Cuando Roger Waters atravesó esta tarde la entrada del salón Ernesto de los Campos, en el segundo piso de la Intendencia de Montevideo (IM), se topó con un muro de aplausos y victoreos. El ex Pink Floyd saludó cordialmente y se sentó, pronto para recibir la distinción de visitante ilustre de Montevideo. A su lado estaban Mariana Percovich, directora de Cultura de la comuna, y el intendente interino, Óscar Curutchet, dado que Daniel Martínez no pudo asistir por un cuadro digestivo. “Montevideo tiene una historia larga de amor con Pink Foyd y The Wall. Fue una película prohibida por la dictadura”, dijo Percovich al abrir la ceremonia, mientras Waters escuchaba atentamente a su traductor y ponía cara de asombro. La jerarca contó que tanto uruguayos como argentinos trataban de ver la película cruzando de una orilla a la otra en épocas de clandestinidad. “Un clásico se define por su vigencia y universalidad. Tu trabajo artístico se reinventa cada década y va incorporando nuevos lenguajes para contar tus historias que por eso mismo se transformaron en clásicos. Hoy los cerdos cambian y se repiten en miles de pantallas, pero, desgraciadamente, son universales y nos impactan a todos y todas”, agregó Percovich, en referencia al tema “Pigs (Three Different Ones)”, del disco Animals (1977), de Floyd, y siguió: “Por eso quería saludarte como artivista, es decir, artista y activista. Tu forma de reinventarte fue lo que cimentó tu fama de leyenda del rock and roll y del pensamiento libre. Nosotros también, desde este equipo de gobierno, creemos en el poder del arte y la cultura para transformar el mundo en un mejor lugar”, finalizó la jerarca.
El discurso de Curutchet fue más breve. Dijo que hoy será una oportunidad para que los uruguayos disfruten “un recital increíble para todos” que posiciona a Montevideo “como ciudad de América Latina”. “En Montevideo queremos derrocar los muros de la intolerancia para siempre, por eso es un enorme placer recibirte”, finalizó el intendente interino.
Luego de los agradecimientos de rigor, Waters dijo que es “maravilloso” estar en Uruguay porque es un país que “significa mucho para el resto del mundo”, “pequeño en términos de números pero es grande en influencia”. Señaló que como venía a dar un show, estuvo leyendo “un poco más” sobre nuestro país y es un “gran admirador” de Pepe Mujica (lo pronunciaba “Mujico”). Waters contó que un escritor amigo suyo, Johann Hari, publicó hace tres años el libro Chasing the Scream, sobre la guerra contra las drogas, y que allí se ve que la historia de Uruguay en ese sentido es “positiva” –refiriéndose a la legalización de la marihuana–, como las de Portugal y Brasil, y que la política de guerra contra las drogas desde la década del 40 hasta hoy ha sido un desastre, sobre todo en Estados Unidos.
Por último, el músico dijo que Uruguay parece esquivar “las teorías económicas neoliberales” que nacieron en la Universidad de Chicago y que se expandieron por el mundo gracias a Ronald Reagan y Margaret Thatcher, y que Mujica tuvo el valor de pensar que hay otra manera, diferente a la que se basa “en unos pocos tratando de abarcar y tener toda la riqueza del mundo mientras la gran mayoría no la tiene”. Agregó que el camino que han imaginado personas como Mujica es “el de la comunidad” para prevenir que “esos cerdos” sean los que “se queden con toda la riqueza y destruyan este pequeño planeta”. “¡Uruguay no es la excepción!”, gritó una mujer del público que antes había gritado que los artesanos están “en la lucha” porque los “reprimen”.
Por Palestina
Horas después, a las 19.00, en la sede del PIT-CNT, estaba pactado otro evento con Waters, pero fuera de la agenda oficial. Se trataba de una charla organizada por la Coordinación por Palestina, grupo de militantes del movimiento global Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS), una campaña contra “la ocupación, la colonización y el apartheid en Palestina”, según el folleto que se podía encontrar en la sede de la central sindical. A diferencia del evento en la IM, que fue puntual, distendido y al que cualquiera podía entrar como perico por su casa, en esta actividad hubo un importante dispositivo de seguridad, llamativo para los niveles de tranquilidad a los que estamos acostumbrados en Uruguay. Como si fuera poco, la prensa estaba confinada a un sucucho fuera de la sala de actos. Una persona de la organización dijo que era por “temas de seguridad”.
Además de Waters, en la charla participaron la escritora Virginia Martínez, la periodista Alejandra Casablanca y el politólogo Gabriel Delacoste. Al principio hubo varios problemas de sonido y descoordinaciones de los traductores, por lo que a Waters se lo notó un poco ofuscado. Delacoste le preguntó cómo se piensa como artista en relación a su compromiso político, y Waters contestó que no elige lo que piensa ni lo que escribe y que “la conversación sobre si los artistas deben ser políticos o tener ideas sobre distintas cosas es la más aburrida que he tenido en toda mi vida, no le importa a nadie”. “Yo no quiero hablar de eso. Estamos aquí para hablar de Palestina, del BDS y de los derechos humanos. Estoy muy feliz de verlos a todos aquí esta noche”, dijo Waters.
El músico luego se refirió al “lobby israelí”, que no tiene “nada que ver con el judaísmo”. Se definió como “ateo radical”, no obstante, dijo que cree en la libertad y que la gente puede expresar su fe, y que si otros creen no tiene problema, “siempre y cuando no impacte sobre la libertad de otros, como ocurre con en el conflicto entre Israel y Palestina”. Agregó que el lobby israelí tiene “mano fuerte sobre organismos políticos de todo el mundo”. “Yo vivo en Estados Unidos y ellos tienen al Congreso el bolsillo, está comprado. Y he estado de gira en toda Europa y me he encontrado con una enorme resistencia. En Alemania no pude encontrar a una única persona de la prensa que hablara conmigo”, subrayó Waters. Agregó que a los que estaban en el acto, si apoyan al BDS el lobby israelí los va a tratar de “criminalizar”, ya que es la última táctica que usan, en la que vuelcan “millones y millones”. “Esta reunión en Montevideo casi no se hace. Íbamos a estar en un lugar más grande, en un teatro [el Galpón] y hubo un ambiente de temor al respecto, de que no se podía hablar del BDS. Yo no soy uruguayo, no vivo en Montevideo, no puedo saberlo, pero me dijeron que hay una voz potente del grupo de presión sionista en esta ciudad que trató de detener esta reunión, por eso estoy tan contento de verlos aquí esta noche”, finalizó Waters.
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