Luego de anunciar su distanciamiento del Frente Amplio (FA), el diputado Gonzalo Mujica se autoproclamó independiente y, durante un año, antes de renunciar a su banca, permaneció en ella y puso en jaque la mayoría parlamentaria del oficialismo. Hubo casos similares en otras tiendas, aunque el desenlace fue otro. Los legisladores colorados Daniel Bianchi y Guillermo Facello, al igual que el nacionalista Daniel Peña, abandonaron sus partidos para sumarse al entonces incipiente movimiento de Edgardo Novick, pero se mantuvieron firmes en sus bancas. La discusión acerca de si el lugar en el Parlamento pertenece al lema o al legislador quedó instalada nuevamente, y eso motivó a los senadores del FA a presentar un proyecto de ley sobre la titularidad de las bancas.

El director del Instituto de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, Rubén Correa Freitas, expuso sus opiniones al respecto el 30 de mayo en la comisión especial de partidos políticos, financiación y publicidad electoral, que se encuentra discutiendo ese proyecto. El abogado señaló, en primer lugar, que no existe en la Constitución ninguna disposición que establezca que la titularidad de la banca pertenece al partido o al legislador, pero afirmó que es “indudable”, considerando las normas de votación y de adjudicación de lugares en el Parlamento, que sólo por medio de los partidos se puede llegar a ser senador o representante nacional.

Sin embargo, Correa cuestionó la forma en que el oficialismo busca asegurar que la banca pertenezca al lema. La iniciativa se apoya en el artículo 126 de la Constitución, que permite al Parlamento agregar prohibiciones e incompatibilidades a las que actualmente rigen para los legisladores, cuya violación implica “la pérdida inmediata del cargo”, y añade a estas que, una vez electos, “no podrán abandonar el lema partidario por el que ingresaron al Poder Legislativo, ni adherirse, afiliarse o integrar un partido político distinto a aquel por el que fueron electos”. El experto explicó que las actuales prohibiciones tienen que ver con la “transparencia” y la “ética en la función pública”, y que no es coherente vincularlas con el hecho de que alguien renuncie al lema por el cual fue electo, se declare independiente o adhiera a otro partido.

Además, la iniciativa prevé que las autoridades nacionales de los lemas puedan denunciar a un legislador, ante la cámara que integra, por apartarse de su partido, incluyendo esto entre los actos que lo hacen “indigno de su cargo” aludidos (pero no definidos) en el artículo 115 de la Constitución, por los cuales se puede expulsar a alguien del Parlamento. “Más allá del enojo político que pueda generar” el hecho de que un parlamentario abandone un partido, “no podemos considerar” que eso lo haga indigno de seguir en el Poder Legislativo, ya que más bien es un problema político, comentó Correa Freitas. En su opinión, sería mejor que la ley “prevea que si alguien deja de pertenecer [a un partido], el cargo [legislativo que ocupa] quede vacante” y que en ese caso sea la Corte Electoral la que convoque al suplente.

Ser o no ser indigno

A su turno, el nacionalista Luis Alberto Heber consideró que es correcto juzgar la conducta de los legisladores que emigren a otros partidos y se mantengan en su banca o se declaren independientes. La situación en la que estuvo el ex diputado frenteamplista Mujica, según la definición de Heber, podría ser catalogada de indigna: “Un legislador que se inclina por un determinado proyecto de país no puede terminar el día de mañana adhiriendo a otro proyecto totalmente distinto al que en definitiva fue electo. Hay un grado de indignidad en el tema. No es indigno desde el punto de vista personal porque no es ningún corrupto, pero hay un grado de indignidad porque se afilió a un proyecto político, fue electo por ese proyecto político y después le saca la posibilidad de que pueda gobernar, cuando ganó las elecciones”.

La frenteamplista Constanza Moreira explicó que las leyes están hechas para un sistema anterior, de dos o tres partidos, y que en ellas no se contempló la irrupción de múltiples partidos pequeños. De alguna manera, la entrada de Novick al sistema político encendió las alarmas de los partidos, ya que sin que mediara una elección este empresario devenido político logró representación parlamentaria. Un comentario de Heber mostró su preocupación al respecto: “Buscando la caricatura del tema, pienso: si mañana aparece un nuevo partido y me compra un legislador, ¿no es indigno?”.

En la vereda de enfrente, el líder del Partido Independiente (PI), Pablo Mieres, arremetió contra el proyecto por considerarlo violatorio del principio de libertad y contrario a la larga tradición del país sobre el tema. Para Mieres, la banca es del legislador y no del partido. En particular, recordó que parlamentarios como Francisco Rodríguez Camusso, Zelmar Michelini y Alba Roballo, elegidos por los partidos Nacional y Colorado, pasaron a formar parte del FA cuando este se fundó, en 1971, pero no abandonaron sus bancas.

Mieres también se refirió a su propio derrotero político. Según su relato, el lema Nuevo Espacio se presentó en las elecciones de 1999 “diciéndole a la gente que era un partido independiente de cualquier otro” y que iba a seguir así, pero luego la mayoría nuevoespacista, encabezada por Rafael Michelini, resolvió integrarse al FA y perdió por ello dos legisladores, Iván Posada y el propio Mieres, que estuvieron en la fundación del PI y lo integran desde entonces, pero permanecieron en aquel momento en sus bancas y no fueron “indignos por eso”.

Correa Freitas acotó que para expulsar a un legislador en aplicación del artículo 115 se necesitan dos tercios del total de componentes de su cámara. Y aclaró que, en definitiva, aunque la ley establezca que determinada actitud es “indigna”, todo dependerá de la valoración política que hagan los parlamentarios.