“A la ofensiva fascista ni cabida, Bolsonaro. Los rojos en lucha”, se podía leer en una pancarta colgada el sábado de tarde en la plaza Primero de Mayo, frente al Palacio Legislativo, donde tuvo lugar el acto por los 98 años del Partido Comunista del Uruguay (PCU), que en sus discursos estuvo fuertemente marcado por las elecciones de Brasil. El presidente del Frente Amplio (FA), Javier Miranda, abrió la tardecita asegurando que el centenario del PCU también lo van a festejar con el FA como gobierno. Después recordó el contexto previo a la Segunda Guerra Mundial, cuando se produjo el ascenso del fascismo primero en Italia y luego en Alemania, con un “ensayo general” en España, durante la guerra civil, y afirmó que las potencias “miraron para otro lado” porque pensaron que por ellas no iban a pasar.

“Aprendamos la lección del pasado, cerremos filas frente al avance del fascismo. Reivindiquemos una vez más que no pasarán. Pero para eso necesitamos templar cada vez más la herramienta forjada hace ya casi medio siglo [refiriéndose al FA]. Tenemos que ser claros defensores de la unidad, que es la única que es capaz de hacer frente al avance de esta derecha reaccionaria y despótica que seguro que también viene por nosotros”, sostuvo Miranda. Por último, se refirió al congreso del FA del 1º de diciembre, que definirá, además de las candidaturas, el programa común para el que se necesita “de todos”, porque hay que desafiar “a los proyectos de restauración que también quieren traer aquí”.

La voz del candidato

“El cambio dentro del cambio”, decía una de las tazas que formaban parte del merchandising disponible en el acto, con la imagen de Óscar Andrade, dirigente del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos y precandidato a la presidencia de la República por el PCU. Precisamente, Andrade fue el segundo en subir al estrado, refiriéndose a Jair Bolsonaro como “esta bestia” que está por acceder a la presidencia en Brasil, y diciendo que vivimos “horas graves”. “Yo tengo la impresión de que aunque se revierta el resultado electoral, van a asumir el poder igual y continúa el golpe. Son horas en que cada compañero tiene que estar buscando un colchón en su casa, para que si un militante de Brasil se exilia, tengamos casa para él acá si está perseguido, son horas de solidaridad”, sostuvo. El precandidato aseguró que nos enteraremos en detalle, “cuando se desclasifiquen los archivos”, de cuánto tuvo que ver el imperialismo estadounidense “en el golpe de Estado a Dilma [Rousseff], en el golpe de Estado en Paraguay y en el golpe de Estado en Honduras”, y enfatizó que “el camino de la acumulación de la izquierda sigue siendo el camino del antiimperialismo”.

Luego mencionó las elecciones nacionales del año que viene. “Quedan sueños por cumplir, pero el camino es complicado. Lo que está pasando en Argentina nos está pasando a nosotros: la reestructura entre el trabajo y el capital. La vieja historia de quién vive de su trabajo y quién se apropia del trabajo ajeno sigue siendo fundamental para entender”, opinó Andrade. Acotó que también son relevantes la perspectiva del movimiento feminista, que “nos enseñó a incorporar la dimensión de género”, y la del “movimiento de la diversidad, que nos enseñó a sacarnos el balde de la cabeza y a entender que ahí también hay opresión”, pero de todos modos subrayó que este año “la inflación subió 45% y los salarios 5%”.

“Falta un año para que conquistemos el cuarto gobierno. ¿Alguien piensa que, en este escenario regional, los grandes grupos económicos dejarán que avancemos en Uruguay con mejor distribución de la riqueza y más democracia, sin una brutal y feroz resistencia?”, preguntó en forma retórica el precandidato, y postuló que hay que quintuplicar la militancia. “La unidad no es un acuerdo entre cuatro o cinco dirigentes de izquierda, sino el acuerdo del FA con el movimiento cooperativo, sindical, de género; es la izquierda participando en los conflictos, en los barrios, asentamientos, es la lucha por el trabajo, la vivienda, la salud y la educación”, sostuvo Andrade.

El sindicalista señaló que la izquierda tiene que darse cuenta de que necesita “más que nunca” su relación con la base social organizada, y que esta se debe dar cuenta de que necesita “un gobierno de izquierda para seguir avanzando”. Apuntó que todavía “hay una parte de nuestro pueblo” que no entiende que “el FA no tiene el poder”, sino “un pedacito de gobierno”, y que “el poder económico, los grandes medios”, siguen estando “en las manos en las que estuvieron toda la vida”.

Por último, Andrade comentó que “la derecha tiene poca vergüenza”, porque “son los mismos que [cuando gobernaron] tenían un salario mínimo nacional que no alcanzaba para comprar cuatro garrafas y le pagaban 5.000 pesos a un maestro. Son los mismos, con el mismo rostro, que parece de un adoquín, que hoy dicen que UTE debería bajar las tarifas porque ganó 450 millones de dólares. Si ustedes querían vender UTE, ¿de qué nos están hablando?”, finalizó.