En mayo de 2018 el senador del Partido Nacional Jorge Larrañaga (Alianza Nacional) lanzó la campaña “Vivir sin miedo”, con la que pretende modificar algunos artículos de la Constitución para reforzar la seguridad. Para que se lleve adelante el plebiscito, la iniciativa necesitaba llegar a 10% del padrón electoral (unas 270.000 firmas) antes del 26 de abril de 2019, fecha en la que se cumple el plazo constitucional previsto. El sábado, en un acto realizado en la rambla y Luis Alberto de Herrera, el nacionalista anunció que alcanzaron 376.427 adhesiones. “¡Hay plebiscito! ¡Hay plebiscito!”, exclamó Larrañaga tras anunciar la cifra.
A pesar de que se llegó al número necesario, el senador dijo que continuarán con la recolección hasta el 17 de febrero. “Hay miles de compatriotas que todavía quieren seguir incorporando su integridad a la posibilidad de ejercer el derecho superior, el ejercicio más potente y más fuerte de libertad que en un sistema democrático se puede llevar adelante, que es el voto, e intentar modificar el contrato principal que tiene una sociedad, que es la Constitución”, dijo el sábado. Además, señaló que después de nueve interpelaciones y cinco pedidos de censura al ministro del Interior, Eduardo Bonomi, la reforma constitucional mediante plebiscito es “el camino que no se podrá sustituir por ninguna mayoría parlamentaria, porque es el camino de definición de la ciudadanía”.
Como sucedió con la propuesta de bajar la edad de imputabilidad, una iniciativa del integrante del Partido Colorado Padro Bordaberry (Vamos Uruguay), los cambios impulsados por Larrañaga son resistidos por distintas organizaciones sociales. Diana Balado, del colectivo Yo No Firmo, dijo a la diaria que están discutiendo cómo será la campaña contra la reforma, pero una de las ideas es no centrarse en los aspectos negativos, sino en tratar de que las personas “piensen más en la paz y la libertad”, ya que “los fascismos y los neoliberalismos generan sensaciones de odio y discriminación”. Opinó que las cuatro propuestas de Larrañaga “son nefastas”, porque “buscan el castigo a través del ejercicio del poder sobre las personas más pobres”.
El plebiscito, que será sometido a la voluntad de la ciudadanía en las elecciones nacionales, propone: el levantamiento de la prohibición de los allanamientos nocturnos si existe orden judicial, el cumplimiento completo de las penas en los delitos graves, la prisión perpetua revisable en los casos de delitos gravísimos y la creación de una Guardia Nacional integrada por militares.
Balado dijo que los privados de libertad aseguran que redimir la pena es una de “las grandes motivaciones para estudiar y trabajar”, algo que se perdería si el plebiscito fuera aprobado. Esta estudiante de la Facultad de Ciencias Sociales aseguró que “la militarización de la Policía [generará] un escenario muy parecido al de 1973”. Además, hay que tener en cuenta la situación del continente, “en el que hay un avance de la derecha en Brasil y en Argentina”, por lo que se puede ver que “viene a por nosotros, por los estudiantes, por la gente de izquierda, y por las personas más vulnerables”.
Mañana, el colectivo Yo No Firmo y otras organizaciones sociales se reunirán en el local de Caute Antel (Agraciada 2435) para seguir organizando la campaña.
Es "ganable"
El diputado Pablo Abdala (Alianza Nacional) aseguró ayer a la diaria que al inicio de la campaña “Vivir sin miedo” tenían “una incertidumbre importante”, porque no sabían cuál iba a ser la opinión de la población, más allá de que intuía que había un “clamor” para que se hiciera algo. “A medida que fuimos avanzando, nos dimos cuenta de que la gente firmaba espontáneamente”, aseguró.
Dijo haberse sorprendido con la cifra final, porque “evidentemente hubo un aluvión a último momento”. Negó que el sentido de la campaña fuera posicionar mejor a Larrañaga en la interna del Partido Nacional, pero sostuvo que “el éxito de la recolección de firmas coincide con un fortalecimiento del senador desde el punto de vista de su imagen pública. En qué medida la campaña incide [en la opinión de los votantes] es un tema que queda para los analistas, pero hay dos datos constatables: las firmas alcanzaron y la interna tiende a polarizarse”.
Opinó que el plebiscito es “ganable” porque, a diferencia de la de bajar la edad de imputabilidad, es una propuesta “asequible”, que puede ganar adhesiones con menos resistencia. “Lo de la baja era una propuesta más dura, que yo mismo no voté; esta, a mi juicio, va por el camino de lo recorrido por muchos países democráticos, con mucho éxito. Son propuestas lejos de lo ideológico, que van por el camino de lo razonable”. Para Abdala, la seguridad quedó “más allá de la discusión ideológica”, aunque aclaró que no es de las personas que piensan que “todo se reduce a un problema de gestión, porque, si no, creemos en lo de [Edgardo] Novick”.