El Partido Comunista del Uruguay, el Partido por la Victoria del Pueblo, el Movimiento Alternativa Socialista, la lista 5005 y el ex vicecanciller y ex candidato a presidente del Frente Amplio (FA) Roberto Conde elaboraron un documento para presentar como insumo en la Comisión de Programa de la coalición. En el texto se advierte que el FA debe dar un “debate interno y no predeterminado” durante el final del actual gobierno, “ante una compleja necesidad de gastos e inversiones”.

Eduardo Pereyra, director nacional de Empleo y líder de la lista 5005, dijo que estos sectores –que apoyaron la candidatura de Conde a la presidencia del FA– están trabajando de manera articulada, y si bien no descartó que en un futuro pueda darse un acuerdo político, actualmente la coincidencia es únicamente programática.

“La visión de nuestro proyecto de país debe ser profundizada porque es precisamente el corazón de la batalla política decisiva que se libra ahora, no sólo con miras a 2025”, comienza asegurando el documento. Luego afirma que “el futuro del Uruguay no se juega en un 0,5% de déficit fiscal”. En cambio, sostiene que “la determinante es política” y, si la derecha se hace con el poder, la desarticulación de tres lustros de progresismo significará una pérdida de recursos materiales, sociales e institucionales cuantiosos que le costarán al país mucho más que 0,5% para que podamos retomar un día el crecimiento con inclusión y el desarrollo humano con justicia social”.

En el texto se prioriza, en cambio, llegar a 6% del Producto Interno Bruto para la educación, fortalecer a la Administración de los Servicios de Salud del Estado y dotar al plan quinquenal de vivienda de recursos, así como aumentar la inversión en infraestructura y en el Sistema Nacional de Cuidados. Además, se insta a “plantear una mirada más profunda sobre nuestro proyecto educativo público, mejorar su cohesión sistémica, mejorar sus resultados y fortalecerlo en la perspectiva de democratización e igualdad que lo fundamenta”.

El documento sugiere además que se aprueben leyes para exonerar del IVA a las cooperativas y a los diferentes programas sociales de vivienda; aprovechar el stock de vivienda disponible (inmuebles abandonados o en desuso); regular, al menos parcialmente, el mercado de alquileres; crear el fondo de garantía por insolvencia patronal; asegurar la inclusión laboral de personas con discapacidad y modificar las normas sobre trabajo nocturno, entre otras.

La región y el mundo

En cuanto a la situación de la región, los firmantes admiten que entre los países del sur “no ha habido complementación económica ni encadenamientos productivos, ni avances significativos en la inversión en proyectos comunes en energía e infraestructuras y conexiones”. De hecho, sostienen que “la integración como palanca de desarrollo ha fracasado una vez más en esta etapa, aunque no debemos de ninguna manera abandonarla como objetivo estratégico fundamental”. Por eso, sostienen que resulta necesario “avanzar en inserción comercial internacional sin amputar las capacidades del Estado”, perfeccionando los acuerdos con China y con otros países, pero también “rechazando las cláusulas de sometimiento contenidas en los textos tipo euro-norteamericanos”. Al final del documento se reconoce que el FA no cuenta “con una visión clara de la fase” en que se encuentra el proceso uruguayo ni con una “definición integrada de los objetivos inmediatos por alcanzar, y las vías de avance, que [...] le permita a la población comprender de modo general el rumbo del país para mantener la confianza en el proyecto político”. Esto se atribuye a la “insuficiencia de discusión y síntesis dentro de la fuerza política”, y también a la relación entre esta y el gobierno.