El 21 de marzo, las gremiales agropecuarias y el movimiento Un Solo Uruguay (USU) entregaron al Poder Ejecutivo (PE) una propuesta de rebajar el gasoil para toda la población, de 40,40 pesos por litro a 32,70. Los productores aseguraban que el impacto de esa rebaja sería compensado por una serie de factores, pero ayer el PE afirmó que “los supuestos detrás de los atenuantes en muchos casos resultan discutibles” y alteran el análisis, considerando que “es incorrecta la interpretación de la formación del precio del gasoil” y que son excesivas las estimaciones del contrabando y del consumo de ese combustible por parte del Estado.
Álvaro Rivas, integrante de USU, dijo a la diaria que la respuesta del PE fue “tardía” y “una desconsideración”, porque demoró más de 60 días. Afirmó que “parece una respuesta hecha a la carrera, sin un análisis adecuado”, y sostuvo que se cerró la puerta a una eventual rebaja del combustible “sin mayores argumentos” con bases livianas y genéricas. El integrante de USU comentó que ese movimiento esperaba, “por lo menos, una instancia de debate sobre las consideraciones que el gobierno cree erróneas”.
Ayer, después de la reunión del Consejo de Ministros, el titular de Ganadería, Enzo Benech, dijo en conferencia de prensa que “desde enero a mayo el gobierno presentó 21 medidas ligadas al sector rural”, y que además estas “tienen que estar dentro de los equilibrios lógicos y lo que la sociedad pueda tolerar”.
En tanto, el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, aseguró que no se va a incrementar la carga tributaria con nuevos impuestos ni con incrementos de los existentes, ya que eso “sería negativo para el país, porque se llegó a un límite que no es conveniente sobrepasar”. Rivas puso en duda las declaraciones de Astori: “Este tipo de anuncios lo hemos escuchado en otras oportunidades y después la realidad termina siendo otra”, dijo.