La Comisión Especial de Adicción de la Cámara de Representantes recibió el lunes a jerarcas del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), “en el marco del análisis de las políticas que se están desarrollando en distintos organismos vinculadas con el control de la dependencia de las drogas y las adicciones”, para conocer su rol en base a lo que establece el artículo 10 de la ley de regulación y control de la marihuana: “El Sistema Nacional de Educación Pública deberá disponer de políticas educativas para la promoción de la salud, la prevención del uso problemático de cannabis desde la perspectiva del desarrollo de habilidades para la vida y en el marco de las políticas de gestión de riesgos y reducción de daños del uso problemático de sustancias psicoactivas”.

Según la versión taquigráfica de la sesión, Wilson Netto, presidente del Codicen, explicó que la política educativa de prevención de uso de drogas de la ANEP está basada en tres pilares: el centro educativo “como promotor de salud”; las “habilidades para la vida, como fortalecimiento del proceso de autonomía exitoso de niños, niñas y jóvenes”; y una “intervención oportuna” en casos de riesgo, “a través de talleres de prevención o de acciones de reducción de daño y riesgo”. Agregó que las acciones preventivas se orientan a “impedir o disminuir” las adicciones y el consumo problemático, a “retrasar la edad del inicio de consumo de sustancias y mitigar los riesgos asociados”, “fomentando la autonomía del estudiante”.

En cuanto al mencionado artículo 10, Netto sostuvo que hay que discutir “en torno a la acepción de disciplina y de asignatura”, desarrollando “una formación de carácter transversal, que tiene que estar presente en el currículum desde todas las asignaturas que se desarrollen en ella, con distinto énfasis y abordaje, según las características de cada una de ellas”. Sostuvo que se está trabajando en ese sentido y que eso se puede ver, por ejemplo, en actividades en educación media “por medio de asignaturas como Biología u otras vinculadas a espacios que están planificados para el trabajo de distintas temáticas en el mundo de los adolescentes”.

A su vez, Laura Motta, consejera del Codicen, subrayó que están trabajando en conjunto con la Junta Nacional de Drogas (JND) con el “marco conceptual de habilidades para la vida” planteado por la Organización Mundial de la Salud, que aborda el consumo problemático de sustancias “desde el fortalecimiento de las personas”. “Este viraje en cuanto al abordaje que se hace del consumo y de la prevención [...] permite que los niños y jóvenes estén equipados con herramientas que les permitan decir que no”, indicó Motta, y añadió que los niños o jóvenes van a distintos lugares, como parques, clubes o bailes, donde “pueden encontrar diferente oferta”, y por eso es necesario que estén equipados con habilidades “que les permitan posicionarse en el lugar de ser ellos quienes decidan sobre su vida y sobre qué es lo que quieren y van a hacer”.

La jerarca informó que en 2017 se hicieron talleres con la JND en cerca de 130 centros educativos, que reunieron a más de 3.000 docentes. “Esto tiene una multiplicación por diez de los alumnos a los cuales llegan estos docentes. Es decir que estamos hablando de por lo menos 30.000 estudiantes. A esto hay que sumar los cursos que se desarrollan en formación docente específicamente en el ámbito de un marco de derechos humanos, de prevención de salud y de trabajo”, señaló Motta.