Tras su última reunión en Cuba, el Foro de San Pablo realizó una declaración en la que defiende al gobierno nicaragüense encabezado por Daniel Ortega ante el “imperialismo norteamericano”, asegura que este es un obstáculo para alcanzar la paz en Nicaragua, y sostiene que es indispensable la continuación del proceso de transformaciones sociales que viene llevando adelante este gobierno. En la medida en que el Frente Amplio (FA) como tal y varios de sus sectores participaron en el encuentro, ¿apoya esa declaración?

Es una declaración que no expresa lo que piensa el FA. Adopta un punto de vista que no es el equilibrado. Incluso hay una declaración del Senado del martes que es una iniciativa del FA. Originalmente fue el senador Pablo Mieres [Partido Independiente] quien propuso como asunto político el tema de Nicaragua, y presentó un proyecto de declaración para consensuar en el Senado firmado por él, el senador Pedro Bordaberry [Partido Colorado] y el senador Álvaro Delgado [Partido Nacional, PN], sobre la que era imposible que se llegara a algún tipo de acuerdo. A partir de allí, la bancada de senadores del FA, que se reunió el lunes en la tarde, analizó el tema, decidió hacer lugar al pedido de declararlo asunto político, y propuso un texto para lograr consenso. La declaración del Senado salió por unanimidad, es equilibrada y expresa efectivamente el pensamiento de la bancada del FA. Acá lo importante es la situación de fondo de los derechos humanos [DDHH] en Nicaragua. Hay un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos [CIDH] que es pesado. La CIDH es una organización digna de crédito. Es la misma que en 1976 visitó las cárceles en Argentina y reclamó por los presos políticos en la dictadura. La misma que en 1992 sacó una resolución condenando a Uruguay por el mantenimiento de la impunidad, y consideró que la ley de caducidad era contraria a los principios de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y a los de la Convención Americana sobre Derechos Humanos [o Pacto de San José de Costa Rica].

¿Se buscó embretar al FA con la propuesta de declaración inicial de la oposición?

Si hay preocupación por la situación de los DDHH en Nicaragua, eso parece algo loable, legítimo y valioso. Pero el problema es utilizar las violaciones a los DDHH en ese país como jugada política, para obtener réditos que dejen en una situación incómoda a otro actor político. ¿Con esto se busca expresar la situación y mejorar la situación de los DDHH en Nicaragua, o se busca un rédito político? Si es esto último, es una actuación inmoral. Lo que se estaría haciendo sería instrumentalizar la situación de las víctimas con fines diferentes a su mejoría, para obtener un beneficio propio. Es realmente preocupante. No se preocupan por las víctimas. Se propuso una declaración que notoriamente no iba a tener consenso. Entonces se busca otro efecto, o al menos genera esa suspicacia. Acá lo que hay que discutir es el cese de las violaciones a los DDHH en Nicaragua, de la represión, y los mecanismos de diálogo que permitan salir en forma pacífica de una situación social de inestabilidad total, pero no con oportunismos.

¿Qué pasó con los participantes del FA en el Foro de San Pablo? ¿No votaron la declaración?

El FA designó, y por lo tanto financió, la participación de tres compañeros: el presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales [José Bayardi], un representante de las bases y otra persona más. Las resoluciones se adoptan por consenso. Aún no he tenido oportunidad de hablar con los compañeros acerca de en qué marco se aprobó esa declaración. No sé si la votaron, pero la única información que tengo es que se hicieron esfuerzos para intentar que fuera más equilibrada.

¿El FA se podría ir del Foro de San Pablo?

Habría que discutirlo orgánicamente. Este es un foro de partidos de izquierda con una larga trayectoria histórica. El FA participa en este como en otras instancias internacionales que integran partidos de izquierda. Plantearlo en términos de si nos vamos o no es muy mecánico, pero sí podemos cuestionar qué tipo de declaraciones se aprueban en este foro o en otros, si es que no reflejan el pensamiento de nuestra fuerza política y pueden comprometerla. Recientemente se aprobó en Bruselas una declaración de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños [Celac] que es mucho más equilibrada, y el Estado uruguayo la apoyó.

¿Cómo has visto la danza de nombres para la candidatura presidencial del FA?

¿Dónde está la danza? Quiero bajarle un cambio a ese concepto, porque si no, es la profecía autocumplida. Se genera una caricatura que bastardiza una discusión legítima: los procesos políticos que se dan para encontrar a los candidatos o candidatas a la presidencia, o de construcción del país de cara al año que viene. Es normal, esperable y hasta bueno que los distintos actores políticos estén intercambiando opiniones acerca de quién puede ser candidato. Ahora, si eso se convierte en un escenario mediático, que además se titula como danza, se genera efectivamente la danza. Después de que está instalado el tema, no tengo forma de echarme para atrás. ¿Es bueno que esas conversaciones se den a nivel de los medios de comunicación? Creo que no. Hay que ser cuidadoso con la forma en que se procesan esos diálogos. No le hace bien a la institucionalidad democrática generar la posibilidad de que esto se convierta en una caricatura. En realidad, se trata de los mismos nombres que manejamos hace meses. Y en el caso del PN, son los mismos que hace cinco años.

