El año 2017 registró un Producto Interno Bruto (PIB) agroindustrial más alto que los correspondientes a los dos años anteriores. Así lo destacó en una conferencia de prensa el coordinador general del Anuario estadístico agropecuario, Gonzalo Freiría, en ocasión de la presentación de este informe, que se hizo ayer en la sede del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). A precios constantes de 2005, el PIB agroindustrial creció 13% entre 2010 y 2017, y esto se explica tanto por el incremento del PIB agropecuario como por el de las industrias asociadas al agro. En cambio, en relación con el PIB total del país, el agroindustrial pasó de representar 10,5% en 2010 a 8,3% en 2017.

Foto del artículo 'El precio de la tierra volvió a aumentar en 2017'

Entre los sectores de producción, se destacan la agricultura y la silvicultura, que en 2017 representaron 51% de la producción agropecuaria en millones de pesos constantes de 2005, seguidas por la ganadería (ver gráfico 1).

En materia de lechería, la producción de leche comercial en el año agrícola 2016-2017 se mantuvo en valores similares a los años anteriores, y creció la superficie total de tambos respecto del año agrícola anterior: pasó de 763.000 a 827.000 hectáreas. Del total de la producción, en 2016 se destinó 71% a la exportación y 29% al mercado interno.

El área sembrada por cultivo cerealero disminuyó casi en todos los casos. Las excepciones fueron el maíz, que pasó de 66.000 hectáreas sembradas en 2016-2017 a 71.200 en 2017-2018, y la soja, que mantuvo prácticamente incambiada su área.

En cuanto a la forestación, sigue en aumento: la extracción de madera en rollo creció 13% entre 2016 y 2017.

Propiedad y precio de la tierra

El anuario también registra el régimen de tenencia de la tierra. La mayoría de los productores ganaderos son propietarios (51%) y un cuarto produce en régimen de arrendamiento. Tacuarembó es el departamento que tiene más bovinos y ovinos, seguido por Cerro Largo. Asimismo, se confirma la tendencia a la concentración de la tierra, que ha sido una constante en los últimos años. Las chacras de menos de 20 hectáreas pasaron de ocupar 12.000 hectáreas en 2010-2011 a ocupar 1.000 hectáreas en 2016-2017.

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Los precios de la tierra retomaron en 2017 su senda de crecimiento, tras un breve descenso en 2015 y 2016. Mientras que en 2005 el precio de la tierra era de 664 dólares (o de 60.671 pesos) por hectárea, en 2014 fue de 3.934 dólares (o de 114.611 pesos) por hectárea. En 2016 cayó a 3.380 dólares, pero en 2017 aumentó a 3.712. La mayor parte de las ventas de tierras –en términos de montos– en 2017 se registraron en los departamentos de Cerro Largo, Florida y Soriano. Y la mayoría de las tierras fueron vendidas por personas físicas y adquiridas por sociedades anónimas entre 2000 y 2017 (ver gráfico 2).

En cuanto a la nacionalidad de los adquirentes de tierras, se puede determinar en el caso de las personas físicas, pero el MGAP no brinda datos sobre la nacionalidad de los titulares de las sociedades, que representaron casi la mitad de los adquirentes de tierras en el período 2000-2017. Respecto de las personas físicas que compraron tierras en ese lapso, 3.139.000 hectáreas fueron adquiridas por uruguayos, 297.000 hectáreas por argentinos y 172.000 por brasileños.

El valor de los arrendamientos de tierras también continuó su senda ascendente: de 2007 a 2017 creció más del doble, en dólares. Después de una caída entre 2014 y 2015, volvió a crecer entre 2016 y 2017, y este último año se situó en 122 dólares por hectárea y por año.

El informe también contiene, en sus últimas cuatro páginas, un anexo titulado “2018, año de empoderamiento de las mujeres y niñas rurales”, en el que se brindan algunas cifras discriminadas por género. Por ejemplo, se indica que del total de productores familiares, 44% son mujeres y 56% son hombres. La participación de las mujeres se destaca en la agricultura de cereales y oleaginosos, en la cría de aves, en la fruticultura y la citricultura, en la ganadería de lana y en la quesería artesanal. Además, entre los productores familiares, 11,3% de quienes no trabajan en el predio son mujeres mayores de edad y 7,3% son hombres mayores de edad.