La abogada Michelle Suárez, ex senadora suplente del Partido Comunista (PCU), aseguró que no estaba pasando por un buen momento anímico, por la muerte de su padre, cuando falsificó firmas en un caso de custodia. A pesar de que aseguró que no tuvo motivaciones económicas ni mala intención, reconoció que cometió errores. “De buenas intenciones está empedrado el camino al infierno”, afirmó ayer en una entrevista en el programa Todo pasa de Océano FM.

La ex senadora presentó el lunes su carta de renuncia al PCU, después de ser procesada con prisión domiciliaria por cuatro delitos de falsificación de firmas y un delito de estafa y falsificación de un documento privado. Aseguró que pidió perdón al PCU “por los daños” y acotó que su actividad político partidaria terminó. Dijo que la única razón para perder el anonimato fue primero la militancia en organizaciones sociales, y después la actividad política: “Si no voy a seguir con esas actividades no tiene sentido tener una vida de exposición pública”.

Suárez sostuvo que les mintió a los ministros de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), en noviembre del año pasado, porque sintió “pánico”, pero después se presentó a la Justicia y dijo la verdad. Sobre los motivos que la llevaron a falsificar las firmas sostuvo que confió en su clienta, porque creyó que existía “una convención entre los padres” y pensó que estaba ayudando a alguien en un momento “delicado y doloroso”. De todas formas, sostuvo que intentar explicar lo que había pasado es una manera de “quitarse responsabilidad”.