La Comisión Nacional Honoraria de Sitios de Memoria sesionó ayer por primera vez en la sede de la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH). La tarea de los delegados de la comisión –según indica la ley de sitios de memoria, aprobada este año– es resolver sobre las solicitudes de declaración y creación de esos sitios, señalizarlos, ponerlos en funcionamiento, protegerlos y facilitar el acceso de la población a ellos.

Mariana Mota, directora de la INDDHH, comenzó su exposición refiriéndose al papel de la memoria en la construcción del futuro. “La memoria es parte de la justicia transicional que debe transitar una sociedad tras un período de graves y masivas violaciones a los derechos humanos”, y es también “la forma en que el pasado funciona en el presente”, para prevenir que aquellas “atrocidades” se repitan, afirmó. Mota señaló que, hasta el momento y a partir del impulso de la sociedad civil, se han señalado varios de los espacios que “se identifican como escenarios de las atrocidades”, pero opinó que todavía falta ahondar en la construcción de un relato que involucre “activamente” a la comunidad y permita “la transmisión generacional”. Los sitios de memoria, señaló, son necesarios para que esto suceda.

En representación de la Red Nacional de Sitios de Memoria asistieron Verónica Mato, María Julia de Izaguirre y Elbio Ferrario. Ferrario destacó el trabajo de los últimos tres años en torno a estos sitios, y expresó que la rápida aprobación de la ley sobre ellos y la creación de la comisión muestran que “cuando se juntan los esfuerzos de la sociedad civil con los del Estado, las cosas salen”. Por otra parte, recordó una frase que leyó en un muro en Brasil: “Todos precisamos un futuro para tener un pasado”. “La apuesta al futuro tiene que ver con darle significado al pasado” y los sitios son fundamentales para esa tarea, aseveró.

Izaguirre agregó que era un día “de mucha emoción”. Relató que la idea de tener una ley de sitios era al principio tan sólo una “ilusión”, pero que luego, con el trabajo de organizaciones sociales de Montevideo y del resto del país, se elaboró y se aprobó el proyecto. Destacó que hubo un trabajo conjunto entre la sociedad civil y el Estado, así como el compromiso con la ley de sitios de memoria del actual presidente de la Administración de los Servicios de Salud del Estado, el ex senador Marcos Carámbula, que estaba sentado escuchando entre el público presente. “Me emociona enormemente verlo aquí presente porque su participación fue sustancial, junto con todos nosotros, para que esta ley se hiciera realidad”, resaltó.

El historiador Gerardo Caetano, en representación de la Universidad de la República (Udelar), señaló que la comisión tiene un “rol imperativo” que no concluye nunca: la lucha por la memoria. Caetano coincidió con quienes habían hablado antes en que esa lucha tiene que ver, sobre todo, con el futuro. “La historia una y otra vez nos da ejemplos de ello”, dijo, y mencionó al respecto la actual situación política en Brasil. Para el historiador, lo que está sucediendo en el país vecino ilustra lo que pasa cuando el terrorismo de Estado y la dictadura no son confrontados por una política de memoria, que genere condiciones para la no repetición. Se refirió, además, al libro Los usos del olvido, del historiador judío Yosef Hayim Yerushalmi, que hace mención a una encuesta realizada por un diario francés en la que se preguntó a los consultados cuál era el antónimo del olvido. “Por supuesto que la primera idea que surge es la memoria”, comentó Caetano, pero añadió que otras respuestas afirmaron que “el antónimo del olvido era también la justicia”.

El representante de la Udelar puntualizó también en su intervención que pocas batallas son para siempre y deben ser afrontadas con un “espíritu radical”, para concluir: “No tengo la más mínima duda de que la lucha de la memoria forma parte central de este tipo de batallas”.

Al finalizar la sesión, Carámbula dijo a la diaria que la ley de sitios de memoria “es más importante que nunca”, y destacó que tiene un “gran valor” porque es producto de la “construcción colectiva de la sociedad”. El ex senador recordó que al principio se previó que la referencia institucional de la comisión fuera el Ministerio de Educación y Cultura, y destacó como positivo que, en cambio, dependa de la INDDHH, ya que en su opinión eso le da mayor autonomía, “además de que queda fuertemente vinculada a los derechos humanos”. También resaltó el valor educativo de la ley: “Muchas veces nos pasan cosas dolorosas como sociedad que son consecuencia de que no educamos sobre estos temas”, dijo, y agregó: “Cuando uno ve lo que pasa en la región, pienso que nunca es ocioso pensar en la memoria y la justicia y decir ‘nunca más’”.

Los delegados

La comisión está integrada por Mota (INDDHH); Nicolás Pons por el Ministerio de Educación y Cultura; Caetano por la Udelar; Verónica Massa por la Administración Nacional de la Educación Pública; Mato, Ferrario e Izaguirre por la Red Nacional de Sitios de Memoria; Ivonne Klinger, Ángeles Michelena, Baldemar Taroco y Adriana Cabrera por Crysol y Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos; y Dahiana Barrales, Bibiana Duffau, Corina Ferreira, Sergio Frantchez, Camila Mayo y Enzo Téliz por las comisiones por la memoria de Soriano, Tacuarembó y Treinta y Tres.

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