Jorge Saravia y Gonzalo Mujica se alejaron del Frente Amplio tiempo después de asumir como legisladores. El segundo renunció a su banca, que pasó a ser ocupada por una representante frenteamplista. El primero la conservó y pasó a votar con el Partido Nacional. Del mismo modo, los tres legisladores que hoy representan a Edgardo Novick –Daniel Bianchi, Guillermo Faccello y Daniel Peña– abandonaron el Partido Colorado (los dos primeros) y el Partido Nacional, pero no renunciaron a sus bancas. Para evitar casos de este tipo, que no están expresamente prohibidos y cada vez que ocurren generan discusiones, la comisión especial de partidos políticos, financiación y publicidad electoral del Senado empezó a estudiar la semana pasada un proyecto denominado “titularidad de la banca”, presentado por la bancada del Frente Amplio en octubre de 2017.

La iniciativa busca “garantizar la correspondencia que debe existir entre la voluntad del cuerpo electoral, que se expresa en las elecciones nacionales, y la representación parlamentaria”. El texto interpreta que, por lo dispuesto en la Constitución, la elección de los legisladores “reposa en el sistema de partidos”. Como indicador de esto, se menciona el hecho de que en las elecciones nacionales cada partido tiene que presentar en una única hoja de votación sus candidatos a presidente, a vicepresidente, y a las cámaras de Senadores y Diputados. Es decir, que el elector opta por el partido político y por los candidatos que este le propone, en el orden en que se los presenta.

En la exposición de motivos, los legisladores frenteamplistas sostienen que cuando un legislador elegido por un lema se pasa a otro, “se desnaturaliza el sistema jurídico-político representativo, posibilitando la modificación de la representación proporcional parlamentaria determinada por la voluntad del Cuerpo Electoral en las elecciones, sin pasar por otra instancia electoral”. Esta situación “perfora el sistema consagrado en la Constitución, estafa la voluntad del cuerpo electoral y debilita el sistema de partidos, e incluso favorece la ocurrencia de eventos de corrupción”, alertan los legisladores.

El proyecto establece que los senadores y representantes “no podrán abandonar el lema partidario por el que ingresaron al Poder Legislativo, ni adherirse, afiliarse o integrar un partido político distinto a aquel por el que fueron electos” hasta el fin de su mandato o hasta su renuncia al cargo. Se ampara en el artículo 126 de la Constitución, que establece que la ley podrá disponer prohibiciones e incompatibilidades para los legisladores que no estén previstas en la carta magna.

En el proyecto se remarca que esta disposición no afecta la libertad de pensamiento y de expresión de los parlamentarios, ya que “no implica coartar al legislador en cuanto a la posibilidad de pensar y opinar, en casos puntuales, de modo disidente a su partido y expresarse de tal modo”.

Si un legislador cambia de partido, el proyecto prevé que las autoridades nacionales de los lemas partidarios puedan denunciar la situación ante la cámara respectiva. La iniciativa entraría en vigencia en la próxima legislatura.

El miércoles el senador nacionalista Carlos Camy anunció en comisión que tenía la intención de presentar un proyecto alternativo, que toma como antecedente una iniciativa del ex presidente José Mujica sobre “transfuguismo”. “Según me dijeron algunos de los catedráticos que consulté, no tiene problemas de constitucionalidad”, aseguró Camy, aunque no dio mayores detalles sobre el contenido.

El senador colorado Germán Coutinho aclaró que su partido todavía no definió posición sobre este tema.

Los legisladores frenteamplistas de la comisión se mostraron preocupados por el debilitamiento de los partidos políticos y consideraron que esta medida contribuye a prevenir situaciones que se han dado en otros países. “Esta es una democracia de partidos y esto es algo que tiende a fortalecerlos”, argumentó Marcos Otheguy, según consta en la versión taquigráfica.

Constanza Moreira acotó que la migración partidaria o “transfuguismo” es un tema “muy importante en América Latina”. “Hay países, como Brasil, en los que 20% de los legisladores se fugan para el partido ganador. Es un tema de gran importancia en América Latina e incluso muchos países han hecho ensayos para controlar ese fenómeno”, señaló la senadora. “Además, mi impresión es que el sistema de partidos políticos uruguayos tiende a fragmentarse muy rápidamente y esto se va a transformar en un problema cada vez más grande”, añadió.

José Mujica coincidió en que “hay que hacer todo lo posible por mantener estructuras de partidos sólidas y transmisibles en el tiempo”, pero recordó que Uruguay “es un país de frentes” y que es importante permitir la movilidad dentro de un mismo partido. “El Partido Nacional y el Partido Colorado duraron tanto tiempo porque tuvieron la astucia interna de manejarse como frente; siempre tuvieron varias tendencias. Y eso, que parece un contrasentido visto con una óptica europea, para mí es una realidad nacional. Entonces, la emigración dentro de un partido, de un sector a otro, hay que cuidarla, porque hace a la salud del todo”, consideró.