-¿Qué tienen en común las personas que participan en la NAP?

-Compartimos una mirada de mediano y largo plazo con respecto a Uruguay, en cuanto a sus capacidades de desarrollo y de transformación hacia un estadio superior de bienestar. Una mirada progresista, cuya preocupación es el crecimiento con equidad, sin elegir uno solo de estos dos puntos. Creemos en la capacidad de innovar y de transformar el país; lograr mayor inclusión social; mejorar la capacidad de gestionar, en particular en el sector público, brindando más servicios de calidad para los ciudadanos. Consideramos que debe avanzarse en la transformación hacia una educación de mayor calidad, que les permita a los uruguayos, sobre todo los de menos recursos, poder apropiarse mediante el trabajo de parte de la prosperidad. También ser atrevidos, tener capacidad de soñar con un Uruguay mejor y poder salir de los moldes tradicionales.

-Tabaré Vázquez se ha referido a la educación en sus últimos discursos públicos.

-Tabaré no sólo ha defendido cosas de la educación, sino que ha tenido una mirada muy crítica respecto de ésta y de las cosas que todavía falta mejorar, sobre todo el problema muy grave que hay en la enseñanza media. En sus discursos hasta el momento eso ha quedado más que claro.

-¿La NAP busca contribuir al recambio generacional en el FA?

-El concepto de renovación generacional a veces suena a demasiado apetito, y demasiado apetito a veces atraganta. En este caso tenemos un sesgo generacional, pero fundamentalmente lo que nos une es lo que señalé. Nadie pretende desde la NAP liderar la izquierda del futuro, simplemente queremos colaborar con el debate de ideas.

-¿Hay carencias en el FA en cuanto al debate de ideas?

-El FA tiene un espacio fermental y riquísimo de debate de ideas, la Comisión Nacional de Programa, en la que muchos de los que estamos en la NAP hemos participado activamente. El trabajo de esa comisión del FA ha sido muy prolífico. No tiene que verse a la NAP como algo que sustituya a otra cosa, sino como un complemento.