“El sarampión es la enfermedad que ha matado más niños”, dijo ayer Jorge Quian, subsecretario del Ministerio de Salud Pública (MSP). La región de las Américas eliminó esta enfermedad en 2016 –en Uruguay no se registra ningún caso desde 1999–, pero en 2017 cuatro países reportaron casos y, en lo que va de 2018, lo han hecho al menos diez.

El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa, causada por un virus. Provoca fiebre y erupción cutánea, y suele ser acompañada por conjuntivitis, rinitis y problemas respiratorios. El aumento de casos en América, y también en Europa, se relaciona con las bajas coberturas vacunales.

En Uruguay es una vacuna obligatoria: se dan dos dosis, una al cumplir un año de edad y la otra a los cinco. Deben vacunarse las personas nacidas entre 1967 y 1987 que no hayan recibido la segunda dosis (los nacidos antes de 1967 no, porque estuvieron expuestos al virus, y los que nacieron después del 87 recibieron las dos dosis). Las vacunas están registradas en el Certificado Esquema de Vacunación (el carné de vacunas) como “doble viral” o “triple viral”, o mediante las campañas de vacunación, con la letra S o el pegotín “Chau sarampión”. Quien no sepa si recibió las dosis necesarias debe volver a vacunarse; es gratis.