El 25 de agosto de 2025 no sólo se celebrará el bicentenario de la declaratoria de la independencia de la Banda Oriental de “todo poder extranjero” (y la no tan recordada reincorporación a las Provincias Unidas); también será una jornada especial para la casa de las leyes: se cumplirán 100 años de la inauguración del Palacio Legislativo, y las actuales autoridades del Parlamento ya planifican que ese momento sea especial.

Por eso, esta semana el Senado aprobará un proyecto de ley que no sólo declara de “interés nacional” la conmemoración, sino que además faculta a la Comisión Administrativa del Poder Legislativo a tomar “las medidas necesarias para la celebración de los actos conmemorativos y para la refacción del edificio”. A esos efectos se creará una comisión honoraria, integrada por un legislador de cada partido con representación parlamentaria, representantes de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación y de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República, y un “historiador connotado”. Esa comisión deberá proponer un cronograma de actos conmemorativos y un plan de refacciones del edificio, que luego la Comisión Administrativa aprobará de forma total o parcial.

“A esa fecha hay que llegar con todo el glamur, porque [el Palacio Legislativo] no sólo es un edificio, es un símbolo”, dijo a la diaria la vicepresidenta de la República, Lucía Topolansky, en estos días presidenta interina. Señaló que para terminar las obras de refacción en fecha hay que comenzar a trabajar desde ya,aunque la mayor parte del trabajo se hará en la Legislatura que viene. “Es algo que conversamos en la comisión interpartidaria, y la idea es que el próximo Poder Legislativo reciba esto iniciado para que se pueda cumplir. Por eso vamos a hacer una ley, porque si no mañana puede venir alguno a quien no le interese el tema del patrimonio y dejar por el camino todo”.

Topolansky también explicó que para iniciar el proceso se conformó un fondo con las tres unidades ejecutoras que componen el Poder Legislativo: las dos cámaras y la comisión administrativa. Pero apuntó que para que la refacción sea posible habrá que seguir alimentando ese fondo durante la próxima legislatura. Incluso consideró posible que “el gobierno nacional tenga que hacer algún aporte”.

Si bien la vicepresidenta desconoce por ahora el costo exacto de las obras a realizar, tiene claro que cualquier colaboración es bienvenida, y por esto está tramitando ayuda incluso desde el exterior. “Cuando fui a un foro parlamentario en Moscú, le planteé al presidente de la Duma la posibilidad de un apoyo; ellos lo consideraron y me enviaron un protocolo, y ahora les vamos a mandar el pedido para refaccionar la fachada principal”. Comentó que, cuando viaje en setiembre a China, también buscará allí apoyo para las obras. “A todo el que pase por mi despacho le voy a manguear algo. Y en la lista también están la Unión Europea y Naciones Unidas, pero no estoy haciendo el trámite para que se declare Patrimonio de la Humanidad. Eso lo tendrán que hacer las próximas autoridades del Palacio”.

Las obras no incluirán sólo el edificio. Topolansky opinó que, para dejar el Palacio “esplendoroso”, lo ideal sería sacar de él los actuales despachos de senadores y los lugares para tareas administrativas, a excepción de los del subsuelo, y que para llevar todo eso a otra parte podría haber más obras en la zona: “Hemos hecho desalojos, estamos derrumbando cosas y estamos trabajando con la Intendencia en el entorno del Palacio”, describió.