Con el escenario electoral aproximándose, ONU Mujeres presentó ayer los resultados de una encuesta de opinión pública, encargada a Opción Consultores, de la que surge que una “clara mayoría” de los consultados está de acuerdo con que aumente la presencia de mujeres en cargos políticos de poder, y se posiciona a favor de las leyes afirmativas para incrementar la participación de mujeres en el Parlamento. Además, la encuesta indicó que los varones con mayor nivel educativo son quienes más se oponen a estas acciones afirmativas.

El director de Opinión Pública de Opción Consultores, Rafael Porzecanski, se encargó de presentar los resultados del trabajo y comenzó destacando que 66% (dos tercios) de las personas entrevistadas consideró que debería haber más mujeres legisladoras y que, en la misma línea, 55% contestó que tendría que haber más ministras. ¿Por qué esa mayor aprobación a la presencia de mujeres en el Parlamento que en los ministerios? El sociólogo arriesgó una posible respuesta: dijo que “probablemente” se debe a la “correlación actual” entre ambas realidades. Mientras que la proporción actual de ministras (38%) es la más alta en la historia del país (38%), el porcentaje de legisladoras, a pesar de la implementación de la ley de cuotas, se mantiene por debajo de 20%.

Sobre las acciones afirmativas para promover la participación de las mujeres en la política, 76% estuvo de acuerdo con la aplicación de la ley de cuotas en las próximas elecciones, y 72% a favor de ir más allá con una ley de paridad. Porzecanski acotó que estos porcentajes no fueron parejos en todos los entrevistados: los varones con mayor nivel educativo fueron los que más contrarios se mostraron a las acciones afirmativas. Mientras 85% de los hombres de nivel educativo bajo declaró estar de acuerdo con la ley de cuotas, tan sólo 46% de los que tenían mayor nivel educativo se pronunció a favor. En el caso de las mujeres, 87% de las consultadas con nivel educativo bajo estaba a favor de una ley de cuotas, y esa aprobación cayó a 66% entre las de nivel educativo alto.

Con la paridad sucede algo similar, continuó Porzecanski, pero el fenómeno es aun “más acentuado”. Si bien 87% de los hombres de nivel educativo bajo encuestados estuvo a favor de una ley de paridad, entre quienes tenían mayor nivel educativo quedó en evidencia que eran “una clara minoría” los que apoyaban esa propuesta, tan sólo 30%, y quienes se manifestaron en contra de establecer la paridad por ley fueron 61% de los entrevistados. En el caso de las mujeres, Porzecanski indicó que se “repite la tendencia” pero de manera “más atenuada”: 56% de las consultadas con nivel educativo alto apoyaba una ley de paridad, pero el porcentaje de quienes la desaprobaban fue importante: 37%.

Otro de los datos que detectó el informe, según Porzecanski, es que en Uruguay existe una “clara proclividad” a tener una presidenta de la República: nada menos que 70% de las personas encuestadas dijo que le gustaría que una mujer asumiera el cargo en los próximos diez años, 24% manifestó que le daría lo mismo y sólo 5%, que no le gustaría.

Finalmente, Opción Consultores investigó si existía una percepción diferenciada en cuanto a la forma de hacer política de hombres y mujeres. La mayoría de las personas consultadas manifestó que unos y otras tienen los mismos atributos para desempeñarse en política. Sin embargo, en la mayoría de los casos en los que hubo respuestas asignando un atributo en forma desigual, eso sucedió en beneficio de las mujeres, por ejemplo respecto de la capacidad de alcanzar acuerdos mediante el diálogo, de las condiciones para llevar adelante la conducción económica de un país y del coraje para realizar reformas, entre otros. Porzecanski indicó que el único de los atributos que se atribuyó en mayor proporción a los varones fue la capacidad de mando: 20% de los encuestados consideró que este valor está más presente en los hombres, y 15% que se presenta más en las mujeres.

Alicia Lissidini, consultora asociada de la encuestadora, señaló que el tema de la participación política de las mujeres está “instalado en la agenda pública” y que así lo mostró la encuesta. Acotó que uno de los grandes desafíos que afronta Uruguay tiene que ver con “los hombres de mayor nivel educativo”, que no sólo tienden a rechazar las cuotas y la paridad en mayor medida, sino que además “no reconocen la discriminación de género”. Mostró datos del primer censo de personas con doctorado, realizado en 2018, y contó que una de las preguntas que se les hizo fue si había barreras invisibles contra el ascenso profesional de mujeres: 60% de las consultadas dijo que sí, pero esa respuesta afirmativa la dieron sólo 35% de los varones. “Los hombres efectivamente están lejos de entender o de querer entender las barreras que las mujeres tenemos que enfrentar”, concluyó.

Para Lissidini, el hecho de que las mujeres con nivel educativo alto sean más críticas que las demás acerca de la paridad y las cuotas responde a un “discurso meritocrático” que está muy instalado en la sociedad uruguaya, y manifestó que hacer visible la discriminación que sufren las mujeres “depende en gran medida” de las élites políticas. “Cuantas más mujeres hay en política, eso promueve el ingreso de más mujeres en política” e instala un “círculo virtuoso, lejos de ser vicioso”, afirmó.