“[Es] la primera preocupación de los uruguayos”, dijo Julio María Sanguinetti al arrancar su discurso sobre la seguridad, ayer de noche en la sede del Partido Colorado (PC). El ex presidente sostuvo que la seguridad es una propiedad “de la libertad y de la tranquilidad pública” que se ha ido perdiendo, a tal punto que “hasta tenemos temor de nuestra propia sombra cuando caminamos por aquellas calles tan placenteras en las que crecimos”. Agregó que quien sea elegido presidente el año que viene deberá saber que, además de ser el primer funcionario, también tiene que ser “el primer policía y el primer soldado”. “El que no entienda eso, que no se postule a la presidencia. Eso hay que sentirlo y vivirlo. Ningún ejército desmoralizado gana una guerra, y nuestra Policía está desmoralizada, porque no siente la conducción de quien tiene que conducirla”, aseguró. Por último, Sanguinetti dijo que los policías son “demasiado heroicos” para la “falta de garantías y de respaldo que tienen”.

La charla sobre seguridad fue organizada por Batllistas, el sector que lidera Sanguinetti, y también contó con exposiciones de Guillermo Maciel –ex asesor de seguridad de Pedro Bordaberry– y de Luis Hierro López, ex vicepresidente y ex ministro del Interior. Hierro es el presidente de la Comisión de Seguridad Pública del sector, y fue el encargado de repasar los puntos que este considera que hay que cambiar. El primordial es recuperar “el principio de autoridad del Estado”, alegando que, “por razones ideológicas”, el Frente Amplio (FA) no la ejerce, debido a que “confunde autoridad con represión”, aunque la represión “está totalmente justificada en algunos casos”. “La Policía está para prevenir y reprimir el delito, y esto es lo que lamentablemente en estos 13 años de gobierno no ha ocurrido, porque impera el populismo”, sostuvo Hierro.

El ex ministro subrayó que, también “por razones ideológicas”, durante el gobierno del FA hubo cambios en la formación policial. “Se les dio prioridad a materias vinculadas a los derechos humanos, que no está mal, pero se hizo en detrimento de las disciplinas tácticas, físicas y del manejo de las armas”, afirmó. Hierro añadió que el Ministerio del Interior (MI) tiene un “gravísimo problema de gestión”, y que cuenta con 30.000 funcionarios pero “menos de la mitad” se desempeñan en tareas ejecutivas, y hay 10.000 “que no se sabe dónde están”, por lo cual “es increíble cómo creció la plantilla del MI sin repercusión en el patrullaje”. Además, dijo que en el ministerio se hizo una reforma “en contra de la razón y de la modernidad”, “liquidando” las comisarías y las direcciones de investigación y concentrando todos los poderes en la cartera, en vez de descentralizar, “que es lo que hacen las policías modernas en todo el mundo”.

“Cuando fui ministro del Interior, en 1998, las rapiñas bajaron 38%. Eso lo logré con el equipo porque íbamos a las comisarías casi todos los días –a veces en visita oficial y a veces de sorpresa– para exigirles a los comisarios que salieran a patrullar, porque es la única forma de prevenir el delito”, contó Hierro. Dijo que el actual Programa de Alta Dedicación Operativa (PADO) “no está mal”, pero “es muy esporádico”. Además, subrayó que el policía tiene que patrullar en auto o moto, y no estar parado “mandándose whatsapps con su novia”, algo que él “no hubiera permitido”.

Por último, el ex ministro sostuvo que las cárceles no cumplen con “ninguno” de sus cometidos constitucionales, ya que dentro de ellas “pasa cualquier cosa”. Agregó que los funcionarios carcelarios “no ejercen la autoridad”, y que las cárceles “son cogobernadas por los reclusos”, de modo que al delincuente que está libre “tanto le da ir a la cárcel”, porque sabe que en ella “tiene celular, consume droga y organiza delitos”. “Llegamos a esto porque el populismo provocó esa anomia, la no aplicación de la ley”, finalizó Hierro.