Desde hace una década se manejaba la posibilidad de cambiar la escala de calificaciones utilizada por la Universidad de la República (Udelar), que data de 1957 y cuenta con 13 niveles (del 0 al 12, con el nivel de suficiencia en 3). En 2016 se retomó el debate, y la Comisión Sectorial de Enseñanza trabajó en una propuesta que fue aprobada ayer por el Consejo Directivo Central (CDC) de la universidad. La nueva escala abandona los números y está compuesta por seis calificaciones conceptuales: cuatro de aprobación (excelente, muy bueno, bueno y aceptable) y dos de reprobación (insuficiente y muy insuficiente).
Según explicó a la diaria el prorrector de Enseñanza, Fernando Peláez, la nueva escala tiene dos objetivos fundamentales. Por un lado, mejorar el reconocimiento de los estudiantes de la Udelar en el exterior tanto por parte de los empleadores como de las organizaciones que otorgan becas o favorecen la movilidad: “Es imposible de comprender fuera de la Udelar una escala de calificaciones del 0 al 12 cuando el nivel de suficiencia es el número 3”, explicó Peláez, porque un promedio de 3 o 4, cuyo significado es que el estudiante tiene 50% o 60% de suficiencia en el curso, puede ser visto como una calificación baja en el exterior. Por otro lado, según Peláez la literatura especializada en materia de evaluación sugiere “tender a una escala conceptual, con pocas categorías y basada en consideraciones de pertinencia pedagógica, que esté más vinculada con apoyar y complementar un proceso de reflexión sobre las devoluciones a los estudiantes y los procesos de evaluación de los aprendizajes”. Agregó que “está probado que la escala tiene incidencia, y la pensamos dentro de ese proceso de reflexión sobre la evaluación de los aprendizajes de los estudiantes”.
La escala está compuesta por seis conceptos: “Excelente: el rendimiento demuestra conocimientos profundos y altas capacidades. Muy bueno: el rendimiento da cuenta de un aprendizaje sólido con varios aspectos destacados. Bueno: el rendimiento demuestra un aprendizaje adecuado a los objetivos generales de formación con aspectos que superan el mínimo de suficiencia. Aceptable: el rendimiento alcanza el criterio mínimo de suficiencia. Insuficiente: el rendimiento no alcanza el criterio mínimo de suficiencia y se requiere profundizar aprendizajes sustantivos. Muy insuficiente: el rendimiento es muy bajo o nulo”. Se desechó la propuesta original de que a cada nivel le correspondiera una letra (de la A a la F), pero eso podría utilizarse en la práctica, manifestó Peláez.
La resolución aprobada ayer presenta la equivalencia de la antigua escala con la que se pasará a utilizar: 0 corresponde a “muy insuficiente”, 1 y 2 a “insuficiente”, 3 y 4 a “aceptable”, 5, 6 y 7 a “bueno”, 8 y 9 a “muy bueno”, y 10, 11 y 12 a “excelente”.
La nueva escala comenzará a aplicarse en forma generalizada desde el 1º de enero de 2020, y hasta entonces habrá un período de transición. Tras la resolución de ayer, el Servicio Central de Informática Universitaria quedó encargado de habilitar que las escolaridades que se entreguen hasta diciembre de 2019 se traduzcan al sistema nuevo, que se llamará “escala internacional”.
En discusión
El CDC aprobó anoche la modificación por 14 votos en 16, ya que los estudiantes no la apoyaron y, en cambio, propusieron que se postergara la discusión para que la Asamblea General del Claustro (AGC) se pronuncie sobre el tema antes de decidir. Valeria Sánchez, consejera en representación de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), explicó que en la discusión que se dio entre los estudiantes sobre la propuesta surgió que en ciertos aspectos es “contradictoria”. Consideró que al equiparar el nuevo criterio con el anterior “se arrastran ciertos problemas de la escala actual”, entre otros que “en algunos casos el 3 es aceptable y en otros lo es el 6, a veces dependiendo de si es un examen o un parcial”. Además, la consejera estudiantil opinó que “el argumento de que el estudiante va a entender mejor no es tan así, porque se está representando básicamente lo mismo”.
En la sesión, el rector Roberto Markarian opinó que pedir que la AGC se pronuncie implicaría “postergar por varios meses” la aprobación de la propuesta. Peláez, por su parte, respondió que el cambio implica realmente “algo nuevo”, pero defendió la equivalencia “a los efectos prácticos” de facilitar el período de transición y también, por ejemplo, para actualizar las escolaridades de los ya egresados.
Los representantes de varias facultades plantearon algunas modificaciones en las definiciones de los conceptos, que fueron aceptadas, y el decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Álvaro Rico, expresó que la nueva escala hará “prácticamente imposible promediar, porque es imposible promediar conceptos”, de modo que obligará a adoptar “una evaluación más conceptual” para establecer una calificación anual. La dificultad de no contar con una equivalencia numérica de la escala también dificultará ciertas investigaciones, entre ellas las comparaciones internacionales. Al respecto, la resolución aprobada prevé la integración de un equipo de expertos “que analicen y propongan una correspondencia entre las categorías conceptuales y algún rango de números”.