“No. Está [Emir] Kusturica acá y tengo que ir a comer un asado con él porque se va mañana de madrugada”, les dijo José Mujica a los periodistas que querían hacerle preguntas. El ex presidente fue uno de los que se acercaron ayer de noche al teatro El Galpón, donde Asamblea Uruguay festejaba sus 24 años. En la entrada había souvenirs de la celebración, entre ellos tazas, fixtures del Mundial y marcalibros con una frase de Danilo Astori, líder del sector: “La revolución es construir democráticamente una sociedad donde los valores superiores sean la dignidad, el trabajo, la producción, la solidaridad y la inclusión de los más débiles”.
Tras un espectáculo de El Club de Tobi y los saludos de rigor, Astori habló de la situación del país y del Frente Amplio (FA). Subrayó el dilema que significa la necesidad de articular “experiencia y renovación”, y que a eso se agregan “enojos sociales evidentes, desencantos”, y “una curiosa dificultad para reconocer los cambios que ha tenido este país durante los últimos 13 años”. El ministro de Economía y Finanzas dijo que Uruguay venció “la resignación y la decadencia” una vez que el FA llegó al gobierno, y admitió que al desencanto se le agregó algo que en la izquierda nunca habrían querido: “cuestionamientos éticos”.
Astori afirmó que de la ética deriva lo que es la izquierda, y que, por lo tanto, la vocación por criterios de conducta es lo que comparten los frenteamplistas. “Por eso nos asociamos a todas las causas populares. Y no uso la palabra ‘popular’ en el sentido demagógico, sino en el del gran interés nacional que nos une a todos aquellos que viven de su trabajo, por ejemplo, y por eso muchas veces señalamos que la cultura del trabajo es una base fundamental para identificarnos”, sostuvo. Agregó que el concepto de “nación” está “intrínsecamente unido a la historia de la izquierda, que sabe que una sociedad se integra con gente diferente, porque no somos todos iguales”.
Más adelante, el líder de Asamblea Uruguay apuntó que la izquierda uruguaya se ha destacado por “hacer análisis profundos de la realidad” con “honestidad intelectual y material”, y que por eso “duele tanto” cuando se producen “heridas a la honestidad”, que “son heridas a la política”, ya que “hacerle daño a la política es erosionar su credibilidad, es como asegurar que nada cambiará en la sociedad”. “Nuestra obligación es defender a la política, no porque estemos dedicados a ella, sino porque es con ella que queremos seguir transformando a Uruguay”, dijo Astori, y por último señaló que si bien en el FA hay “opciones muy diferentes acerca de problemas muy relevantes de la realidad nacional e internacional”, lo “grave” es no “tener la voluntad de ir al encuentro del que piensa diferente y buscar un acuerdo con él”. “Eso es lo que tenemos que lograr dentro del FA”, sentenció.