El martes 31 de julio, la sesión de la Junta Departamental de Rocha duró sólo 20 minutos. La edila Nadina Fernández (Frente Amplio, FA) contó a la diaria que el presidente, Eduardo Veiga (FA), debió levantar la sesión por el ruido que estaban haciendo unos vecinos que, un rato antes, habían participado en una manifestación contra la inseguridad y que después ingresaron en el hemiciclo.

Fernández dijo que antes de iniciar la sesión ella y Veiga escucharon la proclama fuera de la Junta y recibieron una carta que los vecinos pedían que fuera remitida por la Junta al Ministerio del Interior, a Presidencia de la República y a la Justicia. “Escuchamos lo que la gente tenía para decir. Después de haber leído públicamente esa carta, el presidente preguntó si querían ser recibidos y nos dijeron que no”, dijo. Pero luego, cuando el Plenario estaba reunido, “un grupo entró a las barras y otras personas invadieron el recinto. Hubo ediles de la oposición que pidieron que se los dejara entrar, algo que es anormal y antirreglamentario”, contó la legisladora departamental del FA. Fernández aseguró que la bancada de su partido estaba dispuesta a escuchar a los vecinos, pero era necesario reorganizar la sesión, por lo que el presidente pidió un cuarto intermedio de 15 minutos que no fue aprobado, y entonces se levantó la sesión. La edila sostuvo que los vecinos estaban “arengados” y comenzaron “un griterío” que les impedía continuar. “Ante eso, [Veiga] pidió el cuarto intermedio, para volver a conversar con los voceros, porque los ediles de la oposición decían que [los manifestantes] pedían ser recibidos”. Fernández calificó la situación de “lamentable” y aseguró que tanto su sector, el Partido Socialista (PS), como todo el FA, estaban dispuestos a escuchar a los vecinos. “Pensamos que la gente tiene derecho a manifestarse, pero no a contrariar la institucionalidad”, sostuvo.

En cambio, el edil nacionalista Cosme Molina aseguró a la diaria que levantar la sesión no fue “muy feliz”, ya que las personas sólo querían que la Junta diera trámite para que la carta llegara a las autoridades nacionales, cosa que sucedió el martes siguiente. Sobre la actitud de los manifestantes, aseguró que “no fue violenta, pero sí con rabia”. Molina confirmó que algunas personas dijeron que no querían ingresar, aunque un grupo logró acceder a las barras y “el clima se caldeó”. “Creo que el presidente de la Junta se apresuró, se puso nervioso y lo más fácil fue levantar la sesión”, relató.

Después de lo sucedido, tanto la departamental del FA como la del PS se refirieron a la situación. El 2 de agosto, el FA manifestó en un comunicado su respaldo a la bancada de ediles frenteamplistas y al presidente de la Junta, “ante la difícil situación que vivieron”. “Si bien se reconoce el derecho de la ciudadanía a manifestar su disconformidad ante situaciones que afectan su seguridad, no se deben justificar los desbordes en el ingreso a la Junta, la agresión a representantes elegidos democráticamente ni la actitud de algunos ediles y periodistas alentando conductas y expresiones que afectan la convivencia democrática, el respeto a las instituciones y propician la misma violencia que dicen combatir”.

En tanto, el 4 de agosto, el Comité Departamental del PS de Rocha subrayó “la importancia y el derecho que tiene la ciudadanía de manifestarse y reclamar soluciones ante cualquier temática”, pero también destacó “la necesidad imperiosa de respetar la institucionalidad, rasgo distintivo de nuestro Uruguay”.