Ayer de tarde el ex presidente colorado Julio María Sanguinetti compareció por más de dos horas ante la comisión de la Cámara de Representantes que investiga el espionaje militar y policial en democracia. A la salida, señaló en rueda de prensa que los diputados de la comisión le mostraron una serie de documentos que refieren a episodios de espionaje o de violaciones a la ley, y aceptó que muchos de ellos son “reales”. “Lo que está claro es que ni Presidencia ni nuestros ministros, todos de acrisolada calidad democrática, jamás ordenamos ningún episodio ilegal”, sostuvo Sanguinetti, y agregó que, por el contrario, desde Presidencia hubo “órdenes precisas de actuar conforme a la ley y a informaciones abiertas, sin ninguna acción de espionaje”, y que es “discutible” que el espionaje fuera producto de una “planificación sistemática”. Además, el ex presidente afirmó que incluso él fue “víctima de algunos episodios de ese tipo”, por ejemplo en 1997, cuando “le volaron” el auto al diputado Hugo Cores y a él le “volaron” el estudio que compartía con otros abogados. Según Sanguinetti, esas acciones fueron perpetradas por “gente vinculada” con los servicios de inteligencia.

Consultado sobre cómo esos actos ilegales eludieron el control de las autoridades, dijo que “se escapaban porque ocurrían, y porque el Estado venía de una dictadura y había muchas situaciones de conflicto”. “Se nos escapaban esas cosas como también se nos escapaban movimientos armados que venían de los viejos terrorismos. Recuerden el episodio del [hospital] Filtro, en el gobierno de [Luis Alberto] Lacalle. El propio [ex integrante del MLN, Jorge] Zabalza ha contado que fueron con una camioneta llena de explosivos. Esas cosas ocurrían, desgraciadamente, y se perseguían y se trataban de controlar. El resultado fue altamente favorable, que es lo que importa”, dijo Sanguinetti, y añadió que las acciones de espionaje “no lograron desestabilizar la democracia”, ya que la prensa “ejerció con libertad”, así como lo hicieron los partidos políticos y los sindicatos.

El diputado frenteamplista Luis Puig, integrante de la comisión, expresó por su parte en rueda de prensa que ayer pudieron “comprobar y demostrar” la existencia de espionaje en democracia “no como hechos aislados” sino, por ejemplo, ordenado por quien fuera comandante en jefe del Ejército y luego ministro de Sanguinetti, el general Hugo Medina. “Un documento del Ministerio de Defensa expresa con absoluta claridad el plan de espionaje a desarrollar sobre organizaciones políticas, sindicales, religiosas y organismos de derechos humanos, pero la gravedad de esto es que fue ordenado por el comandante en jefe del Ejército en 1985, que posteriormente, en 1987, fue designado ministro de Defensa”, sostuvo Puig, y agregó que, por tanto, el “espionaje sistemático” era ordenado “desde las más altas directrices militares”.

A su vez, el diputado comunista Gerardo Núñez, presidente de la comisión, subrayó en declaraciones a periodistas que es “claro” que las personas que designó Sanguinetti –tanto Medina, en su primer período presidencial (1985-1990), como los máximos directores de inteligencia militar en su segundo mandato (1995-1998)– desarrollaron “espionaje de gran envergadura”. Núñez dijo que también es claro que el espionaje coincide con “una actitud” del primer gobierno de Sanguinetti, que, por ejemplo, “estaba en contra de que se realizara” el referéndum de 1989 para derogar la ley de caducidad. “No estamos hablando de hechos aislados, no es como dijo el doctor Sanguinetti, que esto se trató de grupúsculos que se quedaron con una visión nostálgica; acá estamos hablando de directivas que se impartieron directamente desde los ministerios y las direcciones de inteligencia”, subrayó Núñez, y sostuvo que es “inexplicable” que a esta altura de los acontecimientos, “con toda la documentación que está arriba de la mesa”, se niegue “que el espionaje fue institucionalizado, sistemático y planificado”. En la misma línea, Puig aseveró que se han descubierto tres millones de documentos que refieren al espionaje en democracia, y que por lo tanto se pregunta si corresponde hablar de “hechos aislados”.

Por último, Núñez destacó que durante los gobiernos de Sanguinetti “no se llevaron adelante los controles correspondientes” sobre los servicios de inteligencia, y ejemplificó esto con un informe que antes le habían mostrado al ex presidente, acerca de una investigación que el directorio de Antel realizó durante su primer mandato presidencial que “daba cuenta de que se habían hecho escuchas telefónicas durante la dictadura”. “Con ese antecedente, se tendrían que haber tomado otras medidas y otros controles, que, evidentemente, no existieron”, razonó Núñez, y agregó que ayer también le demostraron al ex presidente que no sólo actuaron las agencias nacionales de inteligencia sino también la CIA estadounidense, infiltrada en los ministerios de Relaciones Exteriores e Interior. “Entonces, lejos de estar negando estas acciones de espionaje, como hoy [por ayer] ocurrió por momentos en la comisión, tiene que haber un reconocimiento para afianzar la democracia y para que estas actitudes, contrarias a la Constitución y a las leyes, no ocurran más”, finalizó Núñez.