El ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, compareció ayer ante la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado convocado por Luis Lacalle Pou (Partido Nacional, PN). A pesar de que el canciller fue citado para informar sobre la política de inserción internacional, el senador le preguntó sobre el despido del director de Asuntos Institucionales de su ministerio, el embajador Álvaro Moerzinger. Para Lacalle Pou se trató de un acto de persecución política, ya que Moerzinger participó, en diciembre, en una reunión social a la que él también asistió. A la salida de la sesión, el líder del sector Todos dijo que se trata de una práctica inadecuada, porque no se trató de un acto político ni de una manifestación pública, y aseguró que el canciller despidió al diplomático por una nota que publicó El Observador el 30 de abril, en la que se afirmaba que Moerzinger y los embajadores Juan José Arteaga, Pedro Mo, José Luis Pombo y Guillermo Valles habían escrito un informe para Lacalle Pou en el que criticaban la política exterior del gobierno. El nacionalista dijo que el ministro se basó en esa publicación sin acceder al documento ni consultar a Moerzinger.
A Lacalle Pou no le convencieron las respuestas de Nin Novoa sobre inserción internacional: “Repite un discurso que está quedando viejo”, aseguró. Además, le reprochó la falta de definición para la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con China. Sobre el TLC con Chile , dijo que si el FA no llega a un acuerdo, la oposición lo llevará al Plenario. Sobre Venezuela aseguró que Uruguay tiene una actitud “tibia y tímida”.
Nin Novoa dijo que la comparecencia se hizo para cuestionar la política interna del FA, porque “al final de la jornada todos están de acuerdo con lo que hace la cancillería”. Sobre el TLC con Chile, dijo que confía en que se aprobará, y sostuvo que los legisladores del FA que están en contra tienen el derecho a expresar su opinión y comportarse en el Senado como quieran. “No hay un mandato imperativo en esto”, acotó. Sobre Venezuela, afirmó que emitir comunicados “sancionando y condenando no aporta”, porque hay que jugar “un papel de mediador para que las posiciones se acerquen”. “Somos ‘critiquísimos’ [con Venezuela], [una actitud] que me ha valido la recriminación de mis compañeros de partido, pero una declaración mensual [de condena] no es un camino idóneo para encontrar una solución”, sostuvo.