La dificultad de establecer un acuerdo con la Unión Europea (UE) y la necesidad de abrirse a nuevos mercados fueron algunos de los temas que se abordaron ayer en la cumbre de presidentes del Mercosur en Asunción. En esta oportunidad, también tuvo lugar el traspaso de la presidencia pro témpore a Tabaré Vázquez, quien delineó el rumbo que se propone tomar el bloque mercosuriano en los próximos seis meses.

El presidente paraguayo, Horacio Cartes, comenzó su discurso haciendo hincapié en retomar las “raíces fundacionales” del Mercosur y centrar los esfuerzos tanto en lo comercial como en lo económico. Para ello, propuso garantizar el libre comercio y la eliminación de aranceles a los productos entre los países miembros del bloque. Por otro lado, solicitó que se enmarque a Paraguay dentro de un “trato especial y diferenciado” por su “condición geográfica”, ya que es un país sin litoral marítimo, para que pueda acceder a los mercados en “condiciones igualitarias” respecto de los demás países y lograr así una integración “justa”. Sobre las negociaciones con la UE, adelantó que se encuentra “satisfecho” con el “dinamismo” que han tomado durante el semestre de presidencia paraguaya, y auguró que próximamente se concretará un acuerdo.

Vázquez no compartió estas apreciaciones. Centró buena parte de su discurso en subrayar los magros avances de la negociación y las dificultades para sellar un acuerdo definitivo con el bloque europeo. “Es lamentable”, dijo, que “aún no hayamos cerrado el acuerdo con la UE”, y rescató que si bien todavía existen intenciones de llegar a un resultado final, “no todo depende del Mercosur”.

“No estamos dispuestos a perder el tiempo en negociaciones eternas”, enfatizó, y destacó que para que las negociaciones lleguen a un desenlace satisfactorio se necesita “voluntad política real”, como la que tuvo la UE con Japón, al cerrar un acuerdo en un plazo de un año. También recalcó que los países del Mercosur no están “dispuestos a firmar un acuerdito”, y acotó que eso no implicaba una “amenaza”, sino que señalarlo era tan sólo es una “cuestión” de “responsabilidad” y “dignidad”.

El presidente uruguayo recordó que “están en curso” negociaciones con Canadá, la Asociación Europea de Libre Comercio (integrada por Suiza, Islandia, Noruega y Liechtenstein) y Singapur, y expresó que es necesario estrechar los lazos comerciales con China y la Unión Euroasiática, ya que “obviarlos sería una irresponsabilidad”. También adelantó que se iniciará un “proceso de acercamiento” con la Alianza del Pacífico, y que en ese marco habrá dentro de un mes una reunión en Puerto Vallarta, México, para seguir trabajando en la “integración”.

Por otra parte, hizo referencia a las “líneas rectoras” para el semestre de presidencia uruguaya, anunciadas en el fin de semana por el ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa. Según lo informado en el sitio web de cancillería, estas incluyen revisar el arancel externo común (el que paga cada mercancía por entrar a cualquier país del bloque) y eliminar su doble cobro, así como perfeccionar el comercio intrazona y garantizar la efectiva libre circulación de bienes y servicios en el bloque.

Tanto Argentina como Brasil se mostraron más cautos al referirse al proceso con la UE y remarcaron la necesidad de redoblar esfuerzos para concretar un acuerdo. El brasileño Michel Temer comentó que las negociaciones económicas y políticas “no se resuelven de un día para el otro”, e instó a “no abandonar” las que se desarrollan con la UE, porque “cerrar esta puerta ahora significa impedir la apertura del camino para otros tiempos”. La vicepresidenta de Argentina, Gabriela Michetti (encargada de suplir al mandatario Mauricio Macri, quien se quedó atendiendo asuntos relacionados con la coyuntura económica de su país), sentenció que después de casi 20 años de negociación “no podemos dejar esta oportunidad” y tenemos que “redoblar nuestro compromiso político” con la UE.

Otro de los puntos que abordaron ambos mandatarios fue la situación política y social de Venezuela (aún suspendido en el Mercosur) y Nicaragua. Michetti sostuvo que en esos países existe un “avasallamiento” de los derechos humanos y, en particular, aseguró que Argentina no “cesará” de denunciar la situación en la que se halla el pueblo venezolano. En la misma línea, Temer aseguró que el Mercosur tiene “el deber” de proteger la “democracia, las libertades fundamentales y los derechos humanos”. Por eso, aseguró que lamenta “cierta ruptura en el orden democrático de Venezuela”.

La cumbre culminó con la lectura de sendos comunicados acerca de la situación en esos dos países. En particular, sobre Venezuela se afirma que, ante “el crecimiento de los flujos migratorios de venezolanos”, se vuelve imprescindible “coordinar esfuerzos a fin de dar respuestas” y “refugio” a las personas que salen de ese país. También se insta al gobierno bolivariano a coordinar con la comunidad internacional “el establecimiento de canales para el acceso de ayuda humanitaria”, con el objetivo de “paliar la crisis social y migratoria” que vive Venezuela. En relación con Nicaragua, se expresó una condena a “todo tipo de violencia” y se llamó al gobierno y al pueblo nicaragüense a “retomar el diálogo nacional coordinado por la Conferencia Episcopal”, con el fin de lograr una salida ante la “grave crisis”.