Javier Miranda.

Javier Miranda.

Foto: Andrés Cuenca

¿Creés que Ernesto Murro está habilitado a ser candidato?

No manejo tanto la interpretación constitucional para decir que pueda o no serlo. Lo que sí constato es que la interpretación del inciso segundo del artículo 195 de la Constitución es relevante para determinar si esta candidatura puede ser habilitada o no; hoy eso está en discusión. Acá hay dos niveles: uno estrictamente normativo y que es fundamental, intentar tener una opinión cerrada en cuanto a la habilitación de la candidatura; y luego hay una discusión política, sobre la oportunidad de que esta candidatura deba o no habilitarse. Pero es un problema cuando discutís con nombre y apellido, y acá es inevitable. Otro problema es cómo se define la habilitación y, en principio, el único organismo que podría definirla es la Corte Electoral. La Corte no puede inscribir una hoja de votación en la que figura un ciudadano que no está habilitado para postularse a determinado cargo, y eso se decide recién en el momento de la presentación de la hoja. Tengo entendido que no hay un mecanismo de consulta previa vinculante.

Si hay paridad de género en las listas, ¿tiene que haberla en la fórmula presidencial?

Ahí hay varios problemas. La resolución que tomamos no es clara. No tengo duda de que la orgánica del FA puede definir criterios acerca de los cargos comunes de la fuerza política, pero tengo dudas de que pueda indicarles a sus sectores cómo deben integrar sus listas. Ahí hay un problema de la estructura de la coalición. No es un partido único, es efectivamente una coalición. En su fundación se genera una unidad programática, pero los sectores mantienen sus perfiles. ¿Puede la estructura de la unidad programática ir a la interna de un sector para imponerle un criterio de construcción de su lista? Tengo dudas.

Entonces la resolución no tiene sentido...

Tiene, sí: para las candidaturas comunes, para la fórmula, para las candidaturas comunes a intendencias...

Entonces la fórmula tiene que ser paritaria...

Yo creo que la fórmula va a ser paritaria; eso espero. Es el reflejo del nivel de desarrollo de las discusiones sobre igualdad en el país, que exigen políticamente la paridad en la integración en las fórmulas. Pero respecto de la resolución, hay problemas de interpretación que es preciso despejar. Mi posición, que no compromete al FA, es que políticamente sería adecuado que la fórmula fuese paritaria y que eso se desprende de la resolución.

¿Cuándo se va a tratar el caso del ex vicepresidente Raúl Sendic?

Se van a tratar ese caso y todos los demás dictámenes del Tribunal de Conducta presentados al Plenario Nacional. Hay casos de Darío Pérez, Víctor Semproni, Luis Almagro, Gonzalo Mujica, la mesa política de Flores, un tema de Rivera... Hay 14 casos, por lo que propuse en el Secretariado hacer un plenario para resolver acerca de todos. El Secretariado resolvió formar un pequeño grupo de trabajo para clasificar esas situaciones según su nivel de complejidad y cuestiones políticas. Lo que quiero es entrar a la discusión electoral –que ya está planteada– sin estos temas atrás. Quiero hablar de qué propuesta programática tenemos y por qué es diferente a la de la oposición y al casting político que hace [Luis] Lacalle Pou.

¿Que Sendic aparezca en una lista puede tener consecuencias electorales?

¿Cómo puedo responder a eso? Él pertenece a un sector, que decidirá si él integra o no la lista, y la ciudadanía deberá decidir si apoya o no esa lista por las razones que correspondan. Las candidaturas comunes son relevantes a la hora del desempeño electoral del FA, pero los sectores tienen autonomía en la conformación de sus listas, y ahí uno no se puede meter. El presidente del FA no se puede meter en eso.

¿Entonces el FA no puede impedir que Sendic sea candidato al Senado?

El único que puede hacer algo [a esos efectos] es el Plenario Nacional, que podría expulsarlo; para eso precisa una mayoría especial de 9/10. En este caso, el FA hizo lo que tenía que hacer: ante una situación que comprometía la conducta política de un compañero, la tramitó por el mecanismo institucional previsto. El Tribunal de Conducta Política dictaminó y ahora el Plenario Nacional debe resolver, en este y en los otros 13 casos.

¿Te preocupan las encuestas?

Hay preocupación porque dan un nivel de expresión de intención de voto al FA que anda cerca de 30%. Lo peor que se puede hacer es no prestarles atención. Hay que mirarlas, analizarlas y preocuparse en la medida en que esos niveles no son hoy los que uno querría. También se debe analizar las causas. La ausencia de una candidatura definida es una, a diferencia del PN, que tiene los mismos que hace cinco años. Hay factores de desencanto, es indudable, y eso hay que estudiarlo y ser autocríticos al considerar por qué se genera. La situación económica tampoco es tan buena como hace unos años. Luego existen factores que tienen que ver con 13 años de gobierno; ahora incluso hay gente que desde que tiene conciencia vive bajo gobiernos del FA y siempre ha visto al FA como el poder.