La sala Acuña de Figueroa del edificio anexo del Palacio Legislativo les quedó chica a las más de 120 mujeres que se juntaron ayer a conversar sobre trabajo, salud, producción y acceso a la tierra en el Encuentro Nacional de Mujeres Rurales. En la cartelera de la entrada de la sala quedaron colgados algunos mensajes que quisieron dejar las mujeres que llegaron de Tacuarembó, de Lavalleja, de Canelones y de todos los departamentos del país: “Tierra, trabajo y dignidad”; “Atender a las mujeres agrupadas y también a las que por distancia o escasa población están solas”; “Animarse a más”; “Por la igualdad, ni detrás ni delante, hombro con hombro”; “Mujeres, todo se logra, vamo arriba!”.

El encuentro fue organizado por el Espacio Diálogo Mujeres Rurales, integrado por organizaciones de la sociedad civil y el Estado. Se realizaron seis talleres de discusión y después algunas mujeres pasaron al frente para resumir los desafíos y logros señalados en cada uno de los temas.

En materia de participación y organización, Leticia Fernández, de Tacuarembó, mencionó como un desafío la necesidad de una mayor coordinación de las instituciones del Estado y de más difusión de las políticas de apoyo a la organización y participación de las mujeres rurales, como las Mesas de Desarrollo Rural. Sobre este último ámbito, prácticamente todas las voceras dijeron que es relevante para el fomento de la participación de mujeres en el sector rural.

Fernández sostuvo que es necesario trabajar en los ámbitos de la educación formal y no formal para que se reconozca la importancia de la labor y el sacrificio de las mujeres rurales, así como “revertir las pautas culturales machistas que limitan la participación”. En este sentido, mencionó por ejemplo que las reuniones se hacen habitualmente de noche, “sin contemplar que la mujer no puede asistir por el cuidado de los niños”.

María Luisa Villalba, de Canelones e integrante de la Red de Mujeres Rurales del Uruguay, fue la vocera del grupo que discutió sobre trabajo. Uno de los desafíos apuntados fue la necesidad de mayor autonomía y empoderamiento de las mujeres para lograr independencia económica, y de una mayor fiscalización sobre el cumplimiento de leyes laborales y derechos. “Por ejemplo, hay mujeres que trabajan en tambos, y en realidad las ocho horas de ellas son muchas más, porque además de hacer ese trabajo en el tambo también tienen que cocinar, y esas horas no están dentro del pago que se les hace”, dijo Villalba a la diaria. Agregó que, respecto de la autonomía, “las organizaciones tienen que hacer más pienso en el llegar, porque las mujeres jóvenes están, pero esas mujeres tienen que alcanzar independencia económica para lograr el empoderamiento y hacerse más visibles”. Consideró que los patrones culturales en materia de género han cambiado “un poco” en el ámbito rural, pero al estar las mujeres “tan tierra adentro, tan en lo profundo”, es necesario llegarles con proyectos, y que las organizaciones se acerquen a ellas.

Encuentro Nacional De Mujeres Rurales, ayer, en el Anexo.

Encuentro Nacional De Mujeres Rurales, ayer, en el Anexo.

Foto: Mariana Greif

Verónica Iraola, de Canelones y vocera del grupo de salud, se refirió a la necesidad de lograr un programa de salud rural integral a nivel nacional. Rocío Piñeiro y Vania Paiva, de Lavalleja y de Colonia Artigas respectivamente, y voceras del grupo que discutió “acceso a la tierra”, señalaron la necesidad de más información sobre la cotitularidad de la tierra que promovió el Instituto Nacional de Colonización. Reclamaron que se priorice a jóvenes y mujeres en llamados por tierras y que se dé la posibilidad a las mujeres de acceder a predios chicos cerca de ciudades y de tener más opciones de créditos.

Verónica Godiño, de Tacuarembó, vocera del grupo de “ocio y tiempo libre”, se refirió a la necesidad de crear estrategias para que la población rural comprenda “la importancia del tiempo libre en la vida de una persona”. “El Estado está llegando poco a los lugares menos poblados, hay que proponer más actividades recreativas”, evaluó Godiño. Mencionó además como un desafío lograr facilitar el traslado de la población rural a esas actividades, para lo cual “el tema de caminería es importante”. Godiño reclamó también que se hagan más talleres sobre liderazgo y cursos de manejo.

Andrea Vidal, de Canelones y vocera del grupo que discutió sobre producción, habló de la necesidad de crear fondos rotatorios para mujeres con créditos blandos y de plantear proyectos productivos para mujeres, tanto individuales como colectivos.

Asimismo, hubo menciones a los logros alcanzados en los últimos años: la cotitularidad en el acceso a tierras, el reconocimiento de la mujer rural y la participación real en la toma de decisiones y en los cargos, el diseño de políticas y proyectos productivos orientados a la mujer rural, las nuevas estrategias de funcionamiento de las Mesas de Desarrollo Rural, las políticas de género, el reconocimiento del Día de la Mujer Rural, los apoyos técnicos y las capacitaciones y la instalación de espacios físicos para el ocio y el tiempo libre. En particular, destacaron que el aumento de la participación de las mujeres en distintos ámbitos les da “más visibilidad” y “mayor autoestima”.