“Alguna piña llovió / y otro pesado cayó, / que se den cuenta que estamos cerca”. La Vela Puerca sonaba a todo lo que daba en la cancha de Larre Borges (en la Unión), que estaba colmada, cuando el economista Ernesto Talvi subió al estrado. Era el acto de lanzamiento de su precandidatura a la Presidencia de la República por el sector Ciudadanos, del Partido Colorado, cuyo logo –en el que, dato curioso, no predomina el color rojo– copaba remeras y carteles. “‘Vivimos en el paraíso terrenal’; así hablaba mi padre de Uruguay”, fueron las primeras palabras de Talvi, quien luego recordó que su padre llegó al país desde los escombros de la guerra, “sin nada”, y acá “encontró todo”. “Por eso este Uruguay de hoy me duele. Somos muchos aquellos a quienes nos duele ver que el país que les dio otra oportunidad a nuestros padres y abuelos hoy se la niega a nuestros jóvenes. Los mayores quieren que sus hijos estudien y se vayan, porque nos dicen que en este país no hay futuro”, afirmó. Luego sostuvo que hoy en Uruguay “los emprendimientos productivos y las familias” están “agobiados” por la carga tributaria, y que se pretende “cobrar impuestos finlandeses y dar servicios latinoamericanos”. Después aseguró que “sólo 13 de cada 100 chiquilines que viven en contextos vulnerables terminan la secundaria”, y que la mayoría de esos 13 “no está preparada para conseguir un empleo”, por lo que “los condenamos al trabajo informal, al delito y a la droga, y así las narcomafias se transforman en empleadores atractivos”.

Talvi subrayó que el Frente Amplio (FA) tuvo “la gran oportunidad” de revertir esa situación, con mayorías parlamentarias y recursos que “abundaron como nunca antes”, pero fracasó “donde se suponía que no podía fracasar”, en la educación, porque “los niveles de deserción siguen siendo altísimos y la calidad de los aprendizajes empeora año a año”. El precandidato señaló que el fracaso educativo alimenta el delito, y que por eso el FA “corre de atrás” el problema de la seguridad. También subrayó “el fracaso de las políticas sociales”, que en lugar de “crear oportunidades, generan dependencia”. “Hoy el FA es un proyecto político agotado, sin reflejos y sin capacidad de responder a los enormes desafíos que tenemos por delante. Y es un proyecto político que, violentando nuestra esencia, calla ante la violación sistemática de los derechos humanos en Venezuela”, dijo Talvi, que con esas palabras se ganó una de las primeras ovaciones de la noche.

Propuestas

Luego de diagnosticar los problemas, opinó que, para construir “un mejor futuro” Uruguay necesita un cambio, y que para eso está Ciudadanos, “un proyecto político nuevo, con referentes en todo el país y con diputados en el Parlamento” (se refería a ex dirigentes de Vamos Uruguay que hoy integran Ciudadanos, como Adrián Peña, Ope Pasquet y Valentina Rapella, quienes estaban presentes en el acto). Talvi sostuvo que su proyecto de país tiene “propuestas serias, financiables y posibles”, con las que se propone “frenar el deterioro social, reconstruir la convivencia pacífica y promover empleos de calidad”.

“Estamos aquí para ganar y para gobernar. Queremos que todos los ciudadanos sepan, desde el día 1, quiénes somos, en qué creemos y hacia dónde vamos. Somos progresistas, porque creemos que el ciudadano, por su sola condición de tal, tiene derecho a una vida digna, y porque sabemos que no todos los ciudadanos nacen con las mismas oportunidades”, definió Talvi. Luego enfatizó que también son “liberales” –ganándose otra gran ovación– y explicó que se definen así porque creen en las instituciones, en la separación de poderes, “y en el gobierno de la ley”. “Son pilares básicos de la democracia liberal, límites a la voluntad de las mayorías ocasionales, para proteger al ciudadano contra el abuso y la arbitrariedad de poder”, explicó. También dijo que son “internacionalistas”, ya que, desde un país chico y de inmigrantes, entre dos gigantes, conocen “los beneficios de nuestra integración a la comunidad”. “Un país abierto al mundo. Ese es nuestro origen, ese es nuestro destino”, agregó.

Entre sus propuestas, destacó la de instalar “136 liceos públicos modelo” en “todos los barrios vulnerables del país”, con una propuesta de “contención que retenga a los estudiantes en el liceo y les dé la oportunidad de ser lo que quieran ser”. Pronosticó que con esos 136 liceos se revertirá la “exclusión social, la marginalidad y toda secuela de delito, violencia, droga e inseguridad que trae detrás”, y así se demostrará que “no hay marginalidad ni violencia que pueda contra la educación”, como “todos los días” lo hace el liceo Impulso, de Casavalle, del que Talvi fue uno de los fundadores.

Al finalizar el acto, el economista dijo que sus hijos le preguntan muchas veces por qué se metió en la política y que él responde que “hay veces en la vida que uno elige, mientras que en otras asume su responsabilidad”. “Mi madre tiene 92 años. Yo no elijo si la cuido o no. La cuido porque es mi madre, porque es mi responsabilidad. Nuestro país es nuestra casa, es nuestro lugar en el mundo, es donde nacimos, donde construimos nuestros afectos y nuestra historia personal. Cuidar nuestra casa es nuestra responsabilidad”, finalizó.