La denuncia fue radicada el 18 de octubre de 2011 por Rodolfo Porley, como víctima directa del psiquiatra Martín Gutiérrez Oyhamburo durante la dictadura. La causa quedó bajo la órbita del Juzgado Penal de 7° Turno, entonces a cargo de la jueza Mariana Mota, quien fue trasladada al ámbito civil. El expediente siguió su curso y la actual titular, Beatriz Larrieu, citó a Gutiérrez Oyhamburo en calidad de indagado. La primera vez lo hizo para el 5 de diciembre, pero el psiquiatra no se presentó; hoy está citado para las 13.30. Media hora antes, la Asociación de la Prensa Uruguaya convoca a iniciar una “vigilia” en la puerta del Juzgado de la calle Misiones.

En diciembre de 2010, tras una convocatoria de Plenaria Memoria y Justicia, se realizó un escrache frente al consultorio actual de Gutiérrez Oyhamburo y se lo señaló como asesor del psicólogo Dolcey Brito, a quien también se escrachó. Porley y otros ex presos políticos coinciden en que ambos, en coordinación, se ocuparon de aplicar de manera sistemática un plan de tortura psicológica a los detenidos en diferentes centros de detención.

El escrito de Porley denuncia la participación del psiquiatra en cinco episodios que le ocurrieron durante sus detenciones entre 1974 y 1979 en el Cilindro, la Cárcel Central, el galpón del Servicio de Materiales y Armamentos del Ejército, el Grupo de Artillería N°1 de La Paloma, el Penal de Libertad y el Regimiento de Caballería Mecanizada N°4.

En una nota del 31 de enero de 2011 -en la que se incluyen testimonios de ex presos políticos- Gutiérrrez Oyhamburo negó a la diaria las acusaciones (http://ladiaria.com.uy/articulo/2011/1/sintoma-de-desequilibrio/). “Por ahí estaban un poco confundidos. […] No cometí abuso”, dijo. También negó haber dicho: “La guerra continuaba en el interior del presidio. Día tras día, reglamento tras reglamento, el objetivo perseguido era el de hacerlos sufrir psicológicamente”, como señaló una publicación de Servicio de Paz y Justicia.