La presentación del Libro abierto de Eduy21 generó polémica desde el momento en que empezó, el miércoles de nochecita. En las redes sociales, muchos cuestionaron que entre las 12 personas que presentaron o comentaron el trabajo no hubiera mujeres, y la foto de los oradores y de quienes estaban en primera fila se repitió acompañada por ese cuestionamiento. Fernando Filgueira, coordinador ejecutivo de Eduy21, reconoció en la mañana de ayer que fue “un error serio” no haber incluido mujeres en la presentación, “no por una cuestión de cuota, sino porque ellas lideraron una parte muy importante de la elaboración del documento”. A medida que fueron pasando las horas se sumaron otras críticas, en particular de integrantes del Movimiento de Participación Popular (MPP), más relacionadas con los contenidos.

El diputado Sebastián Sabini, que dijo que iba a leer el documento antes de comentar los cambios propuestos, cuestionó que los partidos que respaldan el acuerdo educativo delineado por Eduy21 “se bajaron del Congreso de Educación”. En tanto, la senadora Ivonne Passada dijo a El Observador que la “base” del documento “son los cambios que se vienen dando de 2005 a la fecha”, y que “hacer una proyección sobre la base de los cambios producidos no tiene mucha diferencia con respecto a lo que ya se está discutiendo”.

Pablo Caggiani, consejero de Educación Inicial y Primaria, valoró que el documento reconoce “todo lo que no han dicho [los integrantes de Eduy21] en tantas entrevistas, sobre un montón de avances en materia educativa y sobre que hay desafíos que son reales, como universalizar la educación media, como que el sistema educativo distribuya aprendizajes y saberes que son necesarios para el siglo XXI, que tienen que ver con ciudadanía; son cosas interesantes”. También consideró que la propuesta “es un avance respecto de otras que han hecho estos mismos actores por separado: que [el cardenal Daniel] Sturla apoye esta propuesta me parece fabuloso; hace dos semanas pedía un ‘Fonasa educativo’, y acá está planteado que es público estatal; que [Ernesto] Talvi la apoye, cuando en los 90 se pasó planteando los voucher por medio del instituto Ceres, me parece fabuloso; que Pablo da Silveira apoye esta propuesta, cuando viene de hablar del modelo concertado, me parece un avance. En términos de construcción de una perspectiva de política educativa más democrática y más igualitaria, esto lo que hace es limitar la acción de algunos sectores que eran más conservadores”, opinó.

De todas formas, Caggiani consideró que la propuesta viene de “actores que poco tienen que ver con los sectores populares”, y manifestó dudas respecto de la viabilidad de algunas medidas planteadas, “porque implican tener una correlación de fuerzas que no tiene nadie, porque tienen un costo de transacción y de tiempo”, y también por su costo, que, según estima, sería de más de 8 puntos del Producto Interno Bruto. En ese sentido, destacó que “hay un acuerdo en que no hay transformación sin plata”. En declaraciones a radio Carve, Caggiani cuestionó además la participación de Danilo Astori en la presentación: “Me extraña que el ministro de Economía, que no está pudiendo cumplir con el 6% para la educación, para hacer más escuelas de tiempo completo, para tener más gurises de tres años dentro del sistema educativo, haya estado ayer en la actividad”, comentó.