Este fin de semana se desarrolló el VII Congreso del Frente Amplio (FA), con la participación de más de 1.000 delegados de todo el país que, divididos en subcomisiones, discutieron las bases del programa para un eventual cuarto gobierno nacional. En el debate se propuso rectificar acuerdos alcanzados acerca de temas de política económica, relacionados con el Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE), el Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas (IRPF) y la reforma de la Caja Militar, pero finalmente se votaron propuestas que no comprometen medidas específicas. El programa se votó en general, postergando la definición de algunos temas que venían con acuerdos o amplias mayoría de las comisiones, y se habilitó la competencia en las internas del año que viene de los cuatro precandidatos, Óscar Andrade, Mario Bergara, Carolina Cosse y Daniel Martínez, sin que los congresistas marcaran las preferencias por cada uno de ellos. Esto implica que, por primera vez, la competencia en las internas se realizará sin que haya un “candidato oficial” del Congreso, que llevó los nombres de dos dirigentes fallecidos: el general Víctor Licandro y la sindicalista y legisladora Susana Dalmás.
Todo empezó el sábado de mañana, con la discusión en 12 subcomisiones de lineamientos programáticos para el período 2020-2025. En la tarde, los delegados se reunieron en cinco comisiones sobre sendos puntos definidos como estratégicos: Desarrollo, Igualdad y diversidad, Integración e inclusión, Democracia e Inserción regional e internacional y soberanía. Cada comisión elaboró un informe final que se votó ayer. Las propuestas de las comisiones estaban en su mayoría acordadas previamente, pero de todas formas se plantearon rectificaciones y cambios de redacción. Por ejemplo, el Movimiento de Participación Popular, el Partido Comunista de Uruguay y Casa Grande, entre otros sectores, propusieron en la subcomisión de desarrollo económico la revisión de la tasa del IRAE para que sea progresiva, y el aumento al IRPF al capital, así como continuar con la reforma de la Caja Militar y “mejorar la eficiencia de recaudación” de la Dirección General Impositiva. Como no hubo acuerdos en las comisiones, se trasladaron dos propuestas al plenario del domingo.
Finalmente, el Congreso aprobó formulaciones que no detallan medidas. Se decidió “atender” la “evolución del sistema tributario en términos de justicia”, para que “pague más el que tiene más”, y “avanzar en diferenciar la capacidad contributiva entre las grandes empresas y las pequeñas y medianas, a la hora de tributar IRAE”, para dotar de mayor progresividad al impuesto. En relación con el IRPF, se definió “analizar la viabilidad de cambios” en la categoría 1 (o sea, en las rentas provenientes del factor capital mobiliario o inmobiliario y los incrementos patrimoniales), “en el sentido de aumentar el aporte tributario que realiza el capital”. También se votó “complementar” la reforma de la Caja Militar “mejorando las fuentes de financiamiento” y mejorar “la eficiencia en la recaudación tributaria” de la DGI, el Banco de Previsión Social, la División Contralor de Semovientes, Catastro y el Registro de Automotores.
Se incluyeron en el programa el compromiso de que en los primeros dos años de un cuarto gobierno se comience a discutir una reforma constitucional, el de eliminar el registro de antecedentes penales de adolescentes cuando cumplan la mayoría de edad, y el de descartar la privación de libertad como medida preventiva mientras un adolescente no es condenado por la Justicia. Por otra parte, se rechazó una propuesta de “alcanzar un modelo inclusivo de las Fuerzas Armadas”, que proponía la eliminación paulatina del sistema actual del Liceo Militar.
Una vez finalizada la votación, el presidente del FA, Javier Miranda, leyó una proclama de aprobación del programa de gobierno, y resaltó sus principales lineamientos: generar “el país del siglo XXI, un país creativo, productivo, solidario y sustentable; un país de trabajo; un país integrado en la región y el mundo; un país que da un salto en calidad en políticas sociales; un país que construye cultura; un país con mayor descentralización; un país con un Estado transparente y cercano a la gente; con memoria; un país más seguro y con mejor convivencia; un país con más democracia y soberanía”.
“El FA que afrontará las próximas elecciones no es el de 1971, tampoco el de 1989, ni el de 2004 o 2014; es el de hoy. Un FA con experiencia de gobierno, que se enorgullece de lo que hizo bien, que es autocrítico con lo que hizo mal y reconoce todo lo que hay por hacer”, concluyó.
Todos habilitados
La jornada de ayer culminó con la habilitación de los cuatro precandidatos propuestos por el Plenario Nacional, mediante una moción única. Martínez, Cosse, Bergara y Andrade fueron recibidos con un aplauso de pie, mientras sonaba el nuevo jingle del FA, e hicieron uso de la palabra.
“La emoción es indescriptible. Esto es una belleza. Ya no importa qué pase de aquí para delante”, sostuvo Bergara. Reivindicó los logros de los tres períodos de gobierno del FA, al señalar que “en el Uruguay de hoy hay más bienestar, más equidad y más derechos”, pero dijo que queda “mucho por hacer”. Sostuvo que la coalición de izquierda necesita renovarse para dar la mejor respuesta a “problemas del mundo de hoy”, propuso “profundizar y reivindicar la impronta frenteamplista y la impronta seregnista”, y aseguró que “si hay algo que necesita Uruguay es un cuarto gobierno del FA”.
Martínez también reconoció estar emocionado. “A uno se le paraliza el alma en una situación como esta”, dijo, y afirmó que la oferta electoral del FA, planteada en un marco de unidad, es la única con cuatro candidatos “de renovación, con experiencia y compromiso”. Reivindicó los principios defendidos por el general Liber Seregni haciendo hincapié en la ética como “componente innegociable en la acción y en el pensamiento de la izquierda”. Planteó la necesidad de que la izquierda salga a hablar cara a cara con la gente y mire a los ojos a los “desencantados”, para “tratar de entender sus razones y tender la mano para convencerlos de que juntos tenemos que seguir construyendo un mundo diferente”.
Andrade comenzó por comentar que el Congreso tendría que haberse hecho en el Antel Arena, para provocar otra interpelación de la oposición, porque “con cada interpelación y propuesta de la oposición brota la esperanza” frenteamplista. En relación con el contexto regional, sostuvo que es preciso convocar al “pueblo a que luche y vote por sí mismo”, porque “la militancia es el corazón de la izquierda” y no puede faltar “ese corazón que late luchando contra las desigualdades”. El precandidato dijo que hoy “más o menos” hay programa de gobierno, porque este se concretará cuando los sectores del partido y el pueblo organicen la lucha “por la vivienda, por profundizar cambios en la salud y más”. “Nuestra lucha es por los que sufren, por los gurises que hoy están mal, por el padre que no tiene trabajo, por el que no accede a medicamentos. Vale la pena dedicar la vida a esa lucha”, concluyó.
Cosse reivindicó en reiteradas ocasiones la unidad de la coalición de izquierda, “que es la que ha logrado los grandes cambios en estos últimos 15 años”, y dijo que eso no es consigna sino “herramienta de acción”. Al igual que sus compañeros, se refirió a los principios fundacionales del FA y la necesidad de reivindicarlos proyectados hacia el futuro. En ese sentido, sostuvo que “Uruguay tiene la responsabilidad de avanzar, de mostrarle al mundo que hay un futuro posible, cuidadoso del medioambiente, cuidadoso del ser humano, de su desarrollo, en el que todas y todos estemos incluidos, donde todos los derechos sean respetados”. Por último, se comprometió a que Uruguay “siga recorriendo el justo y merecido camino de la construcción de la dignidad” y a que “el FA siga haciendo historia”.