A principios de junio, El Observador informó sobre un caso de intoxicación de personas que habían pedido alimentos mediante la plataforma PedidosYa. Una pareja pidió ceviche de salmón y al día siguiente los dos hicieron fiebre; se les diagnosticó que su estado se debió a la ingesta de alimentos en mal estado. Cuando la Intendencia de Montevideo (IM) intentó allanar el lugar donde el supuesto restaurante estaba ubicado, no encontró nada, y tampoco logró que la plataforma le proporcionara información que permitiera ubicarlo. Fuentes de PedidosYa dijeron a El Observador que la plataforma “conecta a los consumidores con una amplia diversidad de opciones gastronómicas en función de sus preferencias y del lugar donde se encuentran, siendo totalmente ajena al proceso de elaboración de los alimentos”, si bien “acciona en forma inmediata cuando toma conocimiento de que un local ha sido inhabilitado por razones bromatológicas, procediendo a la baja correspondiente del sistema”. De todos modos, el medio confirmó que el restaurante que vendió ese ceviche siguió vendiendo por medio de PedidosYa luego de que se detectó la intoxicación.

Esta no fue la única irregularidad que encontró la IM en este tipo de negocios, por lo que decidió tomar acciones. Ya está casi pronta una reglamentación que regula la venta de alimentos en forma electrónica, dijo a la diaria el director del Servicio de Regulación Alimentaria de la IM, Marcelo Amado. “Si bien la reglamentación estricta está saliendo en estos días, ya a las empresas les estamos dando las directivas de cómo trabajar y cómo moverse”, indicó el jerarca. Acotó que lo más difícil es convencer a las empresas de este tipo de que forman parte del sistema alimentario. “Lo más importante es entender que esas empresas, sean una plataforma o una página web, pasan a ser las dueñas del proceso. Porque no son una inocente aplicación, son aplicaciones que median entre el consumidor y el alimento. Los consumidores llegan al alimento por intermedio de esa plataforma o de esa página, y esa página es la que después dirige el alimento hacia el consumidor. Entonces toma la decisión, primero, de qué le ofrece al consumidor, porque no le pone un mapa del universo, sino que define entre qué universo de alimentos o comercios ese consumidor puede elegir; y luego define de qué manera se la va a hacer llegar, si por delivery propio o mediante un distribuidor particular. También define el envase”, señaló Amado.

Por un lado, la regulación apunta a las plataformas como PedidosYa, Uber Eats y Glovo, que distribuyen comida de restaurantes o bares. Las plataformas de ese tipo tendrán la obligación de exhibir los nombres y las direcciones de las empresas alimenticias en la página, con la habilitación bromatológica correspondiente. De esta manera se busca evitar que las plataformas incluyan en su oferta a proveedores irregulares o que no estén habilitados. También tendrán que garantizar que el envase que contenga el producto identifique claramente a la empresa que lo elaboró. “La empresa tiene que hacerle llegar al consumidor un alimento en un envase que permita que el consumidor identifique de dónde es, porque si a mí me llega un envase en blanco que tiene una empanada, o no recuerdo de dónde era la empanada, después si tengo algún problema con esa empanada no tengo manera de reclamarle a nadie”, explicó Amado.

Si las plataformas cumplen con estas disposiciones, los destinatarios finales de los reclamos en caso de intoxicaciones, por ejemplo, seguirán siendo las empresas que elaboraron los alimentos, pero si la plataforma incumple, compartirá la responsabilidad.

Por otro lado, la regulación abarcará a los supermercados virtuales, que deberán incluir en la página todos los detalles de la rotulación de los productos. Amado apuntó que de esa forma se protege al consumidor al brindarle de manera accesible la información sobre los ingredientes del producto, su forma de elaboración y de conservación, como si estuviera mirando la etiqueta del alimento en una góndola. Para cumplir con la regulación no bastará con incluir fotos de la etiqueta del producto ni enlaces, sino que el consumidor tendrá que poder mirar directamente la información en la página. “Porque tú vas a estar mirando más de 10.000 artículos y no vas a estar agrandando fotos o haciendo clic en links”, explicó el director de la IM.

Consultado sobre cómo han tomado las empresas la nueva propuesta de reglamentación, Amado comentó que “la toman”. “Se van adaptando y las nuevas ya vienen sabiendo todo esto, pero es como todo. Lo más complejo es que la empresa sienta que está cumpliendo una función en el sistema alimentario. Porque te dicen: ‘Yo soy un informático’ o ‘Pero yo estoy en el ciberespacio, lo mío es la publicidad’. No, tú estás decidiendo qué alimentos ponés en la oferta y cómo le llegás al consumidor”, remarcó el jerarca.