Hoy, a las 00.00, empezó a regir la suba de la tarifa de combustibles, de 9%, que afecta a las naftas (el litro sube a 55 pesos), el querosén, el fueloil y el gasoil 10S. Desde ANCAP se señaló en un comunicado que el gasoil 50S no se verá afectado por este ajuste, “disminuyendo su brecha respecto de los precios internacionales”. “También el supergás, un producto de uso crítico en invierno, se mantendrá en los mismos valores y se continuará con un descuento preferencial para los sectores socioeconómicos más vulnerables”, sostuvo el ente en el comunicado.

La empresa argumentó que “a pesar del esfuerzo constante para mejorar la competitividad, asumiendo una meta de reducción de costos estructurales de 25 millones de dólares” en 2018, se debió hacer un ajuste por el aumento del precio del crudo y del tipo de cambio, “dos variables macroeconómicas clave que determinan la estructura de costos de ANCAP”, en línea “con lo que sucede en el contexto internacional”. “El ajuste de las tarifas mediante una paramétrica tiene el objetivo de absorber únicamente la diferencia de costos por compra de crudo y derivados para asegurar los ingresos mínimos necesarios que permitan la sustentabilidad de ANCAP, asumiendo objetivos de eficiencia. Este compromiso no permite trasladar a las tarifas posibles ineficiencias operativas o de gestión”, sostuvo el ente autónomo en el comunicado, respondiendo a las críticas que surgieron de la oposición. La empresa además explicó que “si bien los ingresos se mantienen tal cual los proyectados por la paramétrica, al decidirse mantener los precios del gasoil y del supergás, el ingreso deberá recaudarse a partir de las naftas, el kerosene y el fueloil, por lo que su porcentaje de aumento debió recalcularse”.

Pero a pesar de las explicaciones del ente, la oposición hizo duras críticas a la suba de los combustibles. El sector Alianza Nacional, del senador Jorge Larrañaga, señaló en un comunicado que el “muy severo” incremento de 9% “no se explica exclusivamente por la evolución del petróleo y el tipo de cambio”, sino que “sigue siendo consecuencia de la pérdida patrimonial sufrida por ANCAP en los últimos años y de la decisión del gobierno de que sean los uruguayos quienes la capitalicen a través del consumo”. El sector aseguró, además, que el hecho de que el precio del gasoil y el supergás se mantenga “no hace a la decisión menos censurable”, ya que esos derivados del petróleo “se encuentran por encima de los valores internacionales”. Por último, en el comunicado, se informó que los legisladores de Alianza Nacional convocarán a Carolina Cosse, ministra de Industria, Energía y Minería, a la comisión homónima de la Cámara de Representantes, “a efectos de brindar las explicaciones pertinentes”.

En tanto, el senador del Partido Independiente, Pablo Mieres, escribió en su cuenta de Twitter que el aumento de la nafta es “otra consecuencia más de la catástrofe de la gestión de Ancap”. “Un nuevo golpe a los bolsillos de los uruguayos. Y mientras tanto, el Frente Amplio sigue aumentando el gasto público, el déficit y el endeudamiento”, agregó. El senador del Partido Colorado José Amorín señaló en la misma red social que “durante más de tres años el petróleo y el dólar bajaron pero no los combustibles”. “Tenían que tapar el agujero [Daniel] Martínez-[Raúl] Sendic. Ahora que subieron, matan a los nabos de siempre”, finalizó.

Por otro lado, Marcelo Nougué, del movimiento Un Solo Uruguay, dijo a la diaria que está claro que “la estrategia” de no subir el gasoil es por “el impacto que tendría en la inflación”, ya que, entre otras cosas, implicaría “el aumento del boleto urbano de Montevideo”. El dirigente agregó que la suba tendrá un impacto en los trabajadores “del pequeño comercio” y en el que “anda en moto y tiene un vehículo naftero para trasladarse al trabajo”. Según dijo, “9% es un disparate”.