demostrado que se puede. Tan es así, que la oposición en Rocha va entrando en la campaña diciendo que el gobierno de Artigas Barrios es bueno. Hace cinco años lo acusaban de corrupto.

-¿Se ve compitiendo con Darío Silva en la elección departamental?

-No me veo en una cancha. Me mata a pelotazos, sin duda. Hoy Darío Silva no está instalado como candidato. Creo que fue una golondrina de verano, en el marco de la búsqueda para ver cómo se construían espacios que pudieran fortalecer las candidaturas del Partido Nacional.

-Con José Mujica y Lucía Topolansky encabezando la lista al Senado, ¿dónde está la renovación del MPP?

-La renovación es un proceso y no una imposición. Hay compañeros que inevitablemente van a tener en ésta su última legislatura, por una cuestión biológica. La izquierda tiene una cantidad de excelentes cuadros en ámbitos de gobierno que en este quinquenio deben dar con más fuerza su posicionamiento. Pepe va en la lista pero no necesariamente va a asumir como senador, implícitamente está definiendo que va a ir [Andrés] Berterreche a la banca. ¿No te parece un relevo? Es una persona de 40 años. De todas formas, renovar es un proceso que se va generando. No consiste en elegir a alguien de 20 años, sentarlo por ahí y dejarlo que se arregle como pueda.

-¿Qué cualidades tiene Topolansky para ser una buena vicepresidenta?

-El FA seguramente elegirá su candidato a vicepresidente después de las próximas internas. Cuando el FA defina ese ámbito vamos a proponer un compañero de nuestro sector para esa función.

-Pero ¿sería una buena candidata?

-El vicepresidente debe presidir el Senado y la Asamblea General. En esa función tienes que tener capacidad de diálogo y articulación, y también buen relacionamiento dentro de la fuerza política y fuera de ella. Todas esas características Lucía las tiene y ha cumplido esos roles como senadora. De ahí a ver qué nombre definimos y le proponemos al FA, es algo que tendremos que discutir.

-¿El “grupo de los ocho” aspira a conformar un sublema común?

-Tuvo una primera instancia de coordinación que fue en lo programático, hacia el Congreso. Eventualmente puede llegar a ser un sublema, pero de ahí a que se defina, mucha agua puede correr debajo del puente; a priori visualizamos esa posibilidad.

-¿No es una alianza contra el ala astorista?

-En el FA no prospera ninguna posición que vaya contra algo, no sólo en el FA, sino en cualquier cosa de la vida.

-El MPP muestra un desgaste electoral en las encuestas. ¿A qué se debe?

-Cuando estás permanentemente en el foco de la luz tenés más chance de que te vean las verrugas. En la primera trinchera es posible que te pase eso. Siempre hay errores, como declaraciones que se te van de tono. Por ejemplo, en la interna del FA en 2012, a la hora de elegir la presidencia, nosotros fuimos con la postura franca de posicionar un candidato que no fuera nuestro pero que tuviera una visión frenteamplista. Manejamos un nombre [el de Javier Miranda], pero finalmente no surgió y fracasamos con total éxito. Al final propusimos al Flaco [Ernesto Agazzi] porque llegamos con la lengua por las rodillas, desgastados en una discusión interna que nos iba a hacer pedazos, y Agazzi agarró ese fierro caliente.

-¿Cómo va a ser el cuadro de alianzas del Espacio 609 (E-609)?

-En abril vamos a hacer un relanzamiento del Espacio, con una plataforma política de acuerdo con quienes ya están y quienes van a adherir. Es público y notorio que hay figuras que estaban y ahora no están, como también habrá figuras que ingresan. Va a haber gente que se desprenda de los partidos tradicionales y personas que provendrán del deporte, y también frentistas que eran independientes. Cuando el E-609 surgió, en 2004, fue en el marco de la coyuntura política de incorporación de gente que venía por fuera del FA. Fue una visión generosa del MPP que le dio la posibilidad de incluir a esta gente en lugares, sobre todo del Parlamento. Eso se desvirtuó en 2010, se malentendió y tuvo otro cariz. Nosotros no visualizamos al E-609 como un lugar de entrada al Parlamento sino como un lugar de construcción política a largo plazo.

-¿En algún momento fue una herramienta para la entrada al Parlamento?

-Sí. Hubo gente que entró al Parlamento que capaz que sin esta herramienta no tenía manera de hacerlo.

-¿Hay un cambio en la actitud de la oposición respecto de 2009?

-Sí. Probablemente también cambien de aquí a octubre. Ahora han instalado en la discusión pública lo malo de las mayorías parlamentarias. Pero hay que dejar en claro que va a haber mayorías en octubre. O van a estar en función de la transformación del país de los últimos años, o van a oponerse. Cuando el FA llegó al gobierno había otras mayorías parlamentarias, que es lo que ahora es el Partido de la Concertación, algo que venía caminando desde hace mucho tiempo. Esas mayorías anteriores a 2005 nunca tuvieron los votos para el boleto gratuito de los estudiantes, para las ocho horas del trabajador rural o para la agenda de derechos como el matrimonio igualitario. Incluso se da una gran paradoja: se plantea lo malas que son, pero no se dice nada de las mayorías automáticas de los gobiernos departamentales, que se otorgan a quien gana la elección. Por lo menos hay que ser coherente. Parece que la mayoría parlamentaria sólo es mala para la Cámara de Diputados y la de Senadores, pero para los gobiernos departamentales no. ¿Será porque los partidos que dicen eso tienen 12 intendencias?