Los jugos de uva y de manzana fermentan, y ese proceso puede colocar la graduación alcohólica de estas bebidas por encima de 0,1%. Esto fue lo que explicó la Cámara Industrial de Alimentos (CIA) el martes en la Comisión de Salud Pública de la Cámara de Senadores, que tiene a estudio un proyecto de ley para regular el consumo problemático de alcohol.
El artículo 3º de la iniciativa define qué se entiende por bebida alcohólica: “Toda bebida cuyo contenido o graduación alcohólica, natural o adquirida, sea igual o superior al 0,1% de su volumen”. Sólo se exceptúa de esta disposición a las preparaciones farmacéuticas, a los jarabes y productos similares de uso medicinal autorizados por la autoridad sanitaria.
El límite de 0,1% fijado en el proyecto de ley es bastante más bajo que la regulación actual, tanto a nivel nacional como del Mercosur, hicieron notar los delegados de la cámara en el Parlamento. “Revisamos la normativa actual de Uruguay, y tanto el reglamento bromatológico nacional, en su definición, como otros definen como límite 0,5%. Asimismo, la reglamentación Mercosur establece como límite 0,5%, al igual que una norma UNIT” y la Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló en comisión la química farmacéutica María Hansz, asesora técnica de la cámara, según consta en la versión taquigráfica. Hansz añadió que según la regulación actual, los jugos de uva o manzana tienen permitida una graduación alcohólica por encima de 0,1% “porque naturalmente pueden fermentar”. Se preguntó también qué pasaría con la vainilla, que es una solución hidroalcohólica. “No tenemos el estudio, pero habría que considerar qué pasa cuando se usan esencias o algunas materias primas que son de base hidroalcohólica, por la propia forma de extracción del producto”, indicó.
La asesora advirtió asimismo que esta disposición genera un problema de contralor, porque ni el Laboratorio Tecnológico del Uruguay ni la Intendencia de Montevideo tienen capacidad para detectar una graduación alcohólica de 0,1%. “A modo de ejemplo, ANCAP –que controla bebidas alcohólicas– tiene un límite de detección de alcohol a partir de 1,6%, porque maneja valores altos de alcohol, y el 1,6% está permitido como rango de error. Inavi [Instituto Nacional de Vitivinicultura], que maneja valores de alcohol un poco más bajos porque los vinos tienen menor graduación alcohólica que los productos de ANCAP, por las técnicas que hoy en día realiza, tiene una tolerancia analítica de dos décimas de grado, es decir, 0,2%”, indicó Hansz. “Es así que nos encontramos con una incoherencia con la reglamentación actual y, además, por lo menos al día de hoy, con un problema de contralor. Esto es lo que técnicamente podemos aportar”, resumió la asesora, y aclaró que a la cámara le parece adecuado el proyecto si se sube la graduación a 0,5%.
El senador frenteamplista Daniel Garín opinó en comisión que el aporte de la cámara debería estudiarse. “Creo que debemos considerar la existencia de normas a nivel del Mercosur que manejan otra cifra, ya que formamos parte de un mercado en el que las regulaciones no pueden convertirse en un obstáculo para el comercio, que sería uno de los problemas que tendríamos por delante si no se contempla esa situación”, estimó.