La sala de conferencias del hotel Radisson estaba repleta ayer de noche, con motivo de la presentación del plan estratégico de Uruguay Batllista, el sector del Partido Colorado (PC) liderado por el senador José Amorín Batlle. El evento estuvo marcado por el recuerdo de Jorge Batlle, que ayer habría cumplido 91 años, y no faltaron los “¡Viva Batlle!”.

El senador colorado Germán Coutinho dio el puntapié inicial del acto. Señaló que aquel ex presidente solía decir que era mortal, pero que la lista 15 “es inmortal” y por eso “está en la cancha”. Con la 15 se va a presentar el sector en las elecciones internas del año que viene, “felices de cómo están el PC y todos los sectores”, ya que “a un partido lo hacen sus sectores”. “Felices de que el ex presidente [Julio María Sanguinetti] esté movilizando a un gran sector del partido y de que un candidato que estaba ajeno a la política entienda que hay que meterse en política. Pero nosotros levantamos las viejas banderas para que Amorín Batlle gane la interna”, afirmó Coutinho, y agregó que el precandidato es el “uruguayo que necesitamos todos”, ya que es “negociador”, “tendedor de puentes”, y con “experiencia, conocimiento del país y de las empresas públicas”.

Luego le tocó el turno al economista Julio de Brun, ex presidente del Banco Central del Uruguay (BCU) –de 2002 a 2005–, quien sería ministro de Economía y Finanzas en el caso de que ganara Amorín Batlle. Señaló que el PC supo forjar una nación a partir de una colonia, y que a “la salida de una dictadura pudo lograr restaurar instituciones sólidas”. También dijo que se “sienten parte” del “crecimiento que ha vivido Uruguay en los últimos 17 años”, pero acotó que en el país existe “un problema de desintegración”, ya que, si bien las exportaciones crecieron, la mitad de ellas se dirige a tres mercados: China, Brasil y Argentina. De Brun opinó que, por ese motivo, hay que fortalecer las condiciones de competitividad interna y desarrollar “una política exterior activa que se libere de las ataduras del Mercosur”.

El economista también se refirió al estado de la educación. Subrayó que “menos de 40% de la población ocupada tiene educación secundaria terminada”, mientras que “en el mundo industrializado” esa proporción es de “más de 80%”, de modo que “dando esas ventajas Uruguay no puede competir”. “Para que los uruguayos tengan trabajo tenemos que mejorar los pésimos resultados que estamos teniendo en materia de educación, no sólo en términos de egreso sino también de calidad”, sostuvo. “Cuando se frustran las mejores aspiraciones de una sociedad, depender de los demás empieza a ser la nueva regla de juego, y cuando el Estado deja de defender esos derechos, la imposición por la vía propia de tomar lo que uno cree que es suyo también marca un nueva regla de juego en la sociedad”, agregó.

Por último, De Brun evaluó que “el problema de la inseguridad” tiene “múltiples facetas”, y que la primera de ellas es la educación, aunque “no podemos ignorar la prevención, la represión y la reeducación”. “Estamos dejando de lado la prevención, con la política carcelaria le decimos no a la reeducación, y tampoco aprovechamos adecuadamente los elementos que nos da la represión”, finalizó el ex presidente del BCU.

El acto terminó con la palabra de Amorín Batlle, quien también criticó el estado actual de la educación y al presidente Tabaré Vázquez. Dijo que además de “serios problemas de calidad, tenemos problemas de cantidad”, ya que “poco mas de 30% de nuestros jóvenes a los 20 años terminaron el bachillerato”. Añadió que hay “enormes problemas de equidad, porque de los jóvenes que nacen en el quintil más pobre, sólo 12% termina la educación media superior a los 20 años, y el quintil superior tampoco es una maravilla: 64%”. Luego criticó al ex presidente José Mujica, recordando su discurso de asunción de mando, y al actual presidente, Tabaré Vázquez: “Dijo que iba a cambiar el ADN de la educación”, pero “tuvo que decidir si se jugaba por los jóvenes o la paz para no enfrentar a los sindicatos, y optó por la cómoda”, sentenció el precandidato.

Por último, también criticó al Mercosur. Opinó que “los países chicos no crecen hacia adentro, sino sólo hacia afuera”, y que hay que trabajar en eso. Sostuvo que “nuestros competidores tienen muchísimo mejores condiciones de acceso a los mercados, y nosotros estamos quietos”. “Cada vez que estamos pensando en hacer un acuerdo con algún país, nos dicen que esta industria lo va a sufrir, que a dos o tres les va a ir mal... pero es así, cuando uno se abre, hay algunos que ganan y otros que pierden. La apertura va a beneficiar a todos, pero hay algunos que van a quedar con dificultades. Con ellos tenemos que trabajar, buscar políticas compensatorias para que esa gente también pueda salir del tema, pero no podemos paralizar porque algunos pierdan”, concluyó